viernes, 15 de mayo de 2015

15 de Mayo 2015: Abusando del camerino (?) [Sin terminar]


Sujk Arkhelism
Quién iba a decirlo, otra presentación más salía con el parecido éxito que su debut mismo. Evidentemente los nervios se lo tragaban vivo, no había nada más que hacer, más que armarse de valor para sacarse todo eso de encima, pero venga, que estaban tenido éxito en cada una de las presentaciones, y no solo ellos tocaban en el evento , puesto que bandas como: Nocturnal Bloodlust, Sel’m, Triggah eran participes como ellos. Y cada una de las bandas hacía su presentación de manera individual.

Al termino de todo evento, nunca podían faltar las dichosas fotos, es más, desde antes de salir al escenario, se tomaban la foto con cada uno de los miembros de su agrado; él no fue la excepción, puesto que Manji y Natsu, fueron los que protagonizaron la fotografía que horas después salió a las redes sociales, y él como un titulo importante, puso “Los tres hermanos”. Era increíble convivir con ellos, Yuuto hablaba con otros miembros más y él igual, dicha convivencia la tenían todos juntos tras bambalinas.

Entre platicas, risas y demás, fue que el ambiente entre todos los miembros se hizo realmente agradable, todos hablando de aquí para allá, pero… entonces Yuuto llamó mucho su atención cuando lo vio del otro lado de aquel sitio en donde ahora estaban, al parecer el menor convivía bastante bien, pero entonces lo vio salir y él con un “¿Me permiten un momento?” Fue que se terminó de retirar para ir detrás de su novio. Igual y el menor ya quería irse, no estaba de más preguntarlo para que él volviese a la convivencia.

A paso lento, y cuidadoso, fue que terminó alcanzando al otro, los pasillos estaban desiertos a esa hora, pues todos estaban en un solo sitio conviviendo y los del staff estaban encargados de recoger el escenario. — Joven, ¿por qué anda tan solo por estos lados? Se lo van a robar. — Susurró cerca de la nuca del otro, puesto que alcanzó a abrazarlo por detrás ya que nadie estaba rondando los pasillos, era buen momento para aprovecharse un poco de su novio.


Yuuto Shinji
¿Qué si sospechaba que las cosas iban a salir tan bien cuando decidió arriesgarse a intentarlo de nuevo con una banda? Francamente estaba seguro de lo que hacía, pero jamás se imaginó la tan excelente recepción que tendrían por parte del público… Fans que les seguían desde su inicio, fans que recién iban conociéndoles e incluso seguidores de las bandas con las que habían compartido escenario, se quedaban para escucharles, para darles una oportunidad… Esa clase de aceptación le hacía retroceder a sus inicios, esos inicios en donde los nervios y la incertidumbre le embargaban antes de subir al escenario, pero la euforia y los deseos de que todo saliera genial, era lo que le incentivaban a darlo todo en el escenario…
Cuando menos lo pensó, su momento frente al público terminó y ya se encontraba tras bambalinas siendo envuelto por un montón de felicitaciones y buenos comentarios por parte del resto de músicos que les acompañaban esa noche. Una que otra foto después de su presentación… antes de esta ya le habían intentado incitar a ello. Inevitablemente con la mirada intentó buscar discretamente al baterista de su banda… Sí, no iba a negarlo… pese a la conversación de la noche anterior, se le hizo un nudo en el estómago al verlo acompañado en primera instancia por el batero de NB. Inspiró profundo y, como alguna clase de señal, Manji-san llegó a su lado… ¡Argh! Estaba comportándose como todo un idiota.
Sus superiores se comunicaron con él después de un rato… Debía marcharse para atender una reunión que tendría más noche. Para esto necesitaba volver a casa… a diferencia del resto de músicos, iba colándose hasta llegar al pasillo de los vestidores… desiertos en vista de que todos estaban conviviendo todavía. Pensaba en avisar a sensei con un mensaje… pero entonces, como si le hubiera invocado, ese hombre le habló a sus espaldas y los brazos de este le envolvieron tan furtivos que apenas alcanzó a darse cuenta de ello… - Debo volver a casa para luego atender algunas cosas de trabajo, señor. – Explicaba sin darse la vuelta. De alguna manera le seguiría el juego… por encima del hombro no solo se topó con el rostro de su pareja, sino que de reojo observó que nadie se encontraba cerca de ellos. – A menos que alguien quiera hurtarme justo como usted menciona. Eso entorpecería un poco mis labores, pero tampoco es que me moleste… - La compañía de sensei casi hacía que se olvidase del asunto de sus “celos” que tanto le venía aquejando recientemente.


Sujk Arkhelism
¿Entonces Yuuto se iría a casa por cosas de trabajo? Ah, no. Él lo quería por un momento por lo menos, no había podido cruzar palabras desde que comenzó todo esto del concierto. Y, se sabía que era un exagerado, pero Yuuto en verdad lo dejaba mal. — ¿Y usted se planeaba ir sin despedirse? — Sí, era un aprovechado de primera, viendo que nadie estaba cera y acosando un poco a Yuuto... solo un poco. — ¿Será que tiene mucha prisa? — Inquirió realmente divertido y con una sonrisa, pero realmente sin deshacer ese abrazo.

Numerosas eran las veces que mecionaba como era que le encantaba el cuerpo de su menor, puesto que éste estaba en demasía delgado... Tan delgado que era perfecto para sus brazos; cuando lo sostenía justo como ahora, era inevitable comenzar a comparar esa diferencia entre ellos... Tal pareciera que Yuuto se había hecho para sus brazos, por muy arrogante que eso sonase.


Yuuto Shinji
- El plan era escribirle a mi pareja un mensaje de texto, más que nada porque le vi algo ocupado allá afuera con sus amistades. - No iba en nada como reproche, simplemente era una manera de justificar lo que iba a ser su partida sin previo aviso, por lo menos no de manera personal. Le quedaba claro que sensei le estaba acosando, de manera divertida pero lo hacía... Vaya manera que tenía de apresarlo contra su cuerpo. - En realidad no tengo mucha prisa, pero no entiendo a que viene tanta aprehensión de su parte, señor. - Se hizo el desentendido... Desde que dieran a conocer todo ese vestuario, era la primera vez que sensei se le acercaba con semejante afecto con toda esa ropa encima. - No se si se de cuenta que necesito cambiarme de ropa... - Agregó malintencionado - No será que venía a echarme una mano con ello ¿o sí? - Y podía ser aún más malintencionado si quería. Le gustaba meter en apuros al mayor... aún si de vez en cuando este le sorprendía.


Sujk Arkhelism
— Ocupado o no, a su pareja le gusta que se le avise de su ausencia de manera personal cuando es posible. — Esta vez se quiso defender un poco de aquel comentario del menor, pero claro, todo aquello iba en un tono de picardía, y ambos lo tenía bien en cuenta. De pronto ya se encontraba acariciando parte de la cintura del menor con suavidad y lentitud. — ¿Qué? ¿Será que le molesta que sea aprehensivo una vez dentro del campo laboral? — Una risilla se le escapó, pero ahora mismo ya estaba enterrando su rostro entre la curvatura del cuello ajeno; a lo lejos... risas y platicas se escuchaban, aquellos parecían estar metidos en su mundo como para salir a deambular en los pasillos. De pronto, los comentarios del menor le dejaron con la boca un poco seca, pero no por ello se quedó callado. — No quisiera ser entrometido pero... Usted está haciendo que yo quiera ayudarle un poco, igual y necesite que este hombre le eche una mano para asegurarse que todo esté bien. — Y ahora le hablaba bastante cerca de aquella piel.


Yuuto Shinji
- ¿Qué si me molesta? - Repitió el cuestionamiento de sensei... Sus manos ya se encargaban de corresponder a los mimos de sensei, mientras este le acariciaba la cintura, él hacía lo suyo deslizando los dedos por aquellos antebrazos desnudos... ¿No se suponía sensei debía llevar una chaqueta encima? ¿En dónde era que la había dejado este? - Digamos que nunca habías hecho por acercarte a mi en horas de trabajo. Y el asunto aquel a media noche en mi oficina no cuenta... - Agregó antes de que el mayor quisiera argumentar algo acerca de aquel pasado encuentro.- Digo, solo por aclarar... - ¿Cómo era posible? A esas alturas sensei ya había logrado que se pudiera hacer de oídos sordos, en esos momentos solo existían ellos y el trabajo que le costaba salivar una vez que percibió las palabras del mayor golpeando demasiado cerca de su cuello... - Y usted se esta olvidando de que soy lo suficientemente mayor como para requerir ayuda para cambiarme de ropa, señor... - Giró un poco el rostro en dirección a su baterista, así como se encontraban, era fácil juguetear con el cabello de la sien de su pareja a penas con la punta de la nariz, delinearle suavemente con los labios lo que era el contorno de la oreja... Entre más contacto tenía su boca con la oreja ajena, sus dedos más presión hacían contra esos antebrazos a los que se mantenía bien aferrado. - Aunque el vestidor estara desocupado por un buen rato y... - Dejó aquello en suspenso. Dejaría todo a las interpretaciones que sensei quisiera...


Sujk Arkhelism
Ahora que se percataba, no tenía encima su chaqueta. Claro, la había dejado en aquel cuarto donde estaba hablando con Natsu y Manji, hacía tanto calor que había decidido quitarse esta y dejarla en algún lugar. Carajo… Se le había olvidado ese mínimo detalle ahora que Yuuto estaba respondiendo a los mimos. Igual manaría todo al carajo , su chaqueta no importaba, nadie importaba ahora más que ellos dos. — ¡Uff! ¿No cuenta? Entonces deberé acercarme a ti de vez en cuando, solo no me limites porque es imposible… Sabes cuán necio soy. — Y qué sí estaba susurrando contra piel ahora. Yuuto era de esas personas que se hacía desear de un momento a otro, carajo… Desde que lo había visto tan majestuoso con ese vestuario, ese peinado, esos cabellos rubios y rebeldes… Todo él era la tentación misma, ya no se iba a estar aguantando a verlo tan atractivo, no iba a reprimir las ganas que tenía de comérselo a besos, o siquiera de tocarlo un poco… Bastaba que Yuuto girase un poco la cabeza para enloquecerlo con sus acciones, que mininas eran, pero que lo hacía débil… Maldita sea, que el otro sabía lo mucho que le gustaba que le hablase así y tal parecía que lo usaba en su contra para estarlo provocando. Tragó saliva de una manera dificultosa, cerró los ojos para poder controlarse, aunque sabía que ya era imposible. Una sonrisa nerviosa se le dibujo de manera amplia en los labios, y entonces comenzó a dar un primer beso, uno que empezaba húmedo, y que dejaba una marca imaginaria sobre el cuello de su menor. — ¿Y qué…? — Inquirió como si no supiese de lo que el otro estuviese hablando, para ese entonces, su cuerpo se pegó más al de su menor y sus manos, que traviesas no se contuvieron, se pasearon por los costados de las piernas de su menor. — ¿Me estás invitando a hacerte el amor…? — Preguntó directo y sin escalas.


Yuuto Shinji
Adoraba la caliente y húmeda boca de sensei haciendo de las suyas contra su piel... Joder, se empecinaba tanto en hacer que sintiera perfectamente aquellos hambrientos rebordes que poco le importaba si le dejaba marcado en esos momentos. O quizás si que le importaba, pero la cordura y el raciocinio se le habían esfumado en el mismo instante en que sensei había llegado para abrazarle por la espalda. - Y... - Suspiró arrojando la cabeza hacia atrás, olvidándose de que estaba hablándole al oído... Ahora mismo requería de apoyarse contra el hombro ajeno. Esas manos restregandose sobre la suave tela que vestía sus piernas, le estaban haciendo flaquear a estas últimas precisamente. Aquello era ridículo... esas solas caricias le hacían bailar las rodillas debajo de semejante cantidad de ropa. - Te estoy invitando a que te encierres ahí dentro conmigo... - Jadeó cerrando esta vez los ojos. Las fuertes manos de sensei haciendo presión para pegarlo más a su cuerpo y encima esos mojados besos que le dejaban una sensación de ansiedad... le estaban llevando al límite de "Me importa un carajo lo que ocurra, mientras él no se detenga". - Te estoy invitando a que... - Tragó saliva con dificultad, presionó aún más sobre los formados brazos de su pareja y se los quitó de encima. Se giró sobre sus propios talones para mirarle ensoñador... más de lo que quisiera admitir. - Te estoy invitando a que te apresures a hacerme lo que se te venga en gana ahí dentro. - Ni siquiera le permitió analizarle las palabras, pues ya le había tomado de la mano para dar un par de pasos más y abrir con fuerza la puerta del pequeño camerino en donde un cartel dejaba leer Far East Dizain.


Sujk Arkhelism
Ambos estaban perdidos y lo sabían. Igual había perdido toda cordura, antes, seguro que no harían tal locura… Eso de tener sexo en lugares medianamente públicos se estaba convirtiendo en algo más constante, pero… En verdad no se podía detener, no cuando Yuuto le provocaba tan pasión, deseo… esa ganas de tenerlo entre sus brazos, gimiendo su nombre repetidas veces que… ¡Joder! Se estaba convirtiendo en un hombre completamente morboso, pero no le quedaba duda, Yuuto era el único que podía ponerlo y cambiarlo de aquella manera en la que solo él se desconocía y se descubría al mismo tiempo…

Sus manos se paseaban sin compasión por esos muslos, arrugando de vez en vez la tela que los cubría, la maldita y larga falda que el menor usaba en esos momentos quedó completamente arrugada por tanto toqueteo por su parte, pero, ¿qué quería? Si estaba ansioso a morir, las manos le carcomían y sabía que necesitaba tocarlo. Yuuto, por su parte, comenzaba a temblar entre sus brazos, y hubo un momento en el que lo sintió flaquear, pero para ello estaba él, para sostener en brazos ese delgado cuerpo que le fascinaba. —Me encanta el rumbo que está tomando todo esto… — sonrió de manera altiva, entonces, Yuuto le detuvo y se giró para encararlo. Joder, qué ganas de destrozarle los labios a besos… Qué ganas de quitarle la ropa y dejar los vestidores en un desastre monumental; no se lo pensó dos veces y se dejó guiar por Yuuto hasta el vestidor que les correspondía. Entraron, y cuando así lo hicieron de inmediato puso el seguro en la puerta y jaló al menor, quién aún le tenía sosteniendo de la mano. Le hizo chocar contra su cuerpo, y sus rostros quedaron a escasos centímetros, el uno del otro. —Qué ganas de follarte, Yuuto… qué ganas… — Susurró contra los labios ajenos y entonces le besó de aquella manera pasional que le hacía acelerar le corazón de un momento a otro; no perdió tiempo y ladeó la cabeza para que sus labios encajasen perfectamente y que los besos fuesen profundos.


Yuuto Shinji
A él también le encantaba el rumbo que estaba tomando todo eso, a él le encantaba que sensei le permitiera también el poder llevar las riendas en ese tipo de situaciones... El mostrarse pasivo en esa parte de su relación para poder ser complacido, como había descubierto que le gustaba, no implicaba que todo tendría que llevarse al modo en que Sujk quisiera. Le agradaba saber que ambos podían tirar del otro para continuar buscando la manera de hacer sentir y querer más...

No le tomó ni un minuto hacerles entrar al camerino correspondiente, calculaba que Ryu y Keita estarían ocupados por al menos un media hora y él todavía tenía poco más de una hora para volver a casa y de ahí dirigirse a la oficina... Si sensei iba atenderle como estaba prometiendo, estaba seguro de que se vería en serios problemas durante la reunión aquella en donde a saber si le permitirían estar de pie... ¡Al diablo! Ya se las arreglaría... Con sensei ya había descubierto que le nacía cierto morbo por combatir con la adrenalina al estar pensando cosas como "En cualquier momento puede venir alguien y me importa un bledo". - Se- Sensei... - Un segundo demoró Sujk en encararle apresándole entre sus brazos por segunda vez. No supo si eso fue lo que le robó el aliento o los deseos que le profesaba tan cerca de la boca. El labio inferior temblaba ansioso por que ya intentasen arrancarselo a mordidas...

A penas alcanzó a sujetarse a los fuertes hombros de su pareja... No había tiempo que perder, en torpes intentos con la punta de la lengua golpeteaba contra esos labios que le profanaban en busca de arrebatarle cada suspiro. Probarle la boca por completo era una necesidad en aquellos escasos minutos que tenían disponibles... Al demonio todo, sin tapujos fue a insinuarle las caderas, arrojándolas al frente, le dejó en claro que... debajo de ese montón de tela que confeccionaba su enorme falda, alguien ya estaba despertando con una rápidez increíble.


Sujk Arkhelism
Esos suspiros eran solos suyos, todos para él… Lo supo en el momento en que por vez primera, Yuuto le dedicaba cada uno de sus besos, desde ahí empezó una posesión enorme en su interior cada que le besaba con el furor de ahora. Qué importaba que a estas alturas sus demás compañeros estuviesen en plena reunión de festejo, al carajo con los maquillistas que hacía de todo para que ellos quedasen perfectos para las presentaciones, aunque debía agradecerles por dejar a Yuuto tan atractivo a su manera, aunque sabía que su novio no necesitaba del maquillaje para verse guapo. Sí, la estúpida palabra que no podía salir de sus labios era esa, porque estaba de más decir que Yuuto era una guapura de hombre, a su manera, pero lo era y lo admitía muy en su interior.

Las caderas de Leda no tardaron mucho en insinuarse a su cuerpo. Carajo, que estaba calentándole la cabeza y todo lo demás con tal solo hacer aquello… Era un hombre débil, Yuuto lo discernía y le valía poco, porque para ese entonces, él hacía lo que sus impulsos le dictaban al cuerpo y no a la mente; así era Yuuto, tan impulsivo como él, tan entregado y apasionado… — Joder… Yuuto… — Se hizo un espacio para poder sacar esas dos palabras, que ahogadas se perdieron en la boca de su guitarrista. Su entrepierna parecía gustosa de recibir la atención que le hacía falta; claro, debían admitir que no les daba mucho tiempo para tener encuentros sexuales muy seguidos, pero cuando los tenían, eran sorprendentes.

Sabía que en esos momentos necesitaban de apoyo, porque de verdad estaba sintiendo que flaquearía al estar sin nada de respaldo. Sus manos fueron a sostener las caderas de su amante, y de reojo vio el pequeño tocador donde les hacían sentar para maquillarlos; llevó hasta allí a su menor, a paso veloz, pasos que dictaban su desasosiego. Recargó a Yuuto contra el filo del mueble y presionó un poco el cuerpo contra el contrario, su brazo hizo la tarea de mandar todo al diablo con lo que había encima. Sí, pinturas, sombras, y demás cosas cayeron al suelo de manera estruendosa. Nuevamente se hizo con las caderas de su menor y lo logró elevar, usando la fuerza necesaria para que éste quedase perfectamente sentado en aquel espacio, y claro, él no perdió tiempo para acomodarse entre sus piernas. Aquella falda, cuya estorbosa tela poseía, se entreabrió para dejar ver que Yuuto tenía debajo su pantalón…


Yuuto Shinji
Su nombre era pronunciado en un jadeo que parecía ahogarse en el fondo de la garganta de Sujk. A penas y había sido audible y él que ya enredaba los dedos entre los cabellos de Sujk para incitarle a que le besara de nuevo... Si sensei volvía al lado de su par de amigos, tendría muchas explicaciones por dar con respecto al nuevo peinado con el que volvería al festejo por los buenos resultados obtenidos esa tarde. Le pasaba las manos por las sienes, se aferraba con fuerza a los cabellos de la coronillas para luego liberarlos y acariciarle el rostro mientras continuaban besándose la boca... Vaya que adoraba el largo que esos cabellos estaban adoptando últimamente. Tal vez Ai-san tenía razón... observaba a Sujk más de lo que quisiera admitir.

Sensei le estaba haciendo retroceder, de manera torpe hacía lo mejor posible para caminar sobre sus propios pasos... Tan divertido, tan particular... El sexo con Sujk tendía a ser siempre así: Improvisado, espontaneo y... nada convencional. ¿A dónde le llevaría? ¿Ahora con qué mueble era que iban a dejarse en deuda? ¿Acaso planeaba pagar deudas con en aquel hostal?... ¿No sería mejor huir de ahí antes de que alguien descubriese sus fechorías? Estaba a nada de mandar a mejor vida a su lado responsable que le decía "Te quedas aquí y pagas los yenes equivalentes a lo que vayan a destrozar", cuando sus caderas golpearon contra algo... - El tocador... - Reconoció en un suspiro. El choque contra tal mueble le distrajo y le obligó a separar sus bocas. Justo a tiempo, pues ya su novio le estaba echando una mano para sentarle a la orilla de ese lugar frente al cual, horas antes, Keita y él mismo habían sido peinados y maquillados... Adiós, decencia.

Más tardó en abrir discretamente las piernas, que lo que Sujk demoró en acomodarse entre estas. - Te dije que podías hacer lo que te viniera en gana... - Oh, mierda... Ahora venía esa parte en la que él mismo se desconocía. ¿Ahora mismo porque era que le hablaba en voz baja, como si temiera fueran a escucharle? ¿Cuál era el objetivo de jugar entre los dedos con ese extraño cordón que decoraba la parte superior de su vestuario? - Pero estas ropas debo seguir usándolas en otras cuantas presentaciones, así que... - Como que le estaba gustando dejar las palabras al aire esa noche. No le importaba en absoluto... Estaba más concentrado en sostenerle la mirada a su baterista...


Sujk Arkhelism
El tocador esto, el tocador lo otro, al diablo con el tocador y todas las cosas que se había destrozado al caer. Sí, debía poner una bonita excusa para cuando sus compañeros y maquillistas entrasen al camerino, porque de seguro iban a encontrar un desastre, él no estaba en disposición de acomodar todo cuando terminasen, porque seguro que se mancaba más las manos y no quería levantar sospechas con Yuuto, igual y alguna cosa se le ocurría cuando todos viesen el desastre que estaban ocasionando. No, esto no era como la vez del hostal, estaba conscientes de que esto si les costaría más dinero, pero… ¿Quién iba a saber que ellos dos estarían teniendo sexo allí? Nadie, si ni siquiera se insinuaban cosas estando a conciencia, nada podían sospechar.

Cuando tuvo oportunidad de separarse de esos labios, que hinchados estaban por andarse besuqueando de aquella manera con Yuuto, fue que tuvo reacción en esas palabras que le llegaron de golpe. —No hace falta que lo digas, porque de todas maneras estaba planeando hacerte mío de todas las maneras posibles… — Su mirada deseosa, se paseó en las acciones de Yuuto, aquel que sostenía el hilo de ese corsé que le adornaba el vestuario. — Me importa poco tu vestuario… — Le arrebató el cinto y comenzó a desatarlo, pero no lo iba a quitar completamente, solamente lo aflojaría, era demasiado si desnudaba a Yuuto en esos momentos, solo disponían de poco tiempo para hacer sus fechorías.

—Dime… — Pegó su frente con la ajena, sus manos se aventuraron hasta el interior de los muslos de su menor, los cuales palpó a su mero antojo hasta llegar al botón del pantalón ajeno. — ¿Te gustaría que tu novio te folle con la ropa puesta? — Claro, era una pregunta que importaba poco, porque de todas maneras ya estaba metiendo mano donde no, y presionando cierta entrepierna que parecía estar medio despierta. Una de sus manos subió hasta la parte del vestuario a ajeno, y al estar el corsé flojo, le permitió deslizar la tela hacía los lados, dejando que esta se deslizase lánguida hacia los hombros de su menor, dejando estos al desnudo solamente. Jodido vestuario que le habían puesto a su guitarrista, era demasiada ropa como para tomarse la molestia de quitarla ahora que estaba caliente a morir.


Yuuto Shinji
Los labios le vibraban, no estaba seguro si por la hinchazón que seguro presentaban o por el deseo de que continuase arrebatándole suspiros... Tal vez solo era parte del efecto que provocaba en él escuchar palabras como "Hacerte mío". Ahora si no pudo evitar dejar escapar un suspiro de complacencia... Sujk y sus múltiples maneras de extasiarlo al profesarle su deseo y dejar implícitos sus instintos de territorialidad que tanto le gustaban. El cinto le fue arrebatado de la mano y fue desatado sin ninguna clase de tacto... Vaya que el mayor había entendido que llevaban algo de prisa con ese asunto.

Estaba esperando a que volviera a besarle, pero entonces la frente de sensei le hizo levantar el rostro para que ambas frentes quedaran unidas... Sentado como estaba, su pareja le quedaba un poco más en alto... No le molestaba en absoluto el mirarle desde abajo, pero las palabras ajenas, para su sorpresa, le hicieron sonreír... con lascivia. ¿Lascivia en él? Hasta entonces, en sus encuentros, podía sentirse divertido e inclusive ridículamente cursi, pero ahora...

- Igual necesito quitarmelo para cambiarme de ropa... - Apoyó las manos a la orilla del mueble, despegó su frente de la ajena y desvió el rostro a un costado. Mientras se encogía de hombros y enfocaba su atención en la pared que tenía a su lado... esa misma extraña sonrisa se ladeó en su rostro. - No me importaría si la quitas toda mientras intentas llegarme hasta la garganta. - ¿Qué acababa de decir? ¿Le había hablado en doble sentido? Bien, no se trataba de la primera vez que lo hiciera, pero... ¿tan vulgarmente? ¿Él? ¿Era que acaso habían invertido papeles?... Tal parecía que con el paso del tiempo él mismo estaba viéndose en la necesidad de reconocerse, de dejar salir a flote su lado más desenfadado y cinico. Le gustaba... tanto como esas manos colándose entre sus piernas, como el fresco que se sentía en sus hombros ahora desnudos... y que continuaba elevando en busca de que sensei se hiciera con la palida piel de estos.


Sujk Arkhelism
¿Por qué se le estaba insinuando así? ¿Por qué Leda tenía el toque perfecto para hacerle perder la cabeza? Qué no llevaban tanto tiempo metidos allí y él estaba que hervía de pies a cabeza; sentía su corazón agitado, aquel que golpeteaba su pecho como si quisiera salir disparado. Y qué decir de su respirar, parecía que había corrido un maratón, pero… ¿A quién le importaba? Él estaba tan a gusto como Yuuto. Debía meter prisa al asunto, sabía que con el menor todo podía alargarse, pero también hacer las cosas a su manera y con toda la complacencia del mundo para que ambos quedasen satisfechos.

Claro que se detuvo a observar bien a su guitarrista, éste que con tal sensualidad lo miraba desde su lugar, que con tal lascivia, arrogancia y un toque de seducción lo estaban arrastrando a la lujuria misma. Sus encuentros no eran tan vulgares, según el recordaba, pero ahora Yuuto se daba en la tarea de hacérselo saber con tales palabras. ¿Llegarle a la garganta? Le destrozaría si seguía con comentarios como esos. —Vamos… Más que eso, necesito que me ahogues hasta que no pueda más, que me tengas en tus entrañas torturándome, llevándome al infierno y al cielo, al mismo tiempo… — Claro, debía dejar expuestos todos sus deseos por medio de palabras también.

Mucha platica y poca acción, pensaba. Al fin se pudo hacer con el pantalón de su menor, y lo jaló con la fuerza y poco tacto necesarios, haciéndole bajar este, al mismo tiempo que su ropa interior. Él no se hizo esperar, solo tenía la camiseta de su vestuario puesta, así que levantó los brazos y se la quitó, de inmediato, sus ojos se fijaron en la piel desnuda de esos hombros, se acercó, su cabeza se dejó vencer por esa piel lívida, y sus labios comenzaron a atacar. Mordió, lamió, besó… Recorrió aquella piel como si fuese lo más delicioso del mundo, y hasta dejó marca de lo que era suyo en realidad. Poco a poco sus labios se fueron insinuando a base de besos que le recorrieron por las clavículas, hombros, hasta llegar a la curvatura de ese cuello nuevamente, justo donde estaba ese lunar, allí, hincó sus dientes y al mismo tiempo, con la punta de su lengua, le delineo de manera circular. Al carajo si el otro iba con marcas a la reunión aquella. Las piernas del guitarrista estaban a su alcance, pero más que eso, se hizo con el miembro de éste mientras se daba la labor de comerle la piel a base de marcas y besos.


Yuuto Shinji
Que ni le dijera tanta cosa con respecto a sus deseos y ganas que le traía, porque eso no hacía mas que engrandecerle el ego, de hincharle la arrogancia y si, de paso, en el bajo vientre un cosquilleo extraño le hacía sentirse en verdaderos aprietos... Era evidente que ya se estaba cargando con una erección que, de avanzar Sujk un poco más por ese camino que llevaba, seguro que daba con su ya nada discreta excitación... Toda altanería desapareció en el momento en que el pantalón junto con la ropa interior, le fueron arrancados a la vez... Para no caer de su improvisado asiento, tuvo que sostenerse con mayor fuerza del mueble. Inconscientemente le observó con húmedos y entreabiertos labios... Así de arrebatado, no había persona en el planeta que no pudiera quedarse con la boca abierta ¿cierto? Y lo mejor de todo... ese arrebatado estaba a nada de entregarse a él también... Ese arrebatado hombre cuyo pecho ahora estaba desnudo y le hacía sentir cierta urgencia para que volviera a acercarse...

Sujk se fue directo a atacarle la piel de los hombros con violencia. - Ngh... - Quería forzarse a no gemir con cada mordida, cada vez que esos incisivos se hincaban sobre su piel como quien intenta morder alguna fruta... No se contenía no por que no desease ser escuchado en el exterior, sorprendentemente eso ya no le importaba, pero todas sus vocalizaciones tendrían que costarle trabajo a su baterista y este lo sabía... - A-ah... - Bien, no le estaba costando tanto, no en cuanto le sintió descender por sus clavículas, por la curvatura que estas formaban... por el cuello... ¡Ese jodido lunar! Mierda... ese maldito lunar que acostumbraba a desatar tantas cosas entre ellos...

El aire acondicionado golpeaba sin clemencia en cada centímetro de piel que sensei humectaba y mancillaba... Dolía y le gustaba en partes iguales... pero por mucho que gustase, el mayor no iba a irse libre de pecado en esa. Si, podía haberle sujetado ahora de su ya nada humilde erección y podía haberle dejado boqueando con ello, pero... en un último momento de lucidez, elevó las piernas hasta abrazarle por la cintura con estas... y, malintencionado, pasó las manos hacia la espalda de su pareja... No, la madera del tocador ya no parecía tan tentadora para aferrarse ahora que tenía semidesnudo a su novio. Y una mierda si luego se quejaba de estar todo rasguñado... Cómo pudo, con las cuatro extremidades le atrajo aún más a su cuerpo, él mismo se vio obligado a deslizarse más a la orilla... Era clara la manera en que le estaba exponiendo su cuerpo en aquella posición pese a la desarreglada y maltrecha ropa que llevaba encima, no... Sujk sostenía su miembro con firmeza... Él le dejaba al alcance otra cosa que también clamaba atención.


Sujk Arkhelism
Lo que más deseaba, era lo que ahora escuchaba. Los gemidos del menor golpeaban directamente sus oído, había mucho que decir cuando el otro comenzaba a sacar esas pequeñas vocalizaciones que trataba de reprimir, era tan arrogante pensar que solo se estaba haciendo el fuerte ante las buenas atenciones que le estaba dando, porque probar esa piel, era de sus parte favoritas. Sentirlo, palparlo… Todo Yuuto tenía que disfrutarse, pensaba. Claro, que solo él podía hacerse de esa manera con el menor, por eso quizá era que era tan celoso y posesivo con su guitarrista, a saber, pero no le gustaba que nadie tocase siquiera un hombro de esos que ahora estaba marcado con toda la pasión que se le desbordaba despampanante en sus emociones y acciones.

Las clavículas de su novio ahora estaban marcadas; macadas por sus besos, la piel moreteada le hacía saber cuán excitado y ansioso estaba por probarlo más y más, por indagar en su espacio personal, y solo para consentirlo un poco de las marcas, se detuvo a lamer ésta, dejando un camino de saliva por esa zona. Ahora se hacía con el cuello del otro, chupeteaba ese lunar, subía hasta la oreja del contrario, jalaba con sus incisivos ese lóbulo solo para lastimarlo un poco, tampoco quería que el otro lo mandase al diablo por maltratarlo y no darle placer.

Estuvo entretenido con todas las zonas de piel expuestas de su novio que, cuando menos se lo esperó, éste ya le había rodeado con las piernas, aquellos brazos se aferraron a su espalda, y todo Yuuto estaba contra su cuerpo de una manera que se le hizo erótica, carnal… El trasero del guitarrista quedó completamente al aire cuando se posicionó así contra su cuerpo, dejando solo parte de su espalda contra el mueble. — Yuuto… — Jadeó el nombre de su novio, estaba emocionado, deseoso… Lleno de pasión por ese joven. Sí, porque aún era un joven… Uno que sabía bien diferenciar las cosas, pero que se dejaba llevar y arrastrar como el mejor de los amantes. Una de las manos que tenía apresada la entrepierna del otro, le guió a su boca, y solo ensalivó uno de sus dedos (el índice para ser exactos) y lo guió de vuelta, pero ahora hacía la entrada del guitarrista. Era un bruto, sí, pero tampoco tan bestia como para dañar en serio al otro, ambos sabían que al no tener sexo por un tiempo, les afectaba cuando lo volvían a tener, por eso no estaba de más aquella atención. Introdujo su dedo ensalivado en la coralina entrada del otro, con cuidado, pero hasta el fondo para tocar un punto clave. Su otra mano, se encargó de acunar una nalga de Yuuto, apretándola en el proceso. Él por su parte, estaba empalmado, dolía, debía admitir, pero debía aguantar solo un poco…


Yuuto Shinji
Cuando la boca de Sujk llegó hasta el oído no pudo evitar gemir casi dolorido... La estimulación auditiva que le provocaba esa atención en la oreja, con tal respiración forzada... con esos dientes intentando maltratarle de manera dulce... Todo eso era tan excitante que dolía. Si, con sensei venía a descubrir que eso era posible, que tener ambas sensaciones provocándole cortocircuito en el cerebro era posible, era real... Sujk hacía real hasta lo que no le pareciera humanamente creíble. Y después de todo... ¿Qué era lo que tanto le hería en el pecho? ¿Qué era lo que le hacía padecer en extraños cosquilleos en el vientre? La necesidad de sentirle perdiendose dentro suyo... Recuperándose a si mismo para volver a profanarlo...

En momentos como ese era que se recordaba hacía ya varios meses, sobre la cama en casa del mayor... tumbado entre las sábanas revueltas, sin saber qué mierdas hacer con su persona... Desesperado por sentir más por acabar con toda su persona... ¿Qué era lo que había suplicado entonces? - Sensei... - Correspondió al llamado de su nombre. Las piernas se aferraban más al contorno de su amante... Sujk le tenía bien sujeto con ambas manos, por lo que más le valía ocupar las propias en algo más interesante... - Hasta el fondo... despacio... y a la primera... - Suspiró levantando el mentón para intentar buscarle la mirada a ese que ahora poco a poco exploraba en su ceñido esfinter. A esa altura no alcanzaba más allá de acariciarle el hombro con la punta de la nariz... Eran sus olvidadas manos la que, en medio de sus cariñosas distracciones y descaradas palabras, se habían encargado del pantalón de su novio... de la ropa interior de este. Manos discretas que se las arreglaron para dejar a la intemperie esa excitación que parecía tan incomoda como la propia.

Ya lo tenía. Estaba recordando... ¿No era que desde su primer encuentro sexual había descubierto que podía ser un tanto... obsceno? "Follame", "Parteme" eran la clase de verbos que había tendido a utilizar desde la primera ocasión... Las insinuaciones ahora no debían importarle en absoluto, simplemente se dejaba llevar... Simplemente sus carnosas y calientes paredes se ceñían con fuerza contra aquel dedo indice que le mancillaba por dentro... Su organismo sabía que había echado de menos esa clase de intromisiones y deseaba dejarselo en claro. - Parteme en dos... - Pidió risueño contra la piel de aquel hombro que no dudó en comenzar a mordisquear un poco. Le echaría una mano... literalmente. No tenían tiempo que perder, así que masturbar a su pareja parecía una opción excelente para ir preparando el camino entre los dos.


Sujk Arkhelism
“Hasta el fondo... despacio... y a la primera...” Sí, era así como lograban ir a la par con ese tipo de cosas, o más bien, en todas las situaciones; siempre de la mano y sin dar pasos agigantados. Aunque sabía que estaba con el deseo a flote, y perdiendo la cabeza… No podía olvidar el hecho de que debía ser todo con la debida calma para no dañar a ambos, porque, él al entrar, ejercía mucha presión y podía provocarle desgarres al guitarrista y era lo que menos quería. Cuidarlo estaba dentro de sus cabales, aunque estuviese quemándose de puro placer, cuidarlo era la clave para que todo saliese de manera espontánea y para el disfrute de ambos.

Las piernas de su guitarrista estaban bastante bien aferradas a donde debían de estarlo. Su dedo, que con algo de dificultad se adentró en su menor, poco a poco fue expandiendo esa paredes, pero sabía que no sería suficiente comparado con lo que ahora se venía, pero por lo menos le quería hacer llegar la idea al otro de que solamente lo estaba preparando, o bien, dejando rastros de saliva para lubricar un poco la entrada, así no tendría nada de problema al entrar, o quizá sí, solo una mínima posibilidad de que se dificultara un poco al abrirse paso.

Ya poco importaba el lugar donde lo estaban haciendo, quedaba menos de media hora para que sus actos de salvajismo tuviesen plazo, pero bien, por ahora era mejor disfrutarlo y salir de allí como si nada. No podía pensar con la cabeza caliente y lo sabía, lo sabía de sobra porque Yuuto era el único que le podía enfriar los pensamientos y calentar los mismos de una manera que no se podía entender. — Te quiero partir hasta que olvides tu nombre… — Susurró con ese aire altivo que pocas veces se le era concebido.

Sacó su dedo, y estuvo a punto de hacerse con su pantalón cuando Yuuto lo tomó con la guardia baja. No pudo evitarlo, su cuerpo se encorvó y chocó contra el de su novio, haciendo que este pegase la espalda de manera estruendosa contra el espejo del tocador. — J-joder…. — Se mordió el labio inferior, cabizbajo, algunas gotas de sudor ya le bajan desde la cabeza hasta la sienes. Quería en verdad reprimir todo gemido… ¿Desde cuándo su hombría se había vuelto sensible al tacto? Estaba que su pecho subía y bajaba de manera constante, el corazón le palpitaba como si se quisiese salir de su lugar. — A-aahnn… — Primer gemido. Yuuto se estaba aprovechando, lo hacía porque estaba imposibilitado al tener a su miembro entre esas hábiles manos. Al carajo con el rubio y su talento… Lo estaba destrozando con aquella masturbación. — Basta… — Pidió aquello de manera ahogada, ya tenía parte de la frente perlada en sudor y permanecía aún cabizbajo.


Yuuto Shinji
No era bueno celebrar antes de tiempo, o al menos ese fue su pensamiento luego de que sensei le asegurase que le daría tan duro que le haría olvidarse de su nombre. Ni tan siquiera pensó en las consecuencias de sus actos y su espalda chocó fuertemente contra la frialdad del espejo detrás suyo... Solo su alta espalda estuvo al tanto de la temperatura de tal cristal. La parte superior del vestuario se deslizaba aún más por los costados y eso le importaba lo mismo que la nada. Casi se atraganto con su propia saliva luego de contemplar las expresiones que el rostro ajeno le ofrecía... tan erótico, tan deseoso.

Boquiabierto, casi se olvidó de las razones por las que se encontraban enfrascados en tal situación... ¡Encima gemía tan...! Incrédulo se quedó pensando en lo increíblemente delicioso que sonaban aquellas vocalizaciones salieron de la garganta de su pareja... Tal vez eso era lo que, inconscientemente, le motivaba a presionar un poco más aquella erección entre sus dedos... Sujk le pedía suplicante que se detuviera. Él no lo hizo, podría quedarse toda la vida mirando como cada una de esas gotas de sudor descendían lentamente por el rostro de su pareja... Al diablo si tenía que ladear un poco su cabeza para poder observarle con todo el morboso detenimiento que le viniera en gana.

Con malicia el pulgar se encargó de presionar la glande humectada por, lo que él casi podía jurar, era líquido preseminal. Si se seguía con rodeos el mayor se correría en su mano y no quién pudiera bajarle el calentón que ahora se cargaba. Inclinó aún más la cabeza y esta vez su boca fue a buscar a tientas los labios ajenos... para hablar sobre estos, para poder cerrar los ojos sin dejar de mover su mano a lo largo de esa extensión que era de su deseo.

- Nada de "Basta", Sujk-kun... - Susurraba contra el labio inferior de su baterista. Buscando incitarle más si le podía, pasó la punta de la lengua por esa metalica pieza que nunca le podía pasar desapercibida desde la primera vez que se hubiesen besado. - Si no la ocupas para "otra cosa", creo que será bueno que le siga "molestando"... - Llevaban prisa y era momento de recordarselo a su pareja. En su bajo interior sentía que ya no era solo que extrañara aquellas falanges estimulandole... Requería más. Ahora... Requería más. Lo más pronto posible...


Sujk Arkhelism
Se sentía sofocado, no podía soportar tal calor embargando su cuerpo. Yuuto no tenía indicios de dejar su hombría así como así, conocía al menor y sabía que de perverso, la palabra le queda corta. Trató de mantener la respiración, de que ésta no fuese errática, no quería que nada se fuera de sus manos, pero el jodido placer de estar siendo estimulado de aquella manera, no estaba matando. Esos dedos largos y suaves acariciaron toda su extensión, haciendo que se encorvase aún más, y que tuviese el descaro de gemir con tal facilidad que se estaba dejando en vergüenza. Carajo, Yuuto se estaba saliendo con la suya y tal parecía que percibía la sensibilidad que en su miembro yacía ahora.

Fue el pulgar del menor quien le mandó una señal a su cerebro para que pudiese retorcerse. ¡Joder! Qué dolía tanto que el otro no tenía piedad de él ni siquiera porque tenía el descaro de ver sus facciones se compadecía de él, que sí el menor seguía estimulando de manera beatifica su extensión, terminaría corriéndose en aquella mano, pues todo era tan magnífico como para no dejarse llevar. Los labios de su menor, que sensuales y húmedos le fueron a atacar si anestesia, le dejaron marcando ocupado. Ese aliento chocaba contra su boca, esa boca pasional era la que lo estaba valiendo un loco, un descarriado… Alguien que se salía del camino del bien para hacer todas las fechorías que parecían inmorales para el mundo. — Eres el peor… — Sonrió, no de manera fácil, claro que no, dolía sonreír como ahora lo hacía y ahora utilizaba esas palabras del menor contra él. Pero claro que era el peor, estaba seguro de ello.

—Deja de seducirme… — La lengua ajena hizo contacto con su pieza metálica y con todo la cordura que le quedaba, y claro, fuerza, logró arrebatarle su hombría al menor de entre esas manos que cuidadosas lo acunaban. — Es mi turno… Me quedé en la parte donde te iba a… — Dejó las palabras a medias, lo entretuvo con sus labios. Lo besó, no de manera tranquila, puesto que su lengua fue al campo de batalla de inmediato, se fue haciendo un espacio para guiar su miembro hasta la entrada del menor y con ayuda de sus dedos, fue que pudo posicionar la punta en ese anillo elástico. No se hizo esperar más, no quería hacerlo, así que se fue abriendo brecha. Tal vez no de manera tan lenta, ahora estaba cobrando venganza y lo que quería completar era “Romperte en dos”. Lo hecho, hecho estaba.


Yuuto Shinji
¿Era el peor? ¡¿AH?! ¿Qué esa frase no era suya? Ah, Sujk venía a convertirse un jodido ladrón de frases ahora que la excitación le estaba haciendo perder la cabeza… casi literalmente, pues esta ya la tenía al alcance de su mano. Era forzada sonrisa le hizo crecer el ego más si se podía… encima venía a confesarle que le seducía sin problemas, más confianza para él y así poder hacerse con su pareja como quisiera. ¿Cuánto tiempo era que llevaban en todo eso? Ya ni idea tenía, pero de pronto cierta frase de hacía algún tiempo venía a su mente… la materializó en palabras: - No, incluso pienso que me has contagiado tu lado vouyerista… - Bromeó – Si alguien abriese la puerta… - Si alguien abriese la puerta, se quedaría sin habla al contemplar el hambre con que Sujk comía la boca, al grado de que le hizo olvidarse de que le habían interrumpido las atenciones que estaba dándole a la erección de su baterista.

¡Joder! Que esa clase de besos atacaban directamente a todo su sistema nervioso, le hacía vibrar toda parte de su ser y era como si cada centímetro de su piel se hipersensibilizara por mil… A penas y alcanzaba a darle batalla a esa experta lengua que, a lo largo de un año, ya había aprendido a someterle de alguna manera. Si, debía admitirlo… Demandante, posesivo… eran parte de las actitudes que en el otro le encantaban. Por lo menos le encantaban hasta que le obligaba a dejar de pensar, de hablar… Ya no tenía las manos ocupadas, por lo que se le hizo fácil arrojarle los brazos al cuello… en la cintura ajena sus piernas se aferraban con mayor fuerza conforme sentía como le invadían sin miramientos. Apretó la mandíbula con fuerza… y menos mal que le había preparado un poco, porque estaba que dolía horrores y no tenía ni idea de si saldría de ahí por su propio pie… Esperaba que sí. Tenía el único tonto consuelo de que, todo lo que estuviera padeciendo se lo haría padecer un poco al otro… Ambos se arriesgaban a todo tipo de lesiones cuando el deseo y desenfreno terminaba por ganarles…

¿Era que acaso en serio no podían detenerse? Joder, que solo habían permanecido abrazados en el pasillo. ¿Cómo era que ahora se veía en la necesidad de acallar los dolorosos gemidos contra el pecho desnudo y mojado en sudor de su novio. Cuando menos lo imaginó ya estaba mordisqueándole la piel en medio de esa tortura que se prolongaba lo que a él le parecían horas. ¿En qué momento era que llegaría Sujk al fondo, tal y como le había prometido? Bien sabía el trabajo que eso costaba dado su poco frecuente vida sexual… Lamía, mordisqueaba y los cabellos ajenos ahora eran víctimas de los tirones que sus dedos proporcionaban a estos.

-¡S-Suuujk… kun! - ¡Ahí estaba! Al fin en el blanco. Al fin le tenía en donde tanto venía deseando tenerlo… Las piernas le flaquearon, por el dolor, por la certeza de su pareja… a saber… pero terminó por bajarlas, no creía que pudiera aguantar ahora que Sujk se encontraba por completo en su interior. – S-sal… - Le pedía. No para que se detuviera, sensei debía saber perfecto que debían meterle prisa en cuestiones de dilatarle y aunque doliera… Entrar y salir era la única opción que sensei tenía para acelerar el proceso.


Sujk Arkhelism
“Sí alguien abriese la puerta…” Seguramente se meterían en muchos problemas. “Sí alguien abriese la puerta…” Seguramente se darían cuenta de que Yuuto era completamente suyo pese a las circunstancias de que ambos eran hombres. “Sí alguien abriese la puerta…” Seguramente armarían un escándalo y ellos ni en cuenta por estarse devorando la boca con tal intensidad que palabras le faltaban para describir lo inigualables que eran los besos correspondidos de Yuuto. Sus lenguas húmedas fueron al encuentro, uno entrañable, uno que les hacía falta para arrancarles el aliento de la manera más dolorosamente placentera posible.

Los brazos de Yuuto, que impulsivos fuero a dar contra sus hombros y esos dedos contra sus dedos, eran los que conformaban una parte importante dentro de aquella vida sexual que solo podía vivir con Yuuto. Sus movimientos eran los que ponían las y dictaban lo que no podían decir en términos de habla.

Detenerse ahora era el suicidio mismo. Detenerse sería apagar el fuego que había incrementado de un momento a otro; y es que su miembro, que poco a poco se fue adentrando, sentía tal presión que no pudo evitar mostrar su dolencia, más que apretando los ojos y bajando la cabeza un poco para mitigar su pequeño dolor que no era comparable con el que estaba padeciendo su menor. La única manera en que podía dañar a Yuuto, y eso tan solo un poco, era teniendo sexo. Solo de manera física. Respiró hondo, boqueó sin poder evitarlo y en un momento dado, su novio bajó las piernas, aquellas que temblorosas estaban. — ¡Leda…! — Gimió el nombre artístico de su amante con tales ganas que sintió que la garganta escocer.

Bien sabía que debía ayudar a Yuuto, que entrar y salir de esa estrechez era lo mejor para poder dilatar, así que cuando el guitarrista le pidió que saliera, lo hizo. Sus caderas se echaron para atrás, haciendo que toda su hombría se deslizase por esas paredes hasta estar fuera, dejó solo la punta dentro, y cuando se sintió listo, de nuevo entro, así unas tres veces más para que el cuerpo del menor se acostumbrase. Con fuerza, logró subir las piernas de su amante de nuevo alrededor de su cintura. — Me fascinas… —Le tenía de frente, semidesnudo. Sus manos se deslizaron por esos muslos y con ello, logró alzar más la falda aquella que Yuuto aún traía puesta, dejando que la tela colgase a los extremos de cada lado de las piernas de su menor. —Tienes esa facultad de seducirme… — Movió sus caderas de atrás hacia delante, haciendo que su miembro entrase de manera profunda, dejando que ambos se sintiesen beatíficamente para tortura del menor. — Me gusta que me enredes y me lleves al borde de la locura…—Jadeó, se dejó llevar y arrastrar por sus instintos lujuriosos; y entre manos, apretó con fuerza los muslos del guitarrista…


Yuuto Shinji
“¡Leda!”. Su seudónimo resonó con fuerza dentro de su cabeza… Ahora mismo creía muy posible el que esa sola palabra fuera algo que se quedaría grabado a fuego en su mente durante toda la noche. Al diablo con la reunión de más tarde, porque con suerte y no terminaba excitándose nada más de recordar lo que ahora mismo acontecía… Más le valía poner la mente completamente en blanco una vez se reuniera con los ejecutivos en la oficina. “¡Leda!”… esa maldita expresión que le dejaba en claro cuan apasionado era que se encontraba ese que poco a poco se iba abriendo camino entre sus piernas… Ese al que más le valía meter velocidad al asunto, porque no creía poder continuar permitiéndole estar ahí mientras él mismo sentía trabada la mandíbula y los dedos encarnándose en la piel ajena.

Despacio le sintió retroceder, no por completo… Tal parecía que sensei no deseaba mayores dificultades para volver a arremeter en ese interior que, ante la ausencia de Sujk, comenzó a sentirse un poco aliviado de poder volver a contraerse… Poco duró eso pues nuevamente fue invadido, esta vez con mucha mayor facilidad. Le abandonaba, de nuevo le cobijaba y a él que las piernas simplemente no dejaban de temblarle… Se aferró con mayor fuerza al cuello de su pareja, tiró sin piedad de sus cabellos… Ya estaba haciéndose con su cuerpo con mayor facilidad. Al llegar al fondo de su interior fue que por fin pudo dejarse llevar… Por un instante todo se puso borroso y agradeció el que ahora sensei le mantuviera las piernas alrededor de la cintura, el que el espejo le sirviera de apoyo…

El modo en que su trasero había quedado expuesto de aquella manera, permitía que sensei pudiera dar una y otra vez en ese sitio en tanto le gustaba. - ¡Calla…! – Ese sitio que conseguía hacer que cada palabra se transformase en gemido, en jadeo… en todo menos palabras coherentes. ¡Joder! Que ya desde hacía rato estaba que su excitación dolía y… - ¡A-Ahhh! – Por favor, que se dejara de tanta palabrería, porque entre que le hacía hervir el que le confesara cuanto era que le ponía caliente y esa jodida falda que “casualmente” no dejaba de caer sobre su sexualidad descaradamente húmeda y erecta… Poco a poco sentía que ya se derrabama, así de pronto, así de todo… No sabía qué carajos de todo eso le hacía perder más la cabeza.

– Soy… - Jadeó con dificultad. No supo en qué momento sus manos habían ido a parar a la madera del mueble donde se encontraba sentado… simplemente se sabía con la ropa maltrecha, el pecho subiendo y bajando con fuerza y dolorosamente, la boca semiabierta… el rostro colorado y una mirada con la que casi quería acribillar a su pareja. – Soy yo… el que se… está volviendo loco… - Sin misericordia se mordía el labio inferior… De un manotazo se hizo a un lado el cabello mojado que ahora le estorbaba la visión. El peinado que llevaba había pasado a mejor vida… Ahora solo le importaba el miedo que le causaba el saber que estaba a punto de correrse. – Eres… - Volvió a jadear de manera complicada. La mano con que antes se despejase la visión terminó dejándola caer en el bien formado antebrazo de su pareja, ese cuyos músculos se encontraban tensados al estarle sosteniendo las piernas.

– Eres tú el que… no sabe… - Se relamió los labios, intentó sonreírle fallidamente. – Eres tú… - Mierda, lo sentía venir… La otra mano fue a aferrarse inclemente en el brazo de Sujk al que aún no se sostenía. - ¡Angh…! – No había conseguido ni siquiera terminar una sola oración. Sin medir consecuencias arrojó la cabeza hacia atrás, al diablo si el espejo del tocador pareció salirse de su sitio, mientras enterraba las uñas en la piel de su increíble amante… No solo le embargaba el placer del tan ansiado orgasmo, también le iba llegando la cordura que le decía “Imbécil, acabas de arruinar parte de tu vestuario con algo que difícilmente harás pasar por batido de vainilla”.

De más estaba decirle al otro que… Era él quien no se daba cuenta de que podía seducirle con solo dedicarle una simple mirada, pero una que fuera únicamente para él. ¿Cómo mierdas era que se había corrido tan rápido? Los jodidos previos con Sujk parecían hacer maravillas en su persona, tanto jugueteo, tantas insinuaciones y provocaciones… Mientras gozaba todavía de la presencia de este en sus entrañas, sonreía de manera idiota al pensar que, Sujk, bien podría hacerle tener un orgasmo con una sola de sus caricias…


Sujk Arkhelism
¿Era imaginación suya o Yuuto estaba más agitado que antes? De verdad que no podía creer la fuerza con que éste le tiraba de los cabellos; estaba desesperado, frustrado por no sacar todo lo que su cuerpo le estaba pidiendo, pero estaba seguro de que él haría que lo sacase aunque el otro debiese quedar en completa evidencia. Al igual que el menor, él estaba que se moría de excitación, pero hubo cero palabras de su parte cuando al fin pudo tocar un punto en el cual su hombría pudo darse el gusto… Joder, que con esos jalones de cabello su libido crecía más y más… Poco importaba si algunas hebras eran arracadas y se quedaban entre los dedos del menor.

—¡A-ahnn…! ¡Mngh…! — Gemía claro y sin querer retenerse, pues cuando la hacía, la respiración era dificultosa y le hacía doler el pecho, necesitaba sacarlo todo. Yuuto ya no estaba tan cerca de él, Yuuto había tenido un orgasmo repentino, tan así que le dejó sorprendido, y es que él aún no terminada, joder que apenas había comenzado y su guitarrista ya estaba teniendo un orgasmo a saber cómo. Pero que no se diera por vencido tan pronto, aún había mucha carrera por recorrer…

Dejó de sostener las piernas del menor, y fue a agarrarle de la ropa, que holgada caía sobre los hombros ajenos y jaló con fuerza la tela para azotar al menor contra su cuerpo, sus bocas se dieron un topón y él le miró con los ojos brillosos y llenos de deseo… Era así: Le deseaba tan así que su corazón parecía arder en vida, le deseaba tanto que pedía a gritos un beso más para que le robase el último aliento, le deseaba tanto que por él daría lo que fuera, le deseaba tanto que poco le importaba si alguien llegaba y les descubría. — Aún no terminamos… — Susurró contra los labios ajenos. Terminó besando a su novio de una manera pasional; era un beso profundo, lleno de emociones. Se comía aquellos labios con tal pasión que era complicada de describir en un momento de sexo como el de esos momentos. Aún le tenía sujeto de la ropa mientras le besada con furor.


Hubo un momento en que detuvo toda embestida y rompió el beso, dejando un hilillo de saliva que aún unía sus labios con los ajenos. Se quitó las piernas de su amante de la cintura y terminó por alejarse un poco, dejando al otro sentado, luego estiró los brazos para tomar al menor por las caderas, lo bajó del tocador y de inmediato le dio vuelta, dejando recargada la cintura ajena contra el filo del lugar donde ahora lo estaban haciendo. Aquella falda, que aún no le quitaba al otro, la alzó bruscamente hasta dejar descubierto el trasero del otro. De verdad, que era la primera vez que le hacía el amor al menor con la ropa puesta… El guitarrista se veía tan sensual y seductor con toda la ropa lánguida, con parte del vestuario cayendo de lado a lado por esos hombros, teniendo la estorbosa falda por arriba de sus caderas. Joder, que se estaba volviendo un salvaje con solo mirar la escena a través del espejo… — Yuuto… — Volvió a llamar al menor con ese tono de suplicio, y nuevamente tomó su miembro para volver a introducirlo en la entrada del menor, que ya estaba más que dilataba por las embestidas de hacía un momento. Una de sus manos se fue directamente a presionar el miembro del menor, el cual estaba húmedo por su reciente orgasmo; aún continuaba duro y no se hizo espera, puesto que comenzó a estimularlo mientras le embestía beatíficamente para que el otro se acostumbrase y pudiese agarrar otro ritmo.


Yuuto Shinji
Continuaba duro, no había mayor realidad que esa… No de manera tan firme como hasta antes de correrse, pero vaya que Sujk le estaba llevando a lo que él creía era el límite de sus posibilidades. Cansadas, sus piernas se deslizaron desde las caderas de su pareja hasta quedar colgando débilmente desde el mueble donde permanecía sentado; de alguna manera estaba agradecido de que ahora Sujk le sujetase, porque sentía que por su propia cuenta no podría conseguirlo… Ni siquiera le permitió recuperarse y ya le estaba mirando con esos deseosos ojos a los que no podía, ni quería, negarle nada… Esos malditos ojos que le orillaban a entregarle su cuerpo esa y todas las veces que el mayor se lo demandase. Justo como ahora que le informaba que estaba equivocado si se creía que hasta ahí había terminado todo. De reojo miró la hora en el reloj de pared… ¿Diez minutos?

– Lo sé… - Respondió quedamente y también contra aquellos rebordes que nada más alcanzó a acariciar con sus palabras y ya estaban robándole más que eso. A cada beso le robaba la existencia… a cada beso se sentía menos él y más se iba conociendo a sí mismo. Con cada caricia Sujk le obligaba a redescubrirse… le obligaba a sacar ese lado descarado, necesitado y pasional que hasta ahora desconocía poseer. Sus bocas se separaron… sus sabores permanecían unidos todavía en un hilillo de saliva que, al correr los segundos, se adelgazó lo suficiente hasta conseguir romperse… Se trataba de alguna clase de señal para que volvieran a meter prisa para continuar con esa furtiva manera de amarse que llevaban improvisando increíblemente rápido y sobre la marcha.

A penas se acostumbraba a poner nuevamente los pies en el suelo y sensei ya le tenía de cara contra el espejo de aquel tocador. – Vaya… morbo… - Susurró encargándose de arrastrar lo más posible cada una de las letras de ese solitario par de palabras, a través del reflejo de ambos ya estaba buscándole la mirada acompañando los gestos con una sonrisa descarada. Estaba vestido casi por completo, con las ropas desarregladas, pero vestido al fin y al cabo… Sensei se negaba a desnudarlo y a él le fascinaba que le dejase en claro su jodida faceta de fetichista, tanto que podía pasar por alto que el filo de la madera del mueble lastimaba su vientre… y al mismo tiempo le consentía con el discreto roce sobre la glande de su miembro que amenaza con volver a ponerse firme sin mayores problemas.

“Leda”… su seudónimo le había tomado por sorpresa antes, pero cuando Sujk le llamaba por su nombre en el sexo, sabía que la cosa volvía a ponerse seria de una u otra forma… No venía a ser lo mismo que hasta hacía solo unos cuantos minutos. – Mmh… - Vocalizó gustoso una vez que sintió como el mayor comenzaba a hacerle sentir completo de nueva cuenta. – Más… - No le interesaba si eso había sonado a suplica, no ahora que dejaba caer ambas manos con fuerza, ya después se las arreglaría para desquitarse por el pequeño desliz de humillación… - ¡Suuujk~! – Canturreó azotando la palma de la mano derecha sobre la madera. Él ya estaba pensando en la posible venganza por hacerle suplicar… y el otro venía a someterle atendiendo ahora su ya despierta erección. – Maldiciones… - Masculló cerrando con fuerza los ojos, ignorando el hecho de que toda expresión suya podría ser contemplada perfectamente en el espejo frente a él. Le jodía el ser hipersensibilizado con el solo hecho de que Sujk le pusiera un dedo encima siquiera.


Sujk Arkhelism
¿Cómo no tener morbo al tener semejante novio…? Joder. Yuuto debía entender la gravedad del asunto en cuanto a los temas sexuales. Él estaba tan desquiciado que no podía parar de embestirlo, y encima se atrevía decirle “Vaya morbo”, pues sí… Era un morboso de primera, un fetichista de los mil demonios, un enfermo con sed de más deseo… Con sed de poseer ese cuerpo que ahora mismo le daba la bienvenida en muchas maneras posibles, ¿podía resistirse a ello? No, claro que no.

El vestuario de Yuuto estaba hecho un desastre, el corsé a medio desatar, la parte arriba que ahora estaba hacía los lados de los hombros de éste, cuyo le hacía lucir tan sensual, el pantalón abajo, la maldita falda arriba, dejando solo ese trasero redondo al descubierto, y parte de aquellos muslos que no dejaba de rasguñar. Carajo, se estaba excitando más y más al ver como se follaba a su novio, y es que el espejo reflejaba todo de ambos, era el único testigo que podía proyectar sus actos de salvajismo en ese camerino que no solo era de ellos, sino de sus compañeros de trabajo… Ambos eran unos fetichistas del carajo al tener sexo en un lugar más personal y profesional.

Sentía los huesecillos de su cadera tronar cada que embestía el trasero del menor, y también escuchaba el ruido hueco que se hacía la chocar ésta contra las nalgas de su amante, cuyo placer se estaba desbordando y lo dejaba bien en claro al azotar las manos contra el tocador donde ahora lo tenía. Además de eso, las palabras de suplica que salieron de aquella boca fueron como música para sus oídos. Se mordió el labio de manera inevitable y jadeó una y otra vez hasta saciarse, pero sabía que eso era imposible, con Yuuto no había manera de poder saciarse porque de nuevo esas ganas de poseerlo y de hacerse adicto regresaban, necesitaba más y más de su novio hasta dejarlo agotado y que éste también lo dejase igual.

Bastaba con inclinar su cuerpo sobre el de Yuuto para que su miembro alcanzase más la próstata de éste, aquel que suplicaba por más, aquel que tenía entre sus manos, aquellas que recorrían la piel suave y tersa de los muslos que adoraba. Pero, ahora el punto importante no eran las caricias, quería hacer algo más y en su mente yacía dormida su idea.

Rodeó la cintura de su amante, la que chocaba contra el filo del mueble y de esa manera lo protegió, su otra mano, que traviesa subió por el cuello del guitarrista, hizo de las suyas con las yemas de sus dedos, acariciando aquella parte del cuerpo ajeno con morosidad, una que de pronto de despareció, puesto que ahora le había tomado con fuerza entre la barbilla y la garganta para alzarle la cabeza de un modo repentino. — Mira… — Le obligó a mirar el espejo que tenían como punto principal para incrementar el morbo de los dos — ¿Te gusta lo que ves…? — Refregó la punta de su nariz contra la sien de su guitarrista rebelde; poco a poco, sin medidas ni prisas. — Hmm… Mnghn… — Gimió despacio, con ganas de provocar el libido del menor. — Le-da…Ahhn…—Hasta se dio el lujo de apretar más el cuello de su amante, y cerró los ojos tras pronunciar el nombre de otro de ese modo mordaz. — ¿Te gusta…— Inspiró y exhaló el aire que había tomado hacía nada sobre el oído ajeno y pausó su pregunta para lamer el filo de su ahora víctima. Por medio de besos húmedos, llenos de lujuria, fue que le recorrió la piel hasta llegar a la curvatura del cuello ajeno, lugar donde hincó sus dientes y volvió a besar la zona. Siguió el recorrido hasta llegar a uno de los hombros desnudos de su pareja. — ¿Te gusta que el sensei abuse de un menor…? — Preguntó descaradamente, moviendo sus caderas de atrás hacía delante de manera lenta como a Yuuto le gustaba. Hacía presión entre su cadera y el trasero ajeno; su hombría quedaba atrapada entre las paredes ajenas y nuevamente le abrían paso para poder dar con el punto erógeno de Yuuto, aquel que también le estaba volviendo un descarado y presumido de primera.

No dejaba de apretarle el cuello al menor mientras le embestía, le besaba y dejaba bien marcados su dientes entre ese hombro que desnudo estaba para su deleite… Qué Yuuto no lo culpase de sus arranques bestiales que le provocaba, por ahora ya era demasiado tarde…


Yuuto Shinji
Si antes había suplicado, estaba seguro de que ahora mismo le rogaría solo para que dejase de morderse el labio, de obsequiarle semejantes expresiones de júbilo a través del espejo, para que dejara de estrujarle la piel porque sentía que quemaba. - ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!... – Para que el ritmo no fuera tan rápido y ya no le obligase a sus gemidos a llevar exactamente el mismo compas que aquellas embestidas le marcaban. – A-Ahhhh… - Como si le hubiera leído el pensamiento, sensei se recostó a lo largo de su espalda, obligándole a bajar el rostro conforme su pecho tocaba la madera del tocador, sobre esta sus uñas quedaban marcadas dejando perfectas muescas en forma de medias lunas. – Su… - El pecho subía y bajaba con tal violencia, que no importaba que en la espalda estuviera cargando con el peso de su pareja, en esos momentos no era consciente de nada. – Su… Sujk… - De nada que no fuera el hecho de que no tenía ni idea de por qué carajos asistiría a una junta más tarde, si muy probablemente llegaría sin voz a esta.

Con gentil tacto sensei le envolvía el cuerpo, rodeaba su cintura con tal afecto… que era imposible no arrojar la cabeza hacía atrás, buscar apoyo en el hombro del mayor, cerrar los ojos, entreabrir los labios y dejar escapar los suspiros que hasta entonces los gemidos habían dejado en el olvido… El alivio llegó a sus caderas, esas que hasta entonces se dañaban una y otra vez con el filo del mueble que les servía ahora de apoyo. ¿Podía enloquecerle más? – Sen-sei… - Jadeó tan solo la otra mano inició las caricias en la base de su cuello, esos ásperos dedos le recorrieron con vehemencia hasta llegar a la barbilla y entonces…

-¿Nh? – No, no pudo ocultar su expresión de desconcierto en cuanto su baterista le tomó con fuerza la barbilla con el pulgar y el índice, el resto de dedos hacían lo suyo para inmovilizarle parte del cuello. Apretó la mandíbula… La frustración le llegaba de golpe y sin anestesia… ¿Cómo carajos intentar ponerse rebelde o altanero? ¿Cómo hacerlo cuando la imagen de ambos le ponía caliente a morir? Ridículamente el corazón le golpeaba con mayor fuerza que hacía tan solo un momento. Su interior comenzó a contraerse alrededor de esa ansiosa carne que continuaba profanándolo… era un maldito reflejo que no había podido controlar… era la respuesta que Sujk esperaba. Aunque no quisiera, ya estaba dejándole en claro que le encantaba lo que veía. – Ba-basta… - ¿Por qué debía estimularle ahora también verbalmente? Al demonio si sensei era testigo de cómo era que ahora rechinaba los dientes, no había otro modo de amortiguar sus emociones… No cuando ya sentía pequeñísimas astillas de madera arremolinándose en sus uñas, cuando ya esos gemidos a su oído le habían orillado a arquear la espalda de tal modo que, inevitablemente, elevó aún más las caderas… -¡AH! ¡Sensei! – Gimió sonoramente, inconsciente del sitio en el que se encontraban; levantar las caderas era igual a ofrecerle un nuevo ángulo a su pareja... El miembro de sensei, con una demencial lentitud, le hacía tocar el cielo al refregarse contra el techo de sus entrañas para dar al fondo de su interior cada vez con menor frecuencia.

Si pensaba que ya estaba llevándole a la locura… estaba en lo correcto totalmente. Escuchar que le llamaba “Leda” con tales tintes lujuriosos en la voz, no solo le hizo terminar de empalmarse al grado de comenzar a gotear, sino que de alguna manera comenzaba a tener miedo de sí mismo. La húmeda y caliente lengua de Sujk continuaba con la labor de extasiarlo aún más después de todo el descaro en palabras que antes usará el mayor. – Ngh… - Moría por revolverse entre los brazos de su pareja, cada tanto arrojaba las caderas hacia atrás, buscando que este acelerase el ritmo de nuevo… eso no parecía ocurrir, en verdad deseaban hacerle perder cualquier rastro de cordura que le quedase. Intentó tragar saliva… la garganta le picaba y luego de eso, abrió grandemente los ojos. ¿Acababa de escuchar bien? ¡Al demonio todo! Ya era suficiente de estarle dando todo ese espectáculo solo a su pareja… Él también deseaba divertirse en esos últimos minutos de encierro que les quedaban para estar juntos.

Sujk se estaba olvidando de que si, era menor que él, pero no era un muchachito indefenso y menos cuando la adrenalina circulaba desafiante por todo su cuerpo. – Ngh… - Los gemidos eran inevitables en medio de ese desquiciante y lento vaivén, pero como pudo… Se las arregló para quitarse esa mano de la barbilla con un manotazo. Sin intenciones de detener nada más, se quitó de encima la otra mano que le sujetaba por la cintura y… desafiándole en silencio con la mirada a través del espejo, tomó a Sujk por ambas extremidades, colocando las suyas en el dorso de las contrarias para entrelazar sus dedos… solo así consiguió hacer que ambos se apoyasen sobre el tocador. Las palmas de Sujk servían ahora como amortiguador contra esa, ahora, maltrecha y rasguñada madera. – Me encanta que abuses… de… - Si, hablar era realmente complicado, considerando que sensei se había detenido a penas lo justo para permitirle hacer su voluntad por unos segundos, pero ahora volvía a arremeter en su contra y él le fomentaba a no detenerse ofreciéndole nuevamente todo lo que tenía de si, arqueando un poco más el dorso, sin importar que con ellos aquella jodida falda le descubriese inclusive un poco de la baja espalda. – Me encanta que abuses de… tu niño. – Gimió para volver a cerrar los ojos y descomponerse el rostro conforme las oleadas de placer le inundaban de nueva cuenta para el deleite visual de su pareja… Le ponía muchísimo saberse observado por Sujk en esas situaciones, justo ahora venía a reafirmarlo.


Sujk Arkhelism
¿Por qué Yuuto le regalaba gemidos pulcros y manchados de placer…? ¿Por qué debían ser las paredes testigos de su eterna osadía? Quizá porque el momento ameritaba que dos amantes estuviesen teniendo sexo, mientras caricias llegaban y se iban a la velocidad de un trueno en plena tormenta deseosa. Quizá porque eran un par de amantes que no podían esperar a llegar a casa para compartir el lecho, quien sería el único testigo de sus actos íntimos… Y es que, con Yuuto era imposible retener cualquier impulso. Parecía un chiste. Él era un hombre que según sus prioridades, era el autocontrol, pero, para cuando el guitarrista se le metió en la cabeza, aquello quedó desechado como si fuese cualquier cosa y entonces, el deseo, placer y lujuria, tomaron lugar en sus prioridades cuando tenía esas ganas de arrancarle la ropa de una manera pasional al menor… Se sentía todo un jodido abusivo.

Ese jodido espejo era el único culpable de incrementar su libido… Mirar, admirar y sentir que el mundo se le venía encima con tan sólo ver las expresiones de Yuuto descomponerse en placer, de uno, que él mismo le estaba suscitando y no era por presumir, nada de eso… Se sentía con cierta fortuna de poder ser él, quien profanase a su antojo las entrañas de su ahora novio, amigo y amante… Era increíble enrolarse en una situación más allá de una simple sonrisa o momento romántico. Ahora la situación era distinta y no tenía en mente que se encontraban en un lugar público, un lugar donde amigos y conocidos estaban muy cerca de ellos conviviendo. Vaya fetiches que compartían cuando el deseo les embargaba al punto de querer aventarse por un precipicio, uno en el que la caía libre no tenía un fin a sus bajos instintos.

Algo estaba a punto de pasar, y así fue como ocurrió: Yuuto se las había ingeniado para quitar el firme agarre que tenía de entre su barbilla y garganta, no le estaba apretando con fuerza al grado de lacerarle, porque sabía que todo eso conllevaba a un solo propósito. Por su puesto, su fiel victima pescó el anzuelo e hizo lo que estuvo en sus manos para poder quitar la sumisión que le había impuesto hacía nada; le excitaba ver al menor más rebelde que nunca. Una sonrisa de medio lado se surcó en sus labios, y sus facciones no tardaron nada en descomponerse al echar las caderas más hacía el frente a causa de que la coralina entrada del menor le estrujó más, al grado de llegar a retorcerse sobre la espalda del rubio; eso había sido un golpe bajo. Poco tiempo era el que les quedaba, pero… ¿Qué más daba si el menor llegaba tarde a esa pequeña junta? Joder, que se lo estaba cogiendo de una manera tan deliciosa que palabras faltaban para describir el momento. Su piel, y rostro, estaban perlados en sudor y pequeñas gotas traviesas se deslizaban por sus sienes y el puente de su nariz, hasta llegar a la punta para perderse en cualquier parte de la ropa de su novio. Esto era mejor que cualquier ejercicio, era mejor que tocar en vivo y sentir la adrenalina correr por su cuerpo… Y era mejor por la simple razón de que estaba con Yuuto, con él, las cosas siempre marchaban de maravilla. —Mi niño quiere que… Ahhn… Siga… abusando de él… Hmn… — Malditas palabra que incrementaban su morbo, no podía ser posible, se estaba dejando manipular.


Manos sobre el mueble que tenía las marcas de guerra de su novio; los dedos pusieron presión sobre la madera, haciendo que éstos tronasen por la fuerza que había empleado, y es que no podía esperar más, se estaba sofocando allí dentro que necesitaba otra vía para poder seguir adelante. Yuuto lo había dejado imposibilitado al agarrar fuertemente sus manos, al parecer era una señal de que todo estaba por concluir, pero era un mensaje que le decía “Todo o nada”. No tenía vía de escape y lo sabía, así que inspiró para poder relajarse y aunque fuese innecesario el movimiento, se pegó contra la espalda de Yuuto y cabizbajo dejó que su boba se encargase de la nuca del contrario. Hizo uso de su lengua para regalarle húmedas caricias, luego alguna que otra succión, y besos pasionales que dejaban marcada la piel ajena. Sus caderas chocaban con vigor sobre el trasero de su novio, y sentía el resbalar de su miembro por esas paredes que le permitían servirse y mandar oleadas de calor a su cuerpo. Joder, moría de deseo… — ¡Ahhh…! ¡Ahh… Y-yuuto…! — Casi se atragantó con a saliva que había segregado al dejarse llevar por lo que estaba sucediendo.

Boqueaba en busca de aire, sentía que las venas de todo su cuerpo se le iban a reventar por el esfuerzo que el placer que le había hipnotizado, y en su piel había adoptado un color carmín, estaba descontrolado y sus caderas no veían la hora de parar, pues entre más se sumergía en su sublime lujuria, no había manera de parar. —Joder… Mhnn… Ahhn… — Gimió hasta que la garganta le ardió por lo ronca que su voz se escuchaba; escocía y debía admitir que no le costaba ni se avergonzaba de gemirle a su menor, quien se estaba llevando el suplicio más grande a tener que aguantar su peso y sus embestidas que daban con todo contra el tocador, el cual estaba más desarmado que ellos dos juntos. En definitiva se deslindarían de todo daño material ocasionado por su osadía.

Una última partida y su juego quedaba concluido, con más fuerza pudo liberar una de sus manos de las de Yuuto y echó las caderas hacía atrás, provocando con ello, que su firme miembro saliese de la entrada del menor. Tomó su erección entre su mano y como Yuuto se encontraba inclinado, hacía que la vista de su trasero fuese más redonda y así le hacía sobresalir más las nalgas pese a que su pantalón estaba a medio bajar, luego, se aproximó suavemente y haciendo pasar su miembro entre las gruesas nalgas del guitarrista, se insinuó en la entrada húmeda y entreabierta del contrario… Estaba jugando un poco y lo sabía, pero se moría de ganas porque Yuuto le pidiese que lo profanase una sola vez. —¿Quieres…? — La punta hinchada y húmeda se abrió paso solo pos unos segundos para luego abandonar su partida. — Dime qué quieres… — Le susurró de manera sensual contra la nunca, la cual nunca dejó de mimar.
Yuuto Shinji
Se encontraban en lo que él consideraba el “tiempo límite”. Los diez minutos que él hubiese calculado en un inicio que tendrían para terminar lo que apasionadamente hubieran comenzado, habían terminado ya… El reflejo del reloj de pared no le engañaba y a él poco le interesaba en esos momentos si se metían en un problema realmente gordo en caso de que alguien indiscreto llegase a dar con ellos. A partir de ahora se trataría de ir en contra de las reglas, de la razón y con el verdadero terror de que en cualquier momento… Todo se fuera al carajo.


De manera tan natural y espontanea como todo eso diera inicio, su único interés ahora era terminar de atender esa necesidad mutua tan primitiva que les estaba acometiendo… Saciarse del otro hasta quedar rendidos. Llenarse del otro hasta que no tuvieran cara para mirarse de frente y al final terminar a las carcajadas por haber tenido el atrevimiento de intimar en semejante lugar… Tal parecía que ellos no aprendían. Su actividad sexual era bastante escasa y peculiar a la vez… Definitivamente la oficina, el auto y, evidentemente, un camerino, no eran los sitios más cómodos al momento de hacer el amor… Pero eran tantas las ganas contenidas que se tenían, que para ellos cualquier sitio parecía perfecto para desatar ese amor carnal que también compartían y que no era ni más ni menos autentico que el amor emocional que se tenían.


En su espalda el cuerpo de sensei se removía gustoso, no podía describirlo de mejor manera. Ya no se trataba solo de que ahora hubieran adoptado un ritmo casi perfecto para que uno de ellos acometiera contra el otro y este a su vez le recibiera sin problemas. De cuando en cuando frías gotas de sudor venían a caer sobre sus hombros desnudos, el rostro, en busca de evaporarse con el calor que emanaba cada poro de piel expuesta y previamente estimulada gracias a las nada gráciles caricias con las que el mayor le había puesto “a tono”. – Más… - Suspiraba aferrándose con mayor ímpetu a esas manos a las que todavía tenía cautivas contra la madera del mueble que continuaba firme en la labor de servirles de apoyo en su indecente arranque. – Más adentro… - Si Sujk se desvivía por retorcerse contra su espina dorsal, él hacía lo suyo echando atrás la cabeza, arrojándola de vuelta al frente, apretando los ojos, boqueando intentando capturar un poco más de oxígeno del que naturalmente le era permitido captar a sus ahora fatigados pulmones.


– El niño… - Sardonico y todavía con los efectos secundarios que conllevaba el estar haciendo el amor en semejantes circunstancias, una media sonrisa se plasmó en su rostro… Ladina, complice, sabía que Sujk podría verle a través del espejo. – El niño te quiere más adentro. – Completó sin ningún recato, encorvándose un poco más para dejarse todavía más expuesto si se podía… Ya no estaban para irse con rodeos, eso debía terminar pronto.


En ocasiones como esa no solo se desconocía, sino que no dejaba de pensar que, el sujeto que hacía casi un año se había entregado a Sujk en cuerpo y en alma, fuera el mismo que ahora mismo le pedía un poco más de fuerza y, por qué no, de bestialidad a la hora de intimar y sin ninguna pizca de pudor en el proceso… Definitivamente al lado de su actual pareja había aprendido a conocerse, a reinventarse y… aunque no quisiera aceptarlo, esa parte de su persona también le gustaba. Le gustaba disfrutarse, del gusto que el sexo con Sujk le dejaba… ¿Cómo carajos había intentado manejarse en esos menesteres con otros papanatas? Se preguntaba al entreabrir los ojos y notar el júbilo con el que Sujk se afanaba en seguir haciéndole suyo… Tal vez nunca se lo diría, pero si de cosas amatorias se hablaba… debía admitir que se sentía orgulloso de tener a ese idiota como compañero de cama.


Una cálida sensación comenzó a recorrerle de pies a cabeza, terminando por arremolinarse en su bajo vientre a modo de dejarle en claro que estaba a nada de llegar a lo que sería el segundo de sus orgasmos en esa noche. Las manos de Sujk se liberaron y ya no se sintió con la suficiente fuerza, ni la voluntad como para retenerlas consigo… Estaba a punto de derramarse cuando… - ¿Eh? – Su cara de desconcierto no fue ni remotamente disimulable. Ni siquiera se esperó a que sensei se percatase de ello, pues, excitado y confundido como se encontraba, le fue más fácil buscar respuestas intentando mirarle por encima del hombro… ¿Sujk de buenas a primeras había decidido salir de su interior? No, ese hombre no podía ser tan sensualmente despiadado con él, no en ese momento preciso. Le miró con ambas cejas elevadas, denotando su sorpresa… respirando con cierta dificultad y apretando los labios para que la respiración fuera nasal y dejase de joderse la garganta, la cual ya había hecho lo suyo al desbaratarse en gemidos hacía nada.


El miembro de Sujk se le volvió a ofrecer al acariciarle las nalgas entre divertido y dulce, insinuandosele también a base de palabras subidas de tono. Fue así como terminó por entender el juego… No se trataba de una batalla de egos ni arrogancias. Se le estaba preguntando algo directa y claramente. No había como dar una respuesta sin mayores rodeos… En un movimiento rápido y sin darse la vuelta, le pasó un brazo por el cuello a su baterista y volvió a recostar el pecho sobre el mueble, llevándose consigo a ese hombre para que se posara nuevamente sobre su espalda mientras le besaba con vehemencia, pues con tal efusivo abrazo consiguió acercar el rostro al ajeno lo suficiente como para llegar a robarle el aliento. – Quiero… - Jadeó permitiendo que sus bocas se separasen por unos segundos, para luego robarle un corto beso más y mirarle directamente a los ojos. – Te quiero dentro de nuevo… que estaba a punto de tener el mejor orgasmo de mi vida gracias a eso, sen-sei~. – Confesó obsequiándole una última media sonrisa. Esta vez fue él quien, en un sutil movimiento, rozó las caderas contra esa carne caliente y palpitante que se hacía del rogar de manera deliciosa.
Sujk Arkhelism
Había olvidado cómo eran las facciones del otro cuando todo se salía de control… Sí, porque debía admitir que él descontrolaba a Leda y con mucho orgullo y algo de altivez. Descontrolaba a aquel muchacho que solía ser tan ordenado en su vida. Tampoco era su intención ser así, era algo que se le daba tan natural y que también salía cuando tenían encuentros sexuales… No podía evitar experimentar, adentrarse y explotar al menor con sus ocurrencias y viceversa.


Ambos estaban al límite de tener un orgasmo, pero quería disfrutarlo, no quedarse con la sensación de satisfacción momentánea, ya no le bastaba eso, quería algo más allá… Quería que su novio lo recordase de aquí en mucho tiempo, de aquí hasta que el jodido trabajo impidiese las ganas de ponerlo contra una pared para arrancar y entregarle cada uno de sus deseos pasionales que no podían reprimirse más… Así era, en cada encuentro debía dejar algo de él para que el guitarrista lo añorase…

Sus miradas se volvieron a encontrar, aquellas que encendidas estaban de deseo, se fundieron con tan solo mirarse… Y antes de poder decir algo, su novio le sorprendió con el abrazo… No pudo contenerse más terminó inclinándose hacia esa espalda, mientras besaba, lamía y mordía esos labios con pasión. Era un beso diferente de muchos, pues este denotaba la hambruna con que realmente se expresaban al tener sexo… Cuando la euforia y la adrenalina se apoderaba de sus cuerpos sin poder retener nada, y dejando salir a dos seres que jamás pensaron que existían… Era así.

—Hmnn… Y-Yuuto… — Gimió en la boca del más joven, separándose apenas unos centímetros para observar y tener alguna prueba de que se habían estado devorando entre besos por la hinchazón y el brillo de sus labios. Le observó hipnotizado… y sus manos que estaban sosteniendo su miembro, pasaron a tomar el trasero ajeno; las palmas que sin problemas ni pena, llegaron a las nalgas de su amante, comenzaron a sobar estas. — Yuuto… — Gimió de nuevo el nombre de su guitarrista y la erección que tenía en la entrepierna se situó en la entrada de éste. No hacía falta guiarla hasta donde ya había profanado, pues ahora era una tarea fácil que se podía reanudar después de haber estado manipulando la entrada que estaña más abierta y más húmeda que antes.

Nuevamente comenzó a realizar un vaivén, que permitía que su miembro entrase más para tocar la próstata ajena. Era demasiada tortura para ambos irse despacio, por lo que sus movimientos fueron constantes y rápidos. Joder, sentía como las paredes de Yuuto se abrían maravillosamente y se ceñían a lo largo de su miembro, provocando en su cuerpo un placer y deseo incontrolables… Quiso concentrarse en la pequeña corriente eléctrica que le atravesaba en el cuerpo, pero entre más lo hacía, más se retorcía encima de cuerpo de su novio.— Ahhn… Mnhn… Joder… Yuuto… — Al carajo sí alguien les escuchaba, estaba muriendo y sus manos no dejaban de sobar las nalgas del otro…

Tuvo que inclinarse aún más en la espalda del menor para poder hablarle al oído. — No puedo más… —Lamió el filo de aquella oreja sin poder contenerse, necesitaba más piel de Leda, pero era imposible ya que lo tenía prácticamente vestido de pies a cabeza… Aunque, no podía asegurar que el peinado de su novio siguiese tal cual. Ellos eran un desastre ahora. — No… Hmm… ¡Ahhhn…! ¡Yuuto…! — Ni siquiera pudo articular bien alguna frase, pues sentía que todo en su cuerpo se partía, que estaba llegando a su límite con tan solo embestirle una y otra, y otra vez.

Su pelvis se movía cadenciosamente, sus caderas se movían ajenas a una manera que no podía describir más, y chocaban contra las nalgas de su amante… El momento era extasiante, más que satisfactorio, perfecto…
Yuuto Shinji
¿Desde cuándo era que las cosas en la intimidad habían pasado a ser un poco más… agresivas? ¿En qué momento sus amenazas de muerte del tipo “Voy a torcerte el cuello” pasaron a ser verdaderas suplicas para que no se detuviera… para que se lo hiciera como más le gustaba? ¿Cuándo era que había comenzado a descubrir cómo era que más le gustaba hacer el amor con Sujk? ¿A partir de qué parte de su historia… la intimidad que se tornaba dolorosa había pasado a transformarse en una necesidad, en algo que añoraba con el más mínimo contacto de su pareja? Ahí, frente a ese espejo en el que sus miradas se encontraban, fundiéndose líquidamente en algo que parecía un intangible océano de deseo… Se daba cuenta de que no tenía respuesta para ninguna de las anteriores cuestiones. Como todo en esa relación… La excitación, el tierno y recién reconocido morbo, y el deseo como tal… se habían dado de manera espontánea entre ellos.

Sujk correspondió brevemente al beso que había intentado arrebatarle… Le besó con la misma hambre que él le profesaba. Le besó con la misma pasión que él destilaba por cada poro y con la cabeza tan desorbitada como la suya. Ambos inconscientes de todo… incluso del riesgoso sitio que eligieran para que “Sujk le hiciera lo que le viniera en gana” mientras el resto se divertía. Al carajo con ese resto… Que su pareja le llenase la boca en sensuales y roncos gemidos le hacía mandar todo al demonio… El trabajo, a sus compañeros, a los músicos que les acompañaban… Todos quedaban fuera de su parámetro de raciocinio ahora que yacía en manos de su jadeante novio que continuaba haciéndole esperar, tentándole… Gracias al cielo no demoró nada en volver a profanarle.

-Sujk… - Suspiró arqueando la espalda nuevamente, esa espalda en donde no podía sentir el pecho de Sujk piel contra piel. Si bien la ropa la tenía hecha girones en el cuerpo, lo cierto era que el solo extrañar el contacto del calor que sensei podía emanar, le hacía dar pequeñas sacudidas de placer solo por imaginarse lo que de momento no podía tener. – Angh… Sujk… - Se ahogaba con sus propias vocalizaciones, a saber en qué momento era que había comenzado a salivar tanto, pero trabajo le costaba intentar tragar.

En un movimiento inconsciente llevó una de las manos a su propia excitación, preguntándose cómo diablos era que ya estaba goteando por segunda vez en esa noche… en tan solo unos cuantos minutos a solas. Palpitaba… y él se acoplaba al acelerado vaivén con el que le sometían. Odiaba la sola idea de que Sujk fuese testigo de cómo pudiese estarse tocando, más ahora eso le imperaba como una necesidad. – Sen… sei… - Jadeó intentando llamar su atención a través del reflejo en el espejo. – Voy… otra vez… voy a… - Deseaba avisarle, deseaba prevenirle. Y en vista de que las palabras le fallaban, terminó por arrancarse de encima una de las manos del baterista para llevarla hasta su entrepierna… - Ahn… Ahh… - Gimió entrecortado, ya no estaba tan seguro de que nadie les pudiera escuchar luego de todo ese rato encerrados, más contenerse le resultaba imposible. Nada más sentirle fue suficiente para derramarse entre los dedos ajenos, para contorsionarse contra el tocador, para que cada músculo se entumeciera… Para que prácticamente terminase por asfixiar a ese que aún se encontraba en su interior. – Dia… blos… - Jadeó dejándose caer contra el mueble, agotado, sudoroso… Sintiendo que la ropa le sofocaba, que Sujk todavía le llenaba.


Sujk Arkhelism
Yuuto se retorcía bajo su cuerpo, alguna parte de su pecho solo llegó a tocar la semidesnuda espalda de su guitarrista al estar sobre de él en una manera completa. Era de locos desnudarse allí mismo cuando sabían que cerca de allí había gente, conocidos… además, debían de resolver algunas cosas luego del festejo por el live que habían culminado, por eso todo se había dado de una manera tan precipitada, pero perfecta…

Ambos estaban al borde, se hundían lentamente en sus ataques de locura para llegar al orgasmo, era un método de alivio, el querer sacar todo de un golpe y con Yuuto siempre daba más de sí, nunca se quedaba con ganas o insatisfecho, al contrario… cada día incrementaba más ese ser apasionado; sí, Leda le apasionaba de una forma insuperable. Aunque tuviesen trabajo de por medio, aunque no se encamasen seguido, siempre estaba su pasión por sobre todas las cosas, una pasión que esperaba el momento indicado para ser explotada.

Hubo un momento dado en que pensó que se ahogaría con su propia saliva, joder… que se estaba muriendo, sudaba… Su frente escurría, y su piel se puso de un tono carmín por la temperatura tan elevada de su cuerpo. No podía simplemente reprimir todo aquello, no cuando su orgasmo estaba muy cercano.

Una de sus manos fue guiada a la palpitante y dura entrepierna de su novio, la cual no dudó en acogerla. El otro, anunciaba su tan ansiado segundo orgasmo… Pero él no pudo articular nada, no cuando se encargaba de estimular a su guitarrista. — ¡Aaah! Mhn… Yu-yuuto… — El cuerpo se le tensó, casi después de que el otro se había corrido entre su mano, él no tardó nada en regarse en el interior del menor, manchándolo, indicando que con ello, sería suyo por mucho tiempo más… Sí, aunque pareciese algo enfermizo, Yuuto era suyo, le pertenecía, y con el poco orgullo que le caracterizaba, podía gritar a los cuatro vientos que su amante era Leda. — Mnh… — Dejó de apretar la entrepierna ajena, al mismo tiempo que su cuerpo volvía a relajarse después del orgasmo. — Se te ha hecho tarde… — Susurró con la voz agitada, cerca de la nuca de Leda, se dio cuenta que ya pasan diez minutos de la hora acordada para la junta del otro.


Yuuto Shinji
Lo había hecho en manos de Sujk... La pegajosa humedad en la que ahora yacía su ahora flácida entrepierna se lo dejaba más que claro. Jadeante y agotado se dejó caer sobre el mueble pese a que detrás Sujk continuaba embistiéndole con vehemencia, duro, firme, un poco más lento... Sabía que no lo imaginaba, a esas alturas de la relación ya sabía perfecto lo que aquellas palpitaciones en su interior significaban. Mientras él intentaba recomponer su frecuencia respiratoria, sensei estaba derramandose en sus entrañas...

Un poco más tranquilo se quedó contemplando complacido el extasiado semblante del mayor... ¿Quién diría que tan beneficioso resultaría hacerlo frente a un espejo? Si, una cosa era hacerlo frente al reflejo del ventanal de la oficina, pero... esto era completamente distinto, ni un gesto de su pareja se le iba a su curiosa mirada. - Lo sé... - Respondió en un susurro al comentario que Sujk dejaba perder entre los cabellos despeinados de su nuca. - Mi problema ahora será intentar... cambiarme de ropa. - Un risilla divertida se le escapó. - Tal vez deberías pensar en traer condones para este tipo de situaciones... - Giró un poco el rostro, llamándole la atención al darle pequeños topones en la cabeza con la punta de la nariz... tan tranquilo, casi como si Sujk no continuase dentro de él. - Ahora deberás ayudarme a buscar algo con que limpiarme, sensei...
Sujk Arkhelism
Observaba el reflejo de ambos a través del espejo, húmedos y con la respiración descontrolada. Se incorporó poco a poco, no quería causar algún daño mayor a Yuuto por estar sobre de él todo el tiempo. — Te ayudaré a cambiarte... — Se ofreció de manera gentil, y antes de poder salir de su pareja, el comentario de los condones le descolocó un poco. — ¿Ah? Bien... no había pensado en eso...— Carraspeó un poco la garganta, en realidad no había pensado en tener sexo con su novio por medio de un condón, la idea no sonaba mal... era más por el sitio en donde estaban, no había muchas posibilidades con cuando lo hacían en casa, ahí se podían dar una ducha después de hacerlo. —Si me los compras, entonces sí. — Una risa divertida se le escapó y con cuidado, echó sus caderas hacía tras, era momento de salir y para cuando lo hizo, casi por inercia, su novio echó para afuera su entrepierna. — Llegaré a casa a ducharme, pero... uhm... ¡Esto! — Se subió el bóxer y acomodó su pantalón sin abrocharlo aún, para después agacharse; en el suelo, unas toallas húmedas estaban para ese tipo de emergencias... — Esto servirá. — Tomó una y se limpió la mano, aquella que estaba manchada por el semen de su pareja.

Yuuto Shinji
- ¿Me ayudarás a cambiarme? - Eso si que le tomaba por sorpresa y no hizo nada por disimularlo elevando ambas cejas para mirarle por encima del hombro. - Solo estaba jugando, puedo cambiarme solo y... - Sus palabras se vieron interrumpidas una vez que sensei salió y le puso aquella divertida condición: - Momento. Te sirves de mi y encima quieres que YO compre los preservativos ¿Es eso? - Le retó al tiempo que se giraba para tomar una de esas toallitas húmedas y asearse un poco con ellas. - ¿No estas siendo algo abusivo? - Solo bastó con acomodarse la ropa interior y, con cuidadosos y lentos movimientos, se encaminó al pequeño vestidor donde se suponía estaban sus ropas. - Lo lamento por ti que tendrás que quedarte acá ante miradas curiosas... - Se sentía agotado, tanto que brazos y piernas le temblaban mientras intentaba deshacerse del vestuario en cuestión.
Sujk Arkhelism
— Sí, es eso. — Todavía se dio el lujo de decirlo con un poquito de arrogancia. —A mí no me molesta hacerlo así, pero tú quieres que use condones, así que cómpralos tú. — Terminó recargando su cintura en el filo de ese tocador donde habían estado desatando sus más bajas pasiones, y cruzado de brazos, observó como Leda apenas y podía moverse... tampoco sus movimientos eran exagerados, pero requería de ayuda. Negó con la cabeza lentamente y fue en su ayuda. A él le faltaba ponerse la camiseta solamente. —Deja que yo lo haga. — Se posó al frente de su pareja y le arrebató las manos de los cintos del corsé que estaba desatando. — Se te hará más tarde si lo haces tú solo... —Murmuró atento a sus movimientos, mientras despojaba al otro de la parte de arriba del estorboso vestuario que de arrugado, lo tenía todo.
Yuuto Shinji
Él mencionaba el asunto de los preservativos para ahorrarse la engorrosa tarea de estar mal aseandose con lo primero que encontraran en su camino, y eso era precisamente lo que iba a replicar en el momento en que sensei apareció frente a él para ayudarle a cambiarse de ropa. Le dejó con las replicas en la boca. - Si no fuera porque te estan esperando y a mi también, con esta clase de gestos... - De pronto se vio despojado de la parte de arriba del vestuario y el fresco del aire acondicionado le hizo estremecer pese al cansancio. - Te habría pedido que me llevaras ya a casa... - Sin saber si sensei le ayudaría también con la parte de abajo, hizo el intento de deshacerse de ella también. - Para que volvieras a ponerme las manos encima... - Si, con eso le dejaba en claro que la amabilidad se la podría compensar si se lo ganaba.

Sujk Arkhelism
Yuuto tenía marcas en los hombros de lo que eran sus dientes, el cuello estaba similar, ahora que lo podía observar bien... se percató de lo bien que se veían SUS marcas en la piel de su pareja. Sonrió de una manera pacifica pero complaciente, tan así, que no tuvo que mostrar sus incisivos. Acunó con su mano la palma de su novio y la acarició con las yemas de sus dedos. — No juegues con mi mente... —Le dio un beso esquimal y ladeó un poco la cabeza para darle un beso corto sobre los labios; le mimó la mandíbula y la húmedad de sus besos, se encargó de compensar el daño en la piel de su guitarrista, así hasta que llegó al hombro de éste. —Sabes que por ti dejaría todo sin chistar…—Le abrazó un momento, al tiempo que le echaba una mano para deshacer la parte de abajo de las prendas ajenas.—Has estado increíble hoy...

Yuuto Shinji
¿Qué tanto miraba el baterista? Temió acerca de intentar cerciorarse... En su piel todavía quemaban los apasionados besos de su pareja, esos besos que le marcaban enterrando con saña los dientes, succionando con fuerza los labios y mimando con maestría esa caliente y mojada lengua. Tragó con dificultad, pero esos besos cortos y cariñosos volvían a hacerle temblar de pies a cabeza, por lo que, mientras Sujk se hacía con la parte de abajo del vestuario, él optó por abrazarse a si mismo... - No deberías besarme así... - Aconsejó haciendo alución a los mismos recientes en el hombro. - Ni decir esas cosas... - Agregó refiriéndose a la última insinuación. - Ahora que toda esa ropa no me estorba en absoluto, sensei... - Al fin quedaba en ropa interior únicamente, por lo que pudo girar sobre sus talones y, caminando lento, ir a por los pantalones y la camiseta con la que llegase esa tarde al recinto.
Sujk Arkhelism
¿No debería besarlo así...? ¿Tampoco debía de decir ese tipo de palabras...? Era tarde para aconsejar ese tipo de palabras, ¿qué más podía hacer? ¿Llevarse a Yuuto a casa? Sí, dejarlo como desobligado una vez en la vida y hacer lo que se les pegase la gana solo por sus deseos de estar juntos... A medias se quedó con sus pensamientos, pues el otro ya estaba sacando la ropa que había vestido hacía unas horas. — No debería, pero lo hago porque tengo derecho. — Agregó a la plática, y sin dejar de seguir al otro, tomó ese pantalón y lo acomodó para que el menor pudiese vestirlo. — Eres demasiado astuto para jugar con mi libido... Sabes que la única adicción que tengo, eres tú... No deberías meterme ideas, porque... te juro que estoy a nada de llevarte a casa... — Murmuró.
Yuuto Shinji
-¿Ah, si? ¿Y según tú de qué privilegios gozas? - Rechistó. Tuvo que sujetarse de los hombros de Sujk para no perder el equilibrio mientras le ayudaba a subir los pantalones. Abrocharlos fue más sencillo para él, pero pronto volvió a darle la espalda para tomar su camiseta y sin mirarle se envalentonó para seguirle el juego a su pareja. - No estoy jugando con tu libido, solo digo que lo que sea que se converse en esa junta podría solicitarlo por correo electrónico para que me pongan al día... - Una camiseta era fácil de vestir, aunque intentar agacharse para calzarse si fue un dolor en el trasero... literalmente. - Lastima que Manji-san y Natsu-kun esten esperándote ¿no? - Si, el comentario era totalmente malintencionado... Sus celos respecto al baterista de Nocturnal era algo que no iba a aplacar de la noche a la mañana.
Sujk Arkhelism
— De todos los privilegios, habidos y por haber. — Se defendió con mucho orgullo. Al fin, el pantalón de su menor había quedado acomodado. Fue sencillo para Leda el darle la espalda, y él, con ambas cejas elevadas... Se quedó pensativo. — Uhm... Ya veo. — Sonrió sin que el otro le mirase, aunque, poco le duró el gesto porque su pareja ya le estaba echando en cara que sus amigos lo estaban esperando... ¡Sabía las intenciones de esas palabras! ¡Estaba jugando con él y le importaba poco ser un osado! Frunció el ceño, algo dentro de él se calentó, tan así que tomó del antebrazo a su guitarrista para hacerlo girar y así poder encararle. — No hay nadie que espere por mí, a menos que seas tú... — La profundidad de sus ojos se vio reflejada en los de Yuuto, podía estar seguro.
Yuuto Shinji
La respuesta de sensei se hacía esperar y por un instante se creyó que había metido la pata... Jamás haría a Sujk elegir entre él y el resto de sus amigos, él mismo se consideraba dentro de sus amistades, pero... Natsu-kun tendía a ser algo... pegote y... Sacándole de sus pensamientos, Sujk le hizo girarse sobre los talones y la debilidades de las piernas casi le hizo irse de frente, más terminó chocando contra el pecho de ese hombre que ahora le miraba con una intensidad indescifrable... ¿Estaba o no molesto? se preguntó, inclusive esas palabras que le soltaba le dejaban algo inquieto. - Estoy esperando a que me lleves a casa para sentirte por completo desde que comenzaste a hacerme el amor hace unos minutos... - Se aventuró a confesar. Esa sola confesión bastó para secarle la garganta ya irritada luego de habersela dejado entre tantos jadeos y vocalizaciones varias.
Sujk Arkhelism
Esas palabras de confesión le terminaron desarmando por completo, no podía seguir allí... Por el bien de ambos. Tragó saliva con esfuerzo, sin dejar de mirarle y, aunque, severas eran sus facciones soltó al menor de buenas a primeras y se aventuró a cambiarse de ropa también. Dejó en orden el vestuario de ambos, no quería levantar sospechas, por lo que, ambos trajes, los tomó entre manos y decidió llevarlos consigo a casa. Ya con la ropa bien puesta, fue que tomó a su novio de la muñeca, sin decir nada... Ambos caminaron hasta en ascensor del lugar, y para cuando las puertas de éste se abrieron, entraron. No tenía el auto consigo, porque la van pasaría a dejarlos a ambos a sus respectivos hogares, así que tomarían un taxi. — Eres perverso... — Murmuró entre dientes antes de salir del ascensor. Debía contenerse para no caer en las provocaciones y en el deseo que tenía por su pareja...
Yuuto Shinji
Antes de que Sujk le sujetase con fuerza él ya estaba casi listo para partir, más se quedó clavado en su sitio al ver al otro moverse por todas partes mucho más acelerado de lo que nunca le hubiera visto... Ni para hacer aseo en casa era tan eficiente, pensó con sorna. No le sorprendió en absoluto ver como guardaba ambos vestuarios para luego salir cautelosamente del camerino rumbo a los ascensores... ¡Diablos! Estaba claro que lanzarían todo por la borda esa noche... No estaba seguro, pero se sentía embriagado de amor, de sexo, de sensualidad, de Sujk... Tanto así que le siguió el paso por una de las salidas de emergencia hasta que pudieron abordar un taxi. Ni siquiera había reparado en el hecho de que en todo el rato Sujk no el soltó de la muñeca. El corazón en el pecho le palpitaba desbocado. - ¿Sensei? - Le llamó acercándose al oído del otro, sin importarle que el taxista pudiera mirarles por el espejo retrovisor. - Eres un desesperado... - Bromeó acariciándole el lóbulo de la oreja a penas con la punta de la nariz.
Sujk Arkhelism
Bien, no habían cruzado palabras desde que habían salido del evento ese, sin informar nadie, dejando un completo desastre en el camerino. Sujetaba la muñeca de su menor, y para cuando quiso voltear una vez que este le llamó, las palabras aquellas le dejaron marcando ocupado... ¿Podía ser más seductor? Carajo... Estaba poniéndose colorado, y agradeció que ni la luz tocaba su rostro esa noche, porque de lo contrario, Yuuto le avergonzaría aún más. — Basta... — Susurró, y le soltó la muñeca para apoyar su mano en la pierna del otro, la cual comenzó a acariciar con ansía... — No hagas que pierda los estribos desde aquí... — Tragó saliva para evitar ahogarse, y su mano, que traviesa estaba por tocarlo más, se aventuró en la parte interna, despacio y con cautela le tocó. Estaba volviéndose loco...
Yuuto Shinji
Su baterista estaba colorado... Bastó con mirarle un poco para comprobarlo, las fugaces luces que se colaban por la ventanilla se lo certificaban y ese "Basta" desesperado lo reafirmó. - ¿Por qué no...? - Y si, ¿por qué no? después de todo... ¿qué posibilidades había de volver a coincidir con el taxista aquel? eso no era lo mismo a exponerse en las calles o en algún restaurante que frecuentasen. Esta vez depositó húmedos besos a lo largo del contorno de la oreja y de paso jugó un poco con uno de los aros que adornaban esta. Su boca se quedó quieta al sentir como esa mano se aventuraba por terreno peligroso... De reojo levantó la mirada hacia el sujeto que conducía, ese que ni reparaba en ellos por ir fumando un cigarro que llevaba por fuera de la ventanilla y de tanto en tanto revisaba su móvil. - Yo ya los perdí... - Le confesó. Tal vez era que la cabeza no se le había enfriado ni un poco desde lo acontecido en el camerino aquel...
Sujk Arkhelism
Cerca, bastante cerca estaban... Les importaba un diablo, y más Leda, le importaba un carajo seducirlo desde ya, aún sin haber llegado a casa, era de lo más osado y aunque así fuese, le encantaba, no podía dejar de sentir la adrenalina correr por sus venas, y no podía calmar los pensamientos que cruzaban por su mente y esas ganas insaciables de servirse de nuevo con el cuerpo que tenía tan cercano. Esos besos húmedos le recorrieron, y le hicieron estremecer, a tal punto de que la piel se le enchinase. — Eres de lo que no hay en este jodido mundo... Tan seductor... Sabes cómo hacer para que me pierda... — Presionó por encima de la tela el muslo que tenía entre su mano, y, aunque quiso devorarlo allí mismo, el taxista anunció su llegada y él pagó sin mucho interés de recibir el cambio, estaba embelesado con Yuuto, tanto así que no demoraron en bajar del taxi y cuando su pareja quiso caminar, lo atrapó entre sus brazos y le sobó las nalgas. — Qué rico... — Se mordió el labio inferior. Así pues, tuvo el descaro de adelantar el paso para entrar al edificio.
Yuuto Shinji
El hombre que ahí sobraba pero que irónicamente conducía, les anunció la llegada a su destino. Sujk a penas le quitó las manos de encima para poder pagar la tarifa y casi que a tirones le hizo salir del vehículo, pero a penas este hubo arrancado el mayor le apresó entre sus brazos haciéndose de paso con su trasero por tan solo un momento. - Descarado... - Siseó divertido. ¡Joder! Qué tan calientes y necesitados por el otro podían estar que poco les interesaba ir sobandose al pasar frente a la recepción del edificio donde vivía Sujk... De reojo observó como recepcionista y portero les miraban asombrados, igual poco tiempo les quedaría residiendo ahí. - Esto lo van a recordar los trabajadores de recepción, sensei... - Comentó a modo de sermón, aunque al abordar el ascensor, gracias al cielo vacío, se fue directamente a besarle la garganta con cortos besos...
Sujk Arkhelism
Vaya que fue una sorpresa enorme para la gente que atendía el lugar, jamás se había visto tan ansiosos el uno del otro. La gente podía pensar lo que sea, mientras ellos se aventuraban en otras cosas. Para cuando estuvo dentro del ascensor, Yuuto empezó con un sermón, pero le fue a atacar directamente y sin nada de rodeos. — Que... lo recuerden todos... porque esta noche no van a poder dormir por nuestra causa... — Aprovechando que estaban solos, le rodeó con ambos brazos la delgada cintura, ya sin sentir el estorboso traje, que por cierto...Ambos estaban sujetos a su mano, pero aún así no dejó de abrazar al menor. — Joder... que me pones caliente... — confesó nervioso.
Yuuto Shinji
Pasando a penas la punta de la lengua por la manzana de Adán, se rió con ganas de lo que Sujk se atrevía a advertir. Se sujetó a sus hombros y con una media sonrisa y una ceja enarcada le observó de frente. - ¿De verdad no piensas dejarles dormir esta noche? - Le retó. Pero antes de que le permitiera responder, ya le tenía Sujk por la cintura y él le empujaba para que retrocediera, pues las puertas ya se habían abierto en su piso... - Porque entonces vas a tener que cumplirme muy bien para que te ayude a colaborar en el insomnio colectivo, viejo... - Ya fuera del pasillo le rodeó el cuello con ambos brazos y, siendo hábil como pocas veces dejaba ver, de un brinco consiguió abrazarle las piernas a la cintura. - ¿Será que estes tan cansado como para no poder llevarme...? - Se burlaba mientras le mimaba con un cariñoso beso esquimal, balanceando la cabeza de lado a lado, casi como si en su cabeza estuviese escuchando alguna clase de melodía. - Porque... mis piernas ya se recuperaron bastante...
Sujk Arkhelism
Aunque pareciera gracioso, igual y tenía razón... No iba a dejar sus ganas a medias, claro que no. Ante el cuestionamiento ajeno, asintió con la cabeza. — No pienso dejarles dormir, porque me tienes loco y te haré el amor las veces que sean necesarias... — Claro y directo, así es como era él en todos los ámbitos. Le iba a cumplir, de eso no había ni la menor objeción. Ya fuera del pasillo,se vio sorprendido por el hábil movimiento del menor, por poco suelta los trajes que tenía entre una de sus manos, pero logró sostener a su guitarrista, no en las piernas, no por la cintura, se fue sin rodeos a tomarle por el trasero. — ¿Cansado...? Claro que no... — Correspondió a todo beso esquimal, sonriendo como un idiota ante lo divertido que se lo estaba pasando. — ¿Siempre es así de sensual, joven...? — Inquirió, y quiso tratarlo como a un desconocido, todo era parte del juego donde estaban metidos. Llegaron hasta la puerta donde era el departamento, y recargó la espalda ajena sobre la madera y le miró de una forma intensa y deseosa... — No aguanto más... — Rebuscó entre los bolsillos de su pantalón las llaves e introdujo una de éstas en la ranura de la perilla y antes de girar el pomo para abrir completamente, se fue directo a besar a su novio, con tal pasión... con tal furor...
Yuuto Shinji
Si, podían ser unos pesados con el otro cuando se lo proponían, pero cuando no... Estaban ahí endulzandose los oídos para llegar a un solo objetivo, llevar más allá lo que iniciaran cínicamente en uno de sus tantos lugares de trabajo... Si ya habían pasado por la adrenalina de ser descubiertos en aras de un recinto ¿qué podía importar que los vecinos de sensei vinieran a quejarse? Sin recato permitió que Sujk le sostuviera por donde le viniera en gana y a penas separó un poco el rostro del contrario para poder seguir con cierto juego que parecía querer iniciar su pareja. Frunció los labios y entrecerró los ojos antes de reír divertido. - No, no suelo ser así de supuestamente sensual, señor. Pero parece ser que hoy exageré... remitiéndome a sus opiniones, claro. - A su espalda escuchó que la llave hacía ceder a la puerta... Sujk les hizo entrar y a penas hubo cerrado, comenzó a comerle la boca con verdadera hambruna... Él hacía lo suyo al pasarle las manos por la espalda desde los hombros. Tampoco quería hacer demasiadas ceremonias cuando entrados en materia ya venían... casi arañandole la espalda buscaba sacarle por la cabeza la maldita playera... De pronto un recuerdo vino a su cabeza y eso le hizo interrumpir el beso al tener que hacer el rostro a un lado... ahora que ya le había levantado la playera hasta dejarle media espalda descubierta.
Sujk Arkhelism
Rió divertido por la respuesta de su guitarrista, ¡le encantaba! no había más que decir. Le encantaba porque era la persona que le podía hacer segunda a todas sus tonterías, a sus juegos seductores, a todo en realidad...
Cuando al fin entraron, dejó caer los trajes en el recibidor, y las lleves se perdieron en un lugar más del departamento, por ahora no iba a ponerse en reparar en esas dos cosas, Yuuto era su prioridad. A base de besos, caricias labiales, arrebatos por querer ser el dominante de la boca ajena, fue que el aliento se le iba consumiendo. Él no tardó en sobar las nalgas de Leda, las tenía a su disposición, y fueron unos minutos que reparó en ellas, pues cuando menos se lo esperó, ya estaba levantándole la playera por la parte de la espalda baja, y allí fue donde comenzó a acariciar. —Mhn... — Primer arrebató de lo que podía ser un gemido, este fue emitido cuando Yuuto dejó de besarle de buenas a primeras y estaba agitado, tan así que en todo el departamento se podía escuchar el como jadeaba, y qué decir de sus labios: enrojecidos e hinchados quedaron por la euforia de sus deseos. A pasos lentos, torpes quizá, fue que avanzó, pero no tan deprisa, porque en segundos lo fue a estampar contra la pared del pasillo, llevándose en el procesos, unas cuantas cosas que decoraban dicho lugar.
Yuuto Shinji
¿A qué se debía la pequeña interrupción? Al hecho de que su fallido intento por querer desnudar el torso de Sujk le hizo rememorar aquella primera vez en que se había entregado al placer que sensei le ofreciera hacía ya casi un año… Movimientos torpes e inexpertos le llevaban a dar cada paso como solo podía hacerse en una ocasión de tal importancia: Con ensayo y error tras otro… Esta vez le causaba gracia que fuera la ansiedad de sentirse amado e invadido en partes iguales lo que le llevaba a entorpecer las manos, a reírse de sí mismo y a embelesarse en un par de segundos con la enturbiada mirada que Sujk le dedicaba, jadeante, con los labios hinchados de tanto comerse la boca mutuamente.

En silencio le contemplaba, y se aferraba a la orilla de esa playera que todavía no conseguía sacarle de encima… se dejaba guiar a paso lento por el pasillo. Una agradable calma les envolvió por apenas unos instantes hasta que su espalda dio de lleno contra una de las paredes… Tal vez el golpe, tal vez porque la sorpresa le llevó a intentar sostenerse del muro detrás suyo, tal vez porque simplemente así de “accidentadas” eran las cosas cuando se llevaban acabo de manera espontánea… pero un par de marcos cayeron, y un portarretratos pareció estrellarse contra el suelo.

– Dijiste que ya no podías más… sensei… - Repitió la reciente afirmación de su pareja, dejando una mano sobre el muro y la otra colocándola en el pecho de su baterista, debajo sentía el desbocado corazón que palpitaba tan rápido como el suyo, el cual se dejaba escuchar en sus oídos. – Vamos, termina conmigo… - Adelantó la cabeza lo suficiente como para apoyar la barbilla en el hombro ajeno – Acaba conmigo… Sujk-kun… - Siempre era más sencillo descararse un poco cuando no tenía que darle la cara y por dentro se moría por exteriorizar sus deseos. – Por ahí donde tienes las manos, debo admitir que me encuentro algo ansioso todavía…

Sujk Arkhelism
¿Qué importaba si miles de retratos se estrellaban contra el suelo? Tenía a Yuuto, y, aunque Waccha había huido despavorido ante tal ruido, ignoró al felino por prestarle atención a su novio. Seguía tan radiante y atractivo como en el camerino. Parecía de locos aventarse un segundo round en el calor de su hogar… Las ansias le venían carcomiendo desde hacía meses tras no tocarlo ni insinuarle nada. Parecía lo más mundano del mundo, pero respetaba a Yuuto y odiaba tener que presionarlo para tener intimidad con éste, y se sorprendía de cómo es que sus encuentros sexuales fuesen de manera espontanea, tal como si fuese la primera vez de ambos, una primera vez que jamás se le iba a borrar de la mente. Y, cuando esos recuerdos le invadieron, las manos expertas de su amante se hicieron con su playera, alzándola con desesperación.

Encogió sus hombros entre el cuerpo de su novio y la punta de su nariz quedó justamente en la sien de éste y sonrió con picardía por las palabras emitidas que llegaron ansiosamente a sus oídos. —Sigues tan provocador como la primera vez… —Lamió el filo de la oreja ajena, y, ya que tenía la espalda de su pareja contra la pared, sus manos pasaron hasta la orilla de los pantalones de éste. —Me excitas… —Gimió para incitarlo a decirle más cosas; tal vez las acciones valían más que un simple comentario, pero ahora necesitaba que le dijese cuanto es que le gustaba que le hiciera el amor…

Sus manos, que entorpecidas por la codicia que le mortificaba, desabrocharon el pantalón de su menor hasta aflojarlo completamente, de ese modo se le hizo más fácil poder deslizarlo junto con los bóxers de éste solo para dejar al descubierto ese trasero que hacía nada había profanado. —¿Dónde tienes ansías…? — Hablándole al oído cual niño pequeño, uno de sus dedos se escurrió hasta la entrada de Yuuto. —¿Aquí…? — Tal vez lo estaba mimando demasiado, pero no importaba; su falange se hundió sin previos para profanarle. —¿Más adentro? Hmnn… — De atrás hacia delante, una, dos, tres… Cinco veces y la esfinge de su novio ya estaba lubricada por el semen que había regado desde que habían terminado de hacerlo tras bambalinas. —Ya estás húmedo… Así es como me gustas… Joder… — Entre dientes tuvo que reprimir todas sus ganas de sacarse los pantalones para poder follarse a su guitarrista.

 Yuuto Shinji

-La primera vez fui un desastre. – Tuvo que admitir al disfrutar de la húmeda caricia en su oreja, no se reprimió al momento de dejar escapar un largo suspiro de satisfacción. – Pero jamás me arrepentiría de haber hecho lo que hice contigo esa y todas las noches que siguieron… - El Leda que era toda rectitud y severidad se había quedado en aquel pasillo que llevaba a los camerinos del recinto en donde se habían presentado. El Leda que se escandalizaba siempre que pudieran ser objetivo de ojos indiscretos se perdió en aquel camerino… y Yuuto, ese que deseaba entregarse a sus deseos y ganas de expresarle al otro mucho más que el afecto y pasión que sentía por su persona, fue el que despertó en el solo momento en que Sujk le hizo suyo en aquel tocador, que decidió por una ocasión hacer a un lado a sus amistades para volver a reclamarlo como suyo… Que optó por recordarle nuevamente por qué eran sus manos las únicas que echaría en falta por siempre.

Manos torpes. Siempre que Sujk se desesperaba sus siempre diestras manos con las baquetas en un escenario… venían a mortificarse por lo repentinamente compleja que se volvía la simple tarea de desabotonarle el pantalón. Justo cuando estuvo tentado a echarle una mano fue que la prenda cedió junto con la ropa interior y un escalofrío le recorrió la espina dorsal desde el cuello hasta ese sitio en el que la espalda perdía su nombre. Sujk endulzó el tono de su voz tanto que le fue imposible el no abrazarle el cuello con la misma dulzura. – Por ahí… - Le respondió divertido a sus preguntas que ‘buscaban’ referencias acerca de su ansiedad. – Por ahí… - Repitió, esta vez en un gemido ahogado al sentir una primera falange adentrándose en sus entrañas.

– Todavía te falta… - Gruñó a su oído. No se imaginó que en tan solo el trayecto del lugar del concierto a casa ya estaría echando tanto de menos una intromisión por parte de su pareja. En torno a ese único dedo se encargó de que las carnosidades de su tracto se contrajeran para hacerle ver lo bien encaminado que iba cada una de esas pequeñas intrusiones. – Húmedo… - Casi que le ronroneó al oído. – Todavía te tengo dentro… - Y a los ronroneos solo hizo falta restregarle la mejilla contra la cara igual que lo haría Waccha cuando intentaba animarlos. - ¿Así es como te… manejas con la ansiedad de tu pareja? - ¿Cómo decirle que metiera prisa a lo que hacía? Su inestabilidad emocional le llevó a morderle con saña justo detrás de la oreja… en la línea de la mandíbula y esta vez no tuvo ningún cuidado en procurar hincarle los dientes. Apostaba a que esa noche dejaría marcado a sensei en más de un sitio si no se apresuraba.



 

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