lunes, 30 de marzo de 2015

30 de Marzo 2015: SAUNA (lemon)

Yuuto Shinji
El día anterior había tenido de todo: Desde una tremenda resaca que le atacó la mayor parte de la mañana y tarde, hasta tener que enfrentarse a un Sujk Arkhelism molesto con él por su arranque de irresponsabilidad... Y por si fuese poco, el baterista se las apañó para ponerle a arder de celos poco antes de irse a la cama... Solo sensei tenía ese toque para se enviado al carajo y perdonado tan solo unos minutos después.

¡Y es que, carajo! Ya habían desayunado, comido... y demás... ya se encontraban en medio de una nocturna sesión de sauna en un spa en el que había hecho reservación, para compensar el asunto de haberle fallado al mayor el sábado por la noche... y aún cuando se encontraban a solas en ese cuarto repleto de relajante calor, vestidos únicamente con una toalla atada a las caderas... No podía evitar estremecerse del solo recordar aquel "Soy tuyo, lo sabes... no me compartas con nadie". Ya se había olvidado de cuantas veces se había quedado mudo en el día, todo por estar recordando esas palabras para luego sonreír como tonto a la nada.

Justo ahora miraba como ido la pared del frente, rememorando lo estupendo de esos brazos deteniéndole a medio pasillo en casa, de esas palabras siendo pronunciadas a su oído... Suspiró largamente. Relajarse tanto no le hacía bien... apoyó la cabeza contra la pared revestida en madera... volvió a suspirar, se perdía casi como si sensei no estuviera a su lado... ¡Al diablo! Ese torpe tenía la culpa de su estado... El sopor del ambiente le embargaba y agradecía que el alquilar el sauna junto con una habitación para poder hospedarse en el mismo spa, no hubiese salido tan caro... por lo que podrían permanecer ahí el tiempo que quisieran. Cerró los ojos... si sonreía como tonto, al menos no quería enfrentarse a las miradillas que pudiera dedicarle su pareja.

Yuuto Shinji
No habían intercambiado palabras desde que entraran a la sala de sauna y pensaba que así iba todo perfecto, con Sujk no hacía falta siquiera hablar para sentirse a gusto... Le bastaba con su presencia y nada más. Aunque fue precisamente el mayor quien le sacó de su trance y con ello a penas abrió un ojo para mirarle de reojo... Menos mal no le observaba, así que volvió a apretar los párpados con fuerza. - Ya no tengo deudas con usted, señor. Espero lo disfrute... - Volvió a suspirar... Quería pensar que era por lo agradable de su estadía en ese local y no por estar pensando en que en su plan de "no compartir a Sujk con nadie" se había encargado de alquilar esa sala solo para ellos dos...


Yuuto Shinji
Bien, estaba satisfecho con saber que sensei lo estaba pasando bien a su lado... Ahora los problemas del día anterior quedaban completamente en el pasado, como que por fin se quedaba tranquilo con respecto a ese asunto... Estaba pensando en que debía comprar saldo para el móvil, precisamente por que al día siguiente debía estar fuera de casa y no quería estar incomunicado con su pareja, cuando... - ¿Hum? - Esta vez abrió ambos ojos para poder contemplar ese discreto roce contra su mano... Al diablo con el saldo, aquel "Soy tuyo... no me compartas..." volvió a repiquetear en su cabeza... Estuvo por corresponder a esa caricia, pero tan rápido como llegó... desapareció. Ahora Sujk se cruzaba de brazos. Él por su lado frunció los labios frustrado.


Yuuto Shinji
Sujk se aclaraba la garganta y él solo le miró con una ceja elevada y en completo silencio... Se cruzaba de brazos, se entretenía golpeteando sobre su abdomen, comenzaba a delinearlo... todos y cada uno de esos surcos musculares tan bien marcados y evidentemente trabajado, las gotas de humedad se deslizaban lentamente por toda esa piel... si tan solo él pudiera tocar un poco y... Tragó saliva de manera sonora para su maldita vergüenza. ¡Mierda! Se hizo el desentendido y volvió a cerrar los ojos, esta vez con el ceño fruncido... ¿Era idea suya o había estado mirando con más detenimiento del que había deseado hacer? Joder... que casi estaba que se babeaba encima solo por estar fisgoneando... Decidió cruzar las manos sobre su vientre e inspirar profundo, debía tranquilizarse.


Sujk Arkhelism
¿Cuantas veces había pasado saliva para que su garganta no se secase? Tal vez más de las necesarias... Y, debía recordar que desde el día de la oficina, no había tenido nada de contacto sexual con el menor pero... ¿A qué venía tanto maldito deseo contenido? Él nunca pudo responderse esa pregunta, menos ahora que estaba babeando prácticamente por las piernas y el cuerpo de su novio. A diferencia de él, Leda no tenía marcado el abdomen, pero no hacía falta porque poseía un cuerpo encantador. Notaba como algunas gotas se deslizaban sin problemas hasta el ombligo del menor, lugar donde el otro anteriormente tenía un piercing, uno que en esos momentos se le antojaba y añoraba. Quiso indagar más pero, la mirada del otro lo sacó de su enajenación. ¡Maldición! ¿A caso Yuuto lo había descubierto? Al tiempo que el otro enfocó su mirada al frente, él hizo lo mismo. ¿Ahora por qué había tensión? ¿Debía hacer algo al respecto? ¿Por qué se removía de su lugar como si estuviese desesperado...? ¿Por qué Yuuto no le decía nada?


Yuuto Shinji
Debía tranquilizarse, debía tranquilizarse... debía... tranquilizarse... No importaba cuantas veces estuviese repitiéndose tal mantra, de cualquier forma ya estaba entreabriendo un ojo discreto para volver a mirar el abdomen de su pareja... Tragó saliva del solo notar como esas gotas continuaban descendiendo traviesas, entreteniéndose en cada curvatura, era como si el respirar de sensei les incitase a seguir bajando, a perderse en el borde de la toalla que cubría la intimidad de su pareja... Tragó saliva con dificultad, de pronto se sentía todo un pervertido al imaginar exactamente hasta donde era que esas gotas se perdían... Joder... de pronto se dio cuenta de que podría ser descubierto y solo para corroborar levantó la mirada y ¡Gran sorpresa! Fue a toparse con que Sujk también tenía los ojos abiertos. - Mierda... - Masculló al tiempo que volvía a enfocar su atención al frente. De poco le servía intentar disimular.


Sujk Arkhelism
Por lo menos se había distraído en delinear su abdomen, aunque esos pensamientos no le abandonaban la cabeza tan fácilmente, frunció el ceño ante ello. Decidió por fin abrir los ojos, para cuando esto sucedió, Yuuto estaba tranquilo, al menos en su semblante lo notaba. ¡¿Cómo podía estar tan tranquilo?! Él estaba que se lo comía con la mirada a penas abrió los ojos para visualizar algo y lo que empezó a notar, fue que esas malditas toallas eran en demasía cortas... ¿Por qué? ¡Por qué Yuuto poseía esas piernas tan bien formadas y ese cuerpo tan de acorde a todo? No pudo evitar mirar, aquellos muslos incrementaban su tamaño cuando su novio se sentaba, esos muslos tenían perlas a causa del calor que allí se sentía. Estaba prácticamente idiotizado por verlo y a saber si el otro lo estaba notando.


Yuuto Shinji
Sujk le había descubierto... Mierda, no podía haber algo peor... Sentía la cara ardiendole en serio, no sabía hasta donde era que podía llegar un sonrojo, pero podía asegurar que hasta la punta de sus pies estaban coloradas... Se relamió los labios nervioso. Ya no podía volver a cerrar los ojos... sería aún más obvio todavía y encima que Sujk no decía nada. Empuñó las manos en la toalla y frustrado tiró un poco de esta... el único sitio al que podía aferrarse a esos momentos... Inspiró profundo... ¿Qué de malo había en externar sus emociones? Solo él se reprimía, pero... Joder, había quedado como un maldito pervertido. - ¿Sensei...? - Le llamó sin mirarle. - Oi... no ha sido lo que parece... - Se excusó nervioso.


Sujk Arkhelism
De reojo miraba al menor y notó que estaba sonrojado, ¿sería por lo que había notado? Diablos, de verdad que todo se había salido de su control, pero venga, con Yuuto no había control alguno... Otra vez carraspeó la garganta y fue cuando Yuuto comenzó a decir algo que él no entendió del todo. Estaba nervioso también. — Ah... Hm... — ¿Por qué balbuceaba? Al final optó por girarse un poco pero, lo que vio fue algo realmente tentativo para sus ojos. El menor empuñaba la toalla entre sus manos y al hacerlo, el nudo de ésta se deshizo, dejando al descubierto todo muslo de su novio, se acercó y poco y estiró sus brazos para ayudarlo, sí para eso. — Tu... El nudo... — Comentó más nervioso mientras tomaba la toalla del menor y sus dedos a penas rozaban con la piel ajena, aquello le hizo estremecer como idiota.


Yuuto Shinji
¿Su nudo? ¿De qué nudo hablaba? Esos dedos entraron fugazmente en contacto con su piel y de dio por enterado de que se trataba de su toalla de lo que estaban hablando... Sensei reclinado en dirección suya, parecía verselas difíciles con ese pedazo de tela que cubría un poco su desnudez... - Te ayudo... - Murmuró. ¿Qué? ¿En qué momento se había dejado de titubeos para hablarle con suavidad? Dirigió sus manos a aquellas que intentaban anudarle, pero en lugar de anudar nada... solo posó las propias sobre el dorso de las de Sujk y se encargó de acercar su rostro lo suficiente al ajeno como para apoyar la frente sobre la barbilla de su pareja. - Me dejaré de tonterías y seré claro, viejo. - Una risilla divertida se le escapó. - Diría que muero por que me beses, pero estaría mintiendo... - Suspiró. - Llevo algunos minutos rogandote con la mirada para que me pongas las manos encima...


Sujk Arkhelism
Un intento y nada, segundo y tampoco, seguro que el tercero era el decisivo. ¡Carajo! No podía hacer un nudo, estaba que se moría de la vergüenza, hasta Yuuto ofreció ayudarle porque seguramente pensaba que era un idiota. Asintió levemente con la cabeza pero, en lugar de atar el nudo, nada pasó, las manos de su novio se posaron en las propias y la cercanía de ambos le hizo a su corazón palpitar. Estuvo a punto de decir algo pero su novio le ganó, se sintió más aliviado ante la confesión y sonrió. — ¿Bromeas...? Estoy comiéndote con la mirada desde hace rato... Deseándote como a nadie... — Para ese entonces ya estaba susurrando y llevó una de sus manos a la zona donde estaba la piel del menor descubierta y paseó su palma en todo el muslo de éste. — También quiero que me toques... Esto no es lo mismo sin tus manos... — Tomó la mano del menor y la guió hasta su abdomen. Sí, deseaba ser tocado también...


Yuuto Shinji
Una sonrisa le surcó el rostro de lado a lado al descubrir que no era el único que se encontraba en un verdadero problema de "ansiedad" por no poder entrar en contacto directo con el cuerpo de su novio. - ¿Deseándome...? - Repitió, encargándose de arrastrar lo más posible las últimas silabas de esa sola palabra... No supo si en un intento de su muy particular estilo de seducir a Sujk, o por la placentera sensación de saber que su muslo era acariciado con tantas ganas.

- Mmh... - Gimió complacido. A penas levantó poco más la barbilla e hincó ahí mismo los dientes con suavidad... así como solía hacer de vez en cuando al irse a dormir juntos. - Mis caricias cuestan, Sujk-kun... - Bromeó. Bien podría mirarle, pero ahora su atención se enfocaba en el como su mano delineaba al fin ese abdomen que tanta tentación le provocase hacia nada... cada surco lo pasaba y repasaba de lado a lado... Ascendía hasta llegar al pecho... Como si se tratase de un felino, terminó restregando la mejilla contra el hombro de su baterista, solo para observar más de cerca la manera en que sus dedos palpaban la musculatura del otro.


Sujk Arkhelism
Diablos,el menor sabía cómo ponerlo exactamente caliente, aquella manera de decir las cosas le ponían algo tenso pero sabía lidiar con ello, o eso tenía en mente, pues para cuando bajó la guardia, su novio comenzó a gemir... ¿Era para provocarlo? Si era así, entonces había dado resultado. — Sabes que te deseo... Y más de la cuenta... — Cerró los ojos lentamente, dejando que el menor se hiciese con él como quisiese. No podía explicar cuán seductor era su novio con esa faceta. Le encantaba de todas las maneras posibles, habidas y por haber. — Oye,,, debes tocar lo que es tuyo... lo sabes ¿Cierto? — Aprovechando la posición en que estaban, y que su mano estaba libre, llevó esta hasta la espalda desnuda de su guitarrista y la acarició lentamente, desde arriba, descendiendo más y más... Dando ese toque de suavidad en cada uno de los huesos que componían esa vertebra. — ¿Te gusto...? — Una risilla salió de sus labios al preguntar aquello. Necesitaba escuchar la respuesta...


Yuuto Shinji
- ¿Estas tratando de recordarme el asunto que desde ayer me tiene alterado, sensei...? - Aprovechándose de que se encontraba apoyado sobre el hombro de su pareja, le fue sencillo el hablarle contra la piel del cuello... Su mano continuaba entretenida contra el pecho ajeno. Las caricias en su espalda le relajaban de momento, sabía que de llegar a la parte baja ya no podría responder de su persona y lo que pudiera provocar tampoco... Por ahora disfrutaba del tacto en cada una de sus vertebras y es que solo aquellos dedos le hacían darse cuenta de cuanto era que esos huesecillos se remarcaban en el medio de su espalda.

- ¿Qué clase de pregunta es esa...? - Nuevamente había ascendido lo suficiente como para llegar al pecho... ¿Qué más daba si ahora había conseguido capturar una de esas tetillas? Nada discreta se erguía y a su suave tacto se endurecía un poco también. - Claro que me gustas... - Mientras sus dedos continuaban en lo suyo, con la punta de la nariz le delineó el perfil de la mandíbula... - ¿Y a ti... te gusta lo que te hago?


Sujk Arkhelism
— ¿Así que eso te tenía alterado....? No es mi culpa. — Se estremeció con tan solo sentir el aliento del menor contra su piel, esos rebordes que le acariciaban de manera superficial eran su perdición. Continuó delineando con las yemas de sus dedos, aquella espalda, hasta que llegó a la parte baja, pero allí se detuvo por un momento. — A mí... — Dejó el comentario en suspenso cuando Yuuto le había capturado una de sus tetillas, la cual se puso dura al tacto, joder... Que ahí no le había tocado hasta ahora. — A mí... Me gustas, y todo lo que haces también... — Confesó con la respiración agitada. Era hora de atacar también, así que reanudó sus caricias en la parte baja de la espalda contraria. — Yuuto... — Gimió el nombre de su pareja, su mano se fue más allá de la espalda baja, puesto que ésta se dedicó a bajar la toalla del menor hasta dejar ese trasero expuesto, luego volvió con las caricias. Necesitaba una posición fija para tocarlo más...


Yuuto Shinji
Por un momento pensó en reprenderlo verbalmente por lavarse toda culpa, como si no hubiese sido él quien la noche anterior había estado tentándole diciéndole tales cosas en el oído para poder devolverle a la cama. Sin embargo, recién venía a descubrir que estaba torturándole de otras maneras, de no se así... ¿como por qué era que sensei ahora entrecortaba la respuesta que deseaba darle? No iba a quedarse con las ganas de sonreír triunfal ante su logro...

Poco le duró el gusto, pues sus movimientos se volvieron torpes nada más escuchó a su pareja gimiendo su nombre... Su mano se detuvo y se quedó quieta sobre el pecho de Sujk, claramente podía sentir el acelerado ritmo cardiaco que golpeteaba con fuerza bajo su tacto... No, no era su imaginación... podría quedarse enajenado con ello... disfrutando de que todos esos estragos estuviese provocándolos él... pero su trasero ahora desnudo fue el que le sacó del trance... Un nudo se formó en su garganta al encontrarse algo así como "atrapado".

Sus manos yacían quietas sobre la piel de su pareja, este estaba metiéndose con esa peligrosa parte de su anatomía. - Sen... sei... - Y los suspiros de su parte no se hicieron esperar. Que de algo sirviera la posición de sus manos... ¡Al diablo la toalla! ¡Al carajo la semi-desnudez del otro! Podía arreglárselas con todo... Con todas sus fuerzas empujó a Sujk por el pecho, a modo de dejarle recostado sobre esa larga banca en la que estaban sentados y luego... Mandó al suelo su toalla... como pudo, tomó asiento a horcajadas sobre su novio y comenzó a forcejar con la toalla de este para poder terminar de desvestirle. - Rayos... - Ahora a él le tocaba lidiar con otro nudo... De haber sabido lo complicado que sería, mil veces preferiría lidiar con pantalones y ropa interior que con ese jodido nudo tan apretado.


Sujk Arkhelism
Siempre que Yuuto le llamaba "Sensei", él se volvía loco con tan solo escuchar. Carajo, no se le pudo ocurrir otra manera de llamarlo, no, debía de ser así para dejarlo más idiota de lo que ya estaba. Por momentos, el menor se detuvo y eso le supo a que debía aprovechar la situación para provocarlo también, pues no era de esos que le gustaban quedarse en el camino y Leda era igual, por eso siempre iban de la mano con cosas relacionadas con la intimidad. Yuuto lo empujó, y él no pudo hacer más nada, más que dejarse hacer, dejando que su espalda tocase con la madera de aquella banca, por suerte no estaba fría debido al lugar en donde estaban.

Observó con detenimiento a su guitarrista, aquel que dejó su desnudez expuesta, y él no pudo más que deleitarse con lo que estaba viendo, lo siguiente que se vino: fue que su menor se le sentó a horcajadas y comenzó a forcejear con el nudo de su toalla hasta que por fin le quitó ésta y ambos estuvieron desnudos. — Joder... — Nada más sentir el trasero del menor contra su miembro, le hizo arquear un poco la espalda. Sus manos se fueron directamente y sin escalas, hasta las nalgas del otro, allí, las apretó a su antojo, incitándolas a que también le provocasen. — Has que me ponga duro, Yuuto... — Le miró desde su lugar, retándolo, no a base de palabras, sino con la mirada y eso bastaba para decirle lo mucho que estaba esperando un encuentro como éste.


Yuuto Shinji
Sensei le miraba el cuerpo desnudo con demasiado detenimiento... Azorado solo pudo revolear los ojos para disimular un poco los estragos que esas miradas descaradas le provocaban. Si, que ya se las daba un poco de descarado para realizar algunos actos ozados para dejar en claro sus "necesidades", pero no terminaba de acostumbrarse a... venga, a los instantes en que Sujk se desinhibía... Menos mal su atención se enfocaba en terminar de dejar a sensei en las mismas condiciones.

¿En serio? ¿De verdad estaban a punto de hacer el amor en un lugar publico por... tercera vez? ¿A quién le podía importar? ¡Es más! Ahora mismo no le interesaba ni que la puerta de esa sala de sauna ni estuviese asegurada, si la había alquilado para una pareja... ¡Para "algo" era ¿no?! Y si no, por lo menos él se hacía esa idea al sentir el miembro de su pareja contra sus nalgas.

- Vaya descaro, sensei... - Murmuró dejándose caer sobre el pecho de su baterista, apoyando las manos sobre los hombros ajenos... Acercando tanto el rostro como para poder hablar mientras le acariciaba los labios con la boca. - Si me parece que ya estas duro desde que comenzaste a mirarme... - Le evidenció con actitud arrogante. Y es que el mayor no podía venirle con esas, no cuando al recostarse así, dejaba presionados los sexos de los dos entre el vientre de ambos...

- ¿O me equivoco? - Solo por seguir incitando, presionó las caderas más abajo, haciendo mayor presión en ese par de erecciones... sobre todo en la ajena que tenía la idea de que le llevaba la delantera. Con mimo le acarició la barbilla con la punta de la nariz.


Sujk Arkhelism
¿En qué momento Yuuto se había convertido en todo un humano felino? Sí, porque eso es lo que le estaba pareciendo cuando esa posición fue adoptada por el menor. Aquellas manos sobre sus hombros, esas extremidades delgadas que le lucían bien conforme al cuerpo, la curvatura en la espalda que le hacía lucir aún más ese cuerpo y ese trasero grueso y redondo que se asomaba y se levantaba un poco para que su vista se agrandase ante la majestuosidad que esas nalgas le hacían notar aún mejor, y que se movían de manera cadenciosa. Maldición que con ver aquello se estaba poniendo duro sin necesidad de pedir cosas tontas como las de hace un rato… Yuuto tenía ese algo que lo ponía duro con tal solo mirar y admirar ese cuerpo que parecía una escultura hecha por los mejores esculturitas del mundo. No le importaba el hecho de que ambos estuviesen en tales condiciones, a punto de hacer el amor en esa habitación del sauna, de todas maneras habían pagado por un servicio sin interrupciones y ellos debían respetar, de alguna manera se queda tranquilo, pero venga, con Yuuto le valía un comino si los descubrían, no tenía nada de pudo cuando el guitarrista se le metía en la cabeza de manera tan erótica como ahora. Ese surco bien marcado de entre las nalgas del menor, hacia contacto con su miembro semi-erecto, y eso le hacía removerse ansioso bajo el cuerpo del guitarrista, siseó y tragó saliva. —Deja de hablar así… Mierda, me estás calentando todo… — Sus manos apretaron aún más esas nalgas y como un motivo de castigo, levantó una de sus manos y le dio una leve azotaina, una que pudo ser escuchada por ambos. —Te castigaré cada que intentes pasarte de listo… — Y de nuevo le azotó, con un poco más de fuerza. Las caderas de su novio presionaron ambos miembros y él no tuvo escapatoria para ello. — A-ahh… — Primer gemido, y era culpa de Yuuto. Era torturado, más por esas sutiles caricias en su barbilla, le volvía loco cuando Yuuto hacia aquello, y más que eso, era un gesto que demostraba su cariño pese a estar en trance en situaciones sexuales. — Te necesito… — Aquellas palabras salieron ahogada pero necesitadas; era una realidad, necesitaba sentir las entrañas del otro.


Yuuto Shinji
Le gustaba poner en apuros al mayor y este a esas alturas debía de tenerlo ya bien en claro... Que si bien se lo proponía podía incitarlo lo que fuera necesario para hacerle "despertar". Aquello no tardó en suceder... Mientras Sujk hablaba de cuanto era que le calentaba, él ya iba haciendo bajar suavemente las yemas de sus dedos por uno de los brazos de su pareja... lenta y casi superficialmente... Bajaba y bajaba al antebrazo, hasta que ese primer azote en el trasero le hizo detener todo movimiento... Levantó la mirada y curioso le observó.

Se aclaró la garganta. - Te lo dejo pasar por... - Aunque las caricias por ese antebrazo continuaron y llegaron a la altura de los huesos de la cadera de su baterista, estas junto con sus palabras volvieron a ser interrumpidas con un segudo azote. Elevó una ceja con aire arrogante... y ladeó una sonrisa cuando escuchó ese primer gemido a causa del movimiento de la presión que ejercía sobre el sexo de su novio... Necesitaba un poco más de esas vocalizaciones... Le tenía guardado el asunto de los azotes... pero necesitaba más. Un poco de presión agregada y entonces sensei prácticamente le suplicó... Perfecto.

Hasta entonces había permanecido calmo pese a la dulce agresión recibida, los mimos en la barbilla de su pareja se detuvieron y aquella mano "aventurera" de la que hizo que Sujk casi se olvidase, se coló entre los vientres de ambos, solo bastó elevar un poco la cadera para conseguir, y con toda saña capturó el miembro ajeno con fuerza, no demasiada como para lastimarle... solo lo suficiente como para meterle en problemas... - Se te olvida que no eres el único que tiene a alguien en la palma de su mano, vie-jo... - Levantó un poco la barbilla, lo suficiente como para susurrarle esas palabras al oído.


Yuuto Shinji
No estaba seguro de qué era realmente más sofocante, si el calor húmedo que embriagaba al ambiente o la necesidad de seguir incitando a Sujk pero sin dejarse llevar tan rápido por todo lo que el contacto con este le hacía sentir... Francamente veía más seguro lo segundo y bastante más próximo que nada. Nada más escucharlo gemir a su oído e inevitablemente volvió a bajar un poco las caderas...

Admirable era que la presión de su mano, la estrechez entre sus vientres fuera algo que pudiera aguantar su hombre... Momento. Sus pensamientos le estaban jugando sucio... tan sucio como las cosas que ahora procesaba su mente... "Su hombre" volvía a repetir su cerebro... Inconscientemente quiso atenderle, pero cuando estaba por deslizar la mano hacía la base del sexo de Sujk... este vino a darle una bofetada con guante blanco...

-S-Sujk... - Jadeó. Bajó las caderas del todo, tuvo que liberar el miembro de su pareja y con ese único dedo estimulandole a penas su ceñido esfinter, fue suficiente para que arquease la espalda como nunca. Ambas manos terminaron apoyadas a cada lado de la cabeza de su pareja, ese al que ahora le dejaba ver una panorámica de su pecho bañado en sudor... ese mismo sudor que comenzaba a humedecerle los cabellos, esos que en aquella posición podía sentir perfectamente acariciándole la espalda. - Serás... cruel... viejo... - Murmuraba con los ojos perdidos intentando mirar el techo de aquella sala.


Yuuto Shinji
- Mmh... - Gimió dolido. Si, estaba bien consciente de que su rostro se descomponía en dolor más que en placer en esos momentos. No se cansaría de recordarle a su novio lo mucho que lamentaba el que no pudieran tener intimidad con mayor continuidad... Siempre se enfrentaban al problema de su natural estrechez luego de varias semanas sin "ser tocado". - Deja eso... entra más... - Le reprendió sin importar que en esos momentos fuese él a quien estuvieran "sermoneando".

Sin querer correr el riesgo de que fueran a llevarle la contra, hizo mayor fuerza en las manos, lo suficiente como para arrojar las caderas hacía atrás y permitir que ese dedo le penetrase más a fondo... De una se vio auto-complacido... "Un solo dedo bastaba para estimular la prostata", miles de páginas en internet lo decían y él no tenía por qué confesarle a Sujk que había leído aquella información en más de una ocasión... Una sonrisa bobalicona le surcaba el rostro de lado a lado...

Abrió los ojos y volvió a arrojar la cabeza hacia el frente... El cabello húmedo caía a un lado de su rostro en forma de cortina para mirar fijo a su pareja... Adoraba como era que ambos podía compenetrarse perfectamente en el previo a la penetración, ninguno se quedaba atrás... A la larga los dos habían aprendido perfectamente como seducir a su pareja. - Ayudame a dejar de apretarte tanto ¿no? - Le sugirió cejandole divertido... con sensei el sexo era así: Divertido, dulce, interesante y sensual... No había manera de describirlo con un solo adjetivo.


Yuuto Shinji
Dejar sin palabras a Sujk era lo que le seguía de gratificante y eso se lo dejaba demostrado al entreabrir los labios y quedarse sin poder decir nada en absoluto, por lo menos no por algunos segundos. ¿Por qué tanta altanería? - Porque... Ah... - Ahora era su turno para no poder continuar hablando. Aquel dedo se las estaba viendo difíciles para poder adentrarse en él... pero eso por su lado ya no importaba, no mientras continuase llegando hasta el fondo, él mismo se encargaba de echarle una mano en ello arrojando las caderas atrás. Atrás y adelante... de paso servía para que los sexos se ambos se acariciaran de manera casi casual... Ya no podía negar que se encontraba empalmado hasta decir basta...

- Prometo no intentar... arrancarte la yugular a mordidas... - Balbuceó de pronto. En esos momentos ya le era complicado intentar hablar sin boquear en el proceso, sensei se estaba tomando su tiempo en serio... de algún modo se lo agradecía, pero igual se maldecía a si mismo por no ceder más prontamente. - Pero... - Flexionó los brazos y volvió a recostarse sobre el pecho de su novio... ocultando el rostro en el hueco de su cuello; se sentía agitado y qué mejor manera de demostrárselo que pegando las pieles de ambos a modo de que su ritmo cardiaco quedase en evidencia... - Hazmelo ya ¿quieres...? - Le incitó presionando con las caderas las erecciones de ambos... Al demonio si con eso él también padecía. - Hhm... - Y lo padeció.

¿Exactamente que show de gemidos yendo y viniendo era el que estaban dando a las personas en el exterior? Qué más daba... Él no dejaría de presionar ese par de sexos endurecidos... No estaba seguro de qué era lo que con sus entrañas ocurría, pero ansioso se encargaba de presionar un poco más contra ese entrometido dedo... Requería más, todo su cuerpo lo sabía.


Sujk Arkhelism
Gracias a la ayuda del menor, fue que pudo deslizar su dedo con mayor facilidad, aunque no podía decir que con la mejor, porque aún faltaba algo para que esa entrada pudiese ser preparada, pero igual ninguno perdía nada con intentarlo ¿Verdad? Solo con imaginarse la escena de su dedo penetrando la entrada del menor, fue que comenzó a endurecerse aún más. Qué bueno que el otro no podía leer la mente, porque seguro era echado a las patadas o a saber, él era dueño de sus pensamientos y/o fantasías hacia con Yuuto, era algo que podía guardarse de manera sumamente egoísta. El guitarrista bajó el pecho, haciendo que de nueva cuenta sus pieles quedasen juntas, ambos estaban calientes en cuerpo, ya que el ambiente de ese lugar los había puesto así, y más el incremento de su excitación, menos mal que no era sofocante porque no lo aguantaría por más deseosa que estuviese la situación. El rostro de su menor quedó entre la curvatura de su cuello y él solo atinó a mirarle de reojo con una sonrisa complaciente. Su pecho bajaba y subía, Yuuto no era el único con la respiración descontrolada, él estaba igual o peor. — Y-Yuuto… — Jadeó de manera entrecortada cuando la presión de la cadera ajena dio de lleno contra su dura entrepierna. La suplica del menor llegó a sus oídos y él no hizo más que volver a tomar ese trasero con sus palmas, alzando más éste para que poder dejar a Yuuto en una posición cómoda para poder penetrarle. Lo desea, joder… deseaba tanto por un encuentro como éste, días, semanas tenía de no tocarlo… Era lógico que ambos estuviesen desbocados. Fue acomodando ambos cuerpos hasta que su miembro pudo ser acunado por las nalgas de su novio entre el surco aquel, y en ese momento dejó el trasero del guitarrista caer para que pudiese sentir lo duro que ya estaba. — Hmm… — Tuvo que incorporarse solo un poco para poder alcanzar su miembro. Al tomarlo, guió la punta hasta la entrada ajena y presionó para que anillo pudiese abrir brecha. Carajo, que con solo sentir presión en el glande, se estaba retorciendo. Dejó que su miembro avanzase sin ayuda de su mano, puesto que ahora sus caderas se encargaban de entrar, ni tan despacio ni tan rápido para no causarle daño al otro. — ¡Ahh…! — Gimió, no supo si del dolor al sentir presión o de placer.


Yuuto Shinji
No tocar a Sujk en semanas... Que Sujk no le tocase en semanas... Ya algún tiempo atrás que se había hecho a la idea de que las cosas entre ellos debían de ser así debido a la carga de trabajo que habían tenido el año anterior... y el presente año ni se diga, las cosas no marchaban siempre como ellos lo deseaban. Ahora, recostado sobre el cuerpo caliente de su amante, se quedaba pensando en aquellos tiempos en que cada encuentro le hacía querer retorcerle el cuello a su pareja... aunque lo hubiese disfrutado, en cada ocasión pensaba en que lo mínimo que ese hombre podía merecer era: Cortarle el suministro de oxígeno o, en su defecto, castrarlo...

¿Cómo era posible que ahora siempre se quedase con ganas de más? Cómo hacía Sujk para que con el paso de los días en el fondo él no hiciese más que añorarlo en su interior, a veces era increíble descubrirse necesitando el más minúsculo roce de aquellas manos sobre su piel... - S-Sujk... - Suspiró nada más escuchar su nombre saliendo de esos labios tan cercanos a su oído. Instintivamente elevó las caderas y dejó que ese par de manos las guiara por y como el mayor quisiera hacerlo en esos momentos. - Ah... Sujk... - Esta vez gimió. La espera de semanas parecía ser compensada con la sola presencia de sensei entre sus nalgas...

Tendría que darle un poco de ayuda, fue lo que supuso al notar como su novio se reincorporaba un tanto. Bastó con apoyar las manos un poco sobre el pecho ajeno para que prácticamente pudiera sentarse sobre la excitación que le ofrecían... Solo la glande empezaba a hacerse camino y él ya estaba apretando fuertemente la mandíbula y los párpados también. No supo si era idea suya, pero el sudor comenzó a correr en serio por sus sienes. Irían despacio... irían juntos en el proceso... Ya antes lo habían hecho... pasarse de bestias les lastimaba a ambos, ser cuidadosos les beneficiaba a los dos...

Conforme su baterista le penetraba, él mismo arrojaba las caderas un poco más atrás... Esperando a que ambos se acostumbraran cada tanto, aquello era peor que participar en una maratón... tratando de respirar con normalidad, de relajarse... aquello era mejor que ganarse el primer premio de esa maratón... Nada más consiguió sentir a Sujk por completo en sus entrañas y volvió a recostarse sobre el pecho mojado de este... nuevamente su rostro quedaba oculto en el espacio del cuello del mayor, ese cuello que con mimo comenzó a acariciar con la punta de la nariz. - Venga... - Una risilla divertida de su parte fue lo que dejó escuchar en esa cálida habitación - Hazme tuyo otra vez... sen-sei...


Yuuto Shinji
- ¿Y de qué otra manera te lo pido... entonces... Sujk-kun? - ¿Cuanto era que podía ceder ante el magnético encanto con el que ahora mismo Sujk se le dirigía en medio de sensuales caricias contra su trasero? - Estoy listo... - Que ni por asomo sospechase que no lo estaba. Mientras suspiraba largamente, la punta de su nariz continuaba su sutil camino sobre la piel ajena para ahora acariciarle la mejilla a su pareja.

La dulzura de sus actos se quedó truncada en el momento en que las caderas de Sujk dieron de lleno contra su interior. Le llenaba por completo... le hacía sentir vacío y extrañando su presencia al instante siguiente, para luego hacerle sentir completo de nueva cuenta. Lento... suave, todavía ayudándose mutuamente a acostumbrarse a la intromisión consentida por ambas partes. - Sujk... - Fue su turno de jadear. En un momento dado las manos fueron desde el pecho de su baterista, deslizándose traviesas hasta conseguir abrazarle el cuello con ambas extremidades... pegando su mejilla a la contraria...

- Sujk... A-ah... Sujk... - Permitiendo que aquellos quedos gemidos llegasen directamente hasta el canal auditivo de su novio. Poco le importaba cuantas veces era que fuese a repetir ese solo nombre una y otra vez en medio de aquel encuentro... ¿De qué le servía preocuparse ahora? Si ahora lo único relevante era el como su miembro era presionado una, dos, tres, incontables veces contra el vientre de ambos... Si sus cálidas entrañas presionaban gustosas la sexualidad de su pareja... Si él notaba como era él mismo quien, a voluntad, se encargaba de realizar aquellas contracciones en su tracto... Era como un vago intento de sentir de manera aún más carnalmente la excitación ajena.

- Hazme... tuyo... sensei... - Basta de ocultar sus expresiones en el cuello de su novio. Aún abrazado a este, dejó aquello en paz y acomodó las manos a cada lado de la cabeza ajena; arqueó lo más posible la espalda y arrojó la cabeza a un costado... Ojos cerrados, labios entreabiertos para tratar de captar todo el oxigeno que solo su nariz no era capaz de capturar... El cabello humedecido se le pegaba al rostro y el pecho le subía y bajaba de manera irregular. - Hazme... tuyo... - Al diablo si después el mayor se burlaba de su forma de suplicarle algo tan cliché en medio de ese momento... su momento juntos. Suficiente tenía con estar evitando el ahogarse con su propia saliva al intentar mitigar la cantidad de frases vergonzosas que podían salir de su boca.


Yuuto Shinji
A veces se preguntaba cómo era posible que aún a esas alturas sensei le elevase la libido de tal manera. Aún luego de ya varios meses de relación juntos ¿Era posible que no se aburriera de intimar con una misma persona? Bien, que en cuanto a experiencias de ese tipo no tenía ni idea antes de que Sujk llegase a su vida en la forma en que ahora se hacía un espacio en ella… Pero en tantas ocasiones había visto parejas aburriéndose de la monotonía al lado de quién se suponía debían considerar un compañero entrañable y… francamente se sorprendía mucho al lado de su baterista, dudaba que esa famosa “monotonía” llegara pronto… Al lado de Sujk le salía natural el ser un poco más optimista de lo que nunca hubiera podido ser en la vida.

Pocas eran las veces que tenían intimidad, la mayoría de estas comenzaban de manera dolorosa… ¿Cómo podía extrañar tanto el calor de su cuerpo, el toque de sus manos, y la humedad de sus besos? ¿Cómo era que no le causaba curiosidad el querer conocer a más personas en ese ámbito? ¿Por qué le embargaba aquella sensación de que con Sujk lo tenía todo y podía tener mucho más todavía? ¿Por qué confiaba en que ese hombre tan molestoso cumpliría por siempre con sus expectativas?... Cómo fue que nunca se dio cuenta de que ese hombre que, casi por casualidad había llegado a su vida durante la búsqueda por un baterista para su antigua banda, era en realidad su complemento perfecto…

Bajo su cuerpo Sujk le profesaba aquello que desde hacía un rato venía suplicándole en forma de jadeos y gemidos. No podía evitar sonreír con verdadero afecto al escuchar esas palabras de pertenencia que sensei le dedicaba… No lo negaría jamás: Le encantaba saberse suyo, bajo su cobijo, su cuidado y sus sentimientos. Le encantaba saberse parte de la vida de alguien… de la vida de su baterista. Porque Sujk era suyo de igual manera, el modo en que ahora le permitía sentarse a horcajadas sobre él para poder mantenerle en sus manos, para continuar haciéndole sentir lleno sobre su regazo y poder contemplar cómo era que se relamía los labios de deseo… Todos y cada uno de esos gestos le dejaban en claro que era posible que la mayor parte de los pensamientos ajenos fueran protagonizados por él mismo.

-No tanto como tú a mí, viejo… - Confesó con una dulzura que en él desconocía, más todavía en semejante situación. Al momento de que sus alientos comenzaron a entremezclarse y las narices a rozarse, él tomó el rostro de su pareja entre ambas manos. – Ngh… Lo siento, sensei… - Gimió quedo, tratando de enfocar su concentración en acariciar los pómulos del mayor con los dedos pulgares, algo que le parecía sumamente complicado considerando la lentitud de los movimientos de su pareja… El muy pasado de listo sabía cuánto era que le gustaba que lo tomase despacio. – A-ah… Te siento, Sujk… - Estaba revolviéndose encima del otro, hacía lo mejor posible para cabalgarle con el mismo lento y delicioso ritmo que ya se le tenía marcado… No pudo evitar arrojar la cabeza hacía atrás mientras las manos se encargaban en subir por el rostro mojado de su novio, por lo menos hasta que los dedos lograron perderse en aquellas castañas hebras también empapadas. Fue en el cuero cabelludo del mayor que terminó por enterrar los dedos con desesperación.

– Tuyo… - Nunca le dejaba escuchar semejantes declaraciones de deseo y en esta ocasión de verdad que no podía limitarse, no deseaba restringirse de ninguna manera. No tenía ni idea de cómo era que prefería reprimirse en otras cosas, besos o abrazos por ejemplo, pero al momento de encamarse con ese torpe… Todo se le iba de las manos, el deseo, el sentimiento, toda su persona desaparecía bajo las manos expertas de Sujk. - ¡Ngh…! ¡Tuyo… siempre…! ¡Su-uuujk…! – Presionó aún más las manos, requería de sentir con mayor fuerza aquellos mojados besos, requería de que aquella pertenencia verbal fuera también palpable… - Márcame… - No iba a suplicarse, suficiente tenía con estar gimiéndole aquello al oído y con revolverle el cabello mientras presionaba los labios del mayor contra su piel. Fuera de esa sala de sauna de escuchaba que algunas personas pasaban… probablemente dirigiéndose a sus habitaciones y, por primera vez, poco le interesó el ser escuchado. – Todo… Márcalo todo…


Sujk Arkhelism
A horcajadas es como tenía a Yuuto, a horcajadas es como las estocadas lentas y profundas se hacían con las entrañas del otro. Bien sabía lo mucho que le gustaba al otro que aquello se hiciese despacio, pues de esa manera podía sentirlo aún más, y claro, él también sentía una presión al deslizar su extensión por esas paredes ceñidas.

La situación, que morbosa se planteó en un principio, terminó siendo toda dulzura, y es que no podía evitarlo, aunque estuviesen en un sauna, las ganas de acariciarlo, de decirle cuanto es que le encantaba el compartir un momento como este, estaba fuera de su control. Yuuto lo ponía de mil maneras posibles cuando entraban a lo sexual, cuando sus deseos y su pasión se desbordaban en conjunto y gritaban con locura el nombre ajeno… Vaya situación en la que ahora estaban metidos. Al carajo si alguien pasaba por allí y los escuchaba, ahora mismo se estaba haciendo con ese cuerpo que era maravilloso. Ese cuerpo que era suyo… completamente suyo…

—M-mío… — Jadeó de manera entrecortada, una de sus manos se deslizó por el vientre del otro, pasando por uno de sus costados… Sus dedos se escurrían traviesamente por una de las nalgas del otro, ascendían y descendían, hasta que por fin éstos se detuvieron en la espalda baja de su menor, aquella que formaba un hueco, uno perfecto para que su palma se amoldase. Hizo presión en esa parte y así pudo encovar al otro, dejando aún presionado el miembro ajeno entre sus vientres. — Eres mío… Siempre lo serás… — Gimió ahogadamente, sin dejar de mover su pelvis, que ayudaba a que su miembro se ahogase con ayuda de Yuuto, se daba placer infinito al estar en esa posición. Él sentando y con su guitarrista sobre el regazo.

Eso, dos amantes, cuyas vidas dependían ahora de hacer el amor…

Los dedos de su menor se enredaron en sus hebras castañas y medianamente largas, podía sentir ese masaje que Yuuto le daba cuando esos arranques pasionales se apoderaban de él de una manera inexplicable; le gustaba ser complacido por las reacciones que provocaba en Yuuto. Por inercia echó su cabeza atrás, solo por un momento, dejándose embriagar por el aroma a sexo que inundaba la sala del sauna, dejándose llevar por sus instintos, dejando que cada gota de sudor que corría por sus sienes, fuese la explicación más recóndita a todos esos actos.

Susurros por parte del guitarrista, eran los que le estremecían y le hacían flaquear… Esos suspiros y jadeos llegaban de manera directa a atacar todos sus jodidos sentidos. Joder, ¿cómo era que Yuuto podía hacer eso con tan solo unos cuantos suspiros? Era increíble…

Aquella mano, que sostenía la espalda baja de su menor, presionó esa zona, su brazo rodeaba parte de la cintura ajena, y su otra mano hizo la labor de ir a hasta la cabeza del menor, allí ancló la palma y sus dedos quedaron enredados en los cabellos de Yuuto, haciendo que el rostro de este quedase enterrado entre su hombre y cuello, dejando cierta distancia para que el otro pudiese mover la cabeza. Tenía al alcance la sien del otro y parte del perfil de su rostro. No hizo más que comenzar a repartir pequeños besos, húmedos y tronados. — Hmmn… ¡Yuuu…to…! — Gimió desesperado. Utilizó sus piernas para hacer rebotar al otro sobre su regazo, mientras trataba de dar con el puto erótico del ajeno. Una, dos, tres, cuatro, luego hizo una pausa, nuevamente: Un rebote, dos, tres, cinco, y así de manera sucesiva, haciendo una serie de tiempos para descansar para que pudiesen darse el placer que tanto ansiaban.


Yuuto Shinji
¿Acaso todo eso no había dado inicio con miradas indiscretas, corazones acelerados y unas incontrolabes ganas por probar el cuerpo del otro? ¿Cómo carajo era que habían terminado haciendo el amor tan melosamente? A saber… pero los jadeos de sensei iban más allá de simplemente calentarle la cabeza y ponerle a mil el ritmo cardiaco… Saberse suyo le hacía sentir bienestar. No era del tipo de persona que sentía requería depender de otros para sentirse seguro de sí mismo, más ese sentimiento se iba al carajo cuando Sujk y él conectaban de aquella manera. Eran situaciones como aquella en la que pensaba que no era nada descabellado el sentirse tan a gusto bajo el cobijo de su baterista. Se pertenecían…

Tentado estaba a sucumbir ante el encanto de ese cuello que se imponía ante él luego de que sensei arrojase su cabeza hacía atrás. Sin embargo, sorpresivamente la espalda baja le fue estimulada de una manera que… - Mgnh… - No se le permitió el poder reprimir algo muy parecido a un gemido. Él mismo se vio en la necesidad de arquear la espalda ante tal tacto… No tardó en volver a encorvarse ahora que Sujk le imitaba en la tarea de revolverse los cabellos mojados… Sujk nunca había tenido tal gesto con él, al menos no lo recordaba… y, por curioso que pareciera, estaba descubriendo que también esa muestra de posesividad le encantaba. Tenía el rostro contra ese cuello nuevamente… Tentación. Si, le volvía a atacar la tentación de querer hacer de las suyas, pero un despilfarre de besos en el perfil le hicieron apaciguar cualquier intención…

Al diablo con el cuello de su pareja, después de las arreglaría con ese asunto. La manera en que Sujk le incitaba a cabalgarle le había sacado del ensimismamiento. Una, dos, tres, cuatro, perdía la cuenta de las cantidad de veces que el baterista elevaba las caderas para volver a dejarlas caer sobre la madera y de esta manera continuar provocándole. Uno, dos, tres… seis, ocho… ¡Joder! Debía salir de tal estupor, deseaba participar en ello… Uno, dos… y con ayuda de ambas manos, se apoyó sobre la madera a cada lado de la cabeza de sensei y volvió a arquear la espalda. Hizo presión contra el cuerpo debajo suyo… Que se detuvieran esos rebotes, porque ahora iba su turno para hacerse con su pareja.

Adelante y atrás, adelante y atrás… Él mismo se penetraba y se obligaba a echar de menos la presencia de Sujk por unos segundos, para volver a hacerle sentir la calidez que podía ofrecerle al instante siguiente. Adelante y atrás… Quién sabe cómo fue que lo logró, pero en la espalda alcanzaba a sentir un poco de sus cabellos mojados acariciándole la piel, para esos momentos ya pensaba que el techo había desaparecido sobre sus cabezas, de otro modo le parecía inexplicable estar viendo estrellas… por lo menos destellos si que apreciaba a su alrededor. Cada vez que obliga a sensei a enterrarse en su interior… cada vez que su miembros se frotaba con mayor vehemencia entre ambos vientres… Luces, visión borrosa. - ¡Ahhh…! – Gemidos que ya no podía ocultar por muy pudoroso que quisiera mostrarse… Su propia excitación estaba comenzando a empaparles el bajo vientre, no demoraría en correrse y tampoco estaba seguro de que pudiera conseguirlo de manera silenciosa.

– S-Sujk… - Gimió de manera tan entonada que, internamente, se dio risa… Sin dar oportunidad a que eso fuera recordado como algo digno de dar risa, esta vez aferró las manos a los hombros húmedos del mayor… Y poco importaba si con ello le dejaba todo moreteado. No estaba tan seguro de que sensei fuera a utilizar playeras sin mangas en los próximos días.


Sujk Arkhelism
¿Por qué sus manos eran grandes y sus brazos largos? ¿Por qué Yuuto era tan delgado y con un cuerpo perfectamente amoldable al suyo? No podía creer aún, que el menor estuviese retorciéndose en sus brazos de aquella manera. Todo era tan magnífico. Por un momento ambos se perdieron en su visión de “Hacer el amor” olvidando el hecho de que también era sexo lo que los involucraba, pero esta vez un poco de sentimentalismo se les fue de las manos, y claro, no era en extremo pero le encantaba el rumbo en que las cosas seguía su curso. Ni en sus sueños se había imaginado poseer a Yuuto como ahora lo hacía… o quizá sí, pero estaba muy fuera de su alcance, porque sabía que Yuuto era una persona difícil. Mucho antes se atrevió a admitir que le gustaba su compañero banda, le gustaba esa compañía, su manera de hablar, sus sonrisas, todo… Y, ¿qué mejor manera de tratar de mitigar su gusto molestando al menor? Así eran mejor las cosas, pues no quería arruinar nada con sus sentimientos. Pero sorprendente fue aquel día en que se atrevió a besar al otro, y que fue correspondido sin problemas, desde ahí, Yuuto le perteneció, no en cuerpo y alma como ahora, pero le perteneció desde el hecho de compartir un beso que significaba lo mismo para ambos.

Sus pensamientos hacían trizas su cabeza, debía abandonar todo para dejar de pensar y que eso provocase que se asfixiarse aún más de lo que ya estaba padeciendo. A base de caricias y pequeños beso repartidos, fue que Yuuto decidió tomar en control de la situación para hacer de las suyas, para complacerlo de alguna manera. Sabía que ninguno de los dos se iba a quedar con las ganas de darse placer y complacer al contrario, siempre sucedía que los dos cooperaban y se entendían para ese tipo de situaciones.


Bastó con que Yuuto se auto-penetrarse para que él se retorciese bajó esa base de madera caliente en donde estaba reposando. Joder, que las manos que estaban ahora en la espalda de Yuuto, apretaron la zona hasta enterrar las uñas con tal vehemencia que le fue inevitable parar. — Mnh… Joder… ¡Aaah…! — Al carajo con reprimir las vocalizaciones, que debía sacarlo todo para dejar en claro que lo estaba pasando más que bien. El guitarrista subía y bajaba, apretaba y luego le liberaba de la manera más tormentosa, pero placentera, tanto así que su cuerpo comenzó a tener oleadas de calor por todos lados; sudaba a mares debido a la temperatura del lugar también. Sus manos se escurrieron traviesas hasta las nalgas del menor, y presionó éstas, separándolas en el proceso para que su amante pudiese entrar y salir a su antojo. Ahora era trabajo de dos y con la poca fuerza que le quedaba, comenzó a azotar el trasero de su novio contra su regazo, haciendo que su hombría llegase hasta el fondo para darle en el punto. — N-no… Mngh…¡Yuuu…to…! — “Lo aguantaré”. Quiso decir, estaba a punto de tener el más glorioso de los orgasmos allí mismo.

Su cuerpo se rompió en mil pedazos por toda la corriente eléctrica que le recorrió. Arqueó la espalda, elevando el cuerpo de Yuuto en el proceso, que liviano era. Sus pies y todo su cuerpo quedaron rígidos. No lo pudo impugnar, comenzó a regarse en el interior de su guitarrista. Lo manchó con su orgasmo una vez más, dejando aquella pertenencia. Sí, su orgasmo era la clara evidencia de que Yuuto era suyo y que así debía ser por mucho tiempo más.


Yuuto Shinji
Sabía lo que venían a ser las intenciones de ese par de manos en su trasero, más que saberlo lo sentía… Sensei llegando hasta el fondo de su persona. Lo que no entendió fue aquella negativa que entre gemidos llegaba hasta sus oídos. – Ngh… ¿”No”?... – Alcanzó a repetir en balbuceos, sin detener el vaivén de sus caderas, sin dejar de hacer presión sobre los hombros ajenos… Sin permitir que sus ojos se despegaran del blanco techo bañado en tintes ambientalmente cálidos… Bajo su cuerpo sensei se mostraba rígido por completo, no se movía, pero vaya que articulaba varias vocalizaciones que eran más que de su agrado. En su interior ya sentía bañándole con el calor de su orgasmo.

Creyendo que un par de estocadas más bastarían para hacerle segunda, se aprovechó de la rigidez que paulatinamente iba desapareciendo en la entrepierna de su pareja… No lo consiguió de esa manera. Una, dos, tres cabalgadas más y sensei ya no conseguía llegar hasta el punto en que le hacía perder la cabeza… ¿Qué se suponía debía hacer para terminar de desahogar el deseo acumulado en semejante cantidad de minutos repletos de caricias y besos desenfrenados? Se preguntó en cuestión de una fracción de segundo.

Bajó la mirada con angustia… en automático llevó una mano a envolver su propia excitación… En esos momentos ya no le importaba si le montaba todo un espectáculo al otro mientras se acariciaba; independientemente de las circunstancias, en el pasado sensei ya le había visto masturbándose ¿cierto? La cuestión quedó en simplemente una intención, pues nada más las yemas de sus dedos alcanzaron a realizar contacto y, para su sorpresa y alivio, terminó por salpicar estrepitosamente ambos cuerpos… Poco le interesaba el alcance de aquello. – Se-sen… sei… - Jadeó. Al diablo si su orgasmo había llegado hasta el pecho de ambos en forma de pequeñas gotas albinas, el resto se derramaba bañando el vientre de los dos.

Él por su parte volvía a sujetarse de los hombros de su pareja y pasaba por un espasmódico momento… se encorvaba, arqueaba la espalda y volvía a encorvarse lentamente, negándose a dejarse caer encima del cuerpo ajeno hasta que toda sensación de placer se marchase de su cuerpo, hasta que por fin pudiera volver a la normalidad. Fue más fuerte la debilidad que le quedaba en las piernas luego de que intimaba con su pareja, y con ello fue que terminó derrotado sobre el cuerpo de este… ¿Por qué se sentía tan cansado que le pesaban los parpados? ¿Cómo era que no tenía ni la mínima intención de asear el desastre de sus cuerpos… de hacer salir a sensei por completo de su interior? Estaba más preocupado en intentar captar la mayor cantidad posible de oxígeno en sus pulmones… No se percató de aquello hasta ahora, pero resultaba ser que hasta la garganta le escocía aún si se encontraba jadeando en una atmosfera por demás húmeda en el interior de aquella habitación.

– No debiste… - Susurró ahora que, recostado, sus labios tenían cerca el oído de su pareja. – No debiste decir que… tocase lo que me pertenecía. – Agregó sintiéndose somnoliento, sin estar consciente de que en tales condiciones sería incomodo irse a la cama… Tampoco era que se muriera por estar consciente de ello.


Sujk Arkhelism
Sí, se había corrido de una manera repentina, pero su cuerpo no pudo más con tanto encima; con ese calor que le estaba quemando y le estaba hasta haciendo alucinar… ¿No era más el deseo quien le hacía sentirse así? Quería pensar que eso era.

Yuuto era el único que podía hacer que sus emociones fluyeran así, de manera espontánea. Si un día pensó que podía controlar todo de su cuerpo conforme su mente, estaba completamente equivocado, puesto que Yuuto era la causa principal de su desorden mental, no solo de manera sexual, sino de muchas cosas de las que no se creía capaz de hacer.

Cuando terminó de eyacular al interior de su guitarrista, su cuerpo comenzó a relajarse paulatinamente, su vista, que borrosa se tornó cuando tuvo aquel orgasmo, volvió a la normalidad con esa lucidez que siempre le acompañaba. Sus brazos se aflojaron de alguna manera, pero su respirar era realmente agitado. El pecho le ardía cada que respiraba de aquella forma, y su amante, que encima de cuerpo estaba, no paraba de subir y bajar beatifica y eróticamente. Aún no llegaba al orgasmo y quiso hacer algo por él, pero cuando quiso meter mano a un punto clave… Aquel rubio le ganó. Aquello que vio, fue lo más erótico que se pudo haber imaginado en su vida… Sí, Leda, aquel altanero y orgulloso se masturbaba solo para él; le daba esa clase de espectáculos para incrementar más su morbo. ¿No podía haber hombre más sensual en la tierra? Joder, que Yuuto lo estaba matando ya sin hacer nada si quiera con su cuerpo. Poco a poco el menor cambió aquellas facciones por unas de locura total al estar llegando al orgasmo y él por su parte, no hizo más que acariciarle el trasero para tratar de mitigar sus deseos que aún estaban a flote.

El semen de su menor, decoró su pecho con pequeñas gotas, algunas yacían bajo su vientre, otras sobre su abdomen… No tenía importancia el que estuviesen en su cuerpo. No hizo más que subir sus manos a base de caricias por la espalda de su novio hasta envolverlo en un abrazo. Ambos estaban tan agitados que no podía controlar su habla. —Debes tocar cuando quieras… Después de todo, te pertenece… ¿Dejarás que alguien más lo haga? — Y ahí estaba de nuevo provocando a su novio después de hacer el amor como dos locos en un lugar público.


Yuuto Shinji
Sabía perfectamente con qué clase de ojos era que sensei le observaba cuando se le ocurría tener alguna clase de desenfreno para consigo mismo: Tocarse por ejemplo... Por mucho que estuviera deshaciendose de amor mientras el orgasmo se manifestaba en su rostro, los gestos de adoración de sensei no le pasaban desapercibidos... Estaba claro que mostrarse apasionado era otra manera de complacer a sensei, haciendole saber que había hecho un trabajo excelente con su persona y sus deseos.

- La pregunta es... - Comenzó a hablar en voz baja, ahora que se encontraba recostado encima del cuerpo del otro. Vaya manía la de sensei de tenerle entre sus brazos. - ¿Tú permitirías que alguien más me tocase? - Sus abrazos eran alguna clase de manifiesto que respondía a la pregunta que acababa de hacerle: Antes te destrozo entre mis brazos, que permitir que alguien se haga contigo... Era la sensación que le deja y, de manera extraña, esas actitudes le encantaban... Por lo que uno de sus pasatiempos favoritos era provocarle esa territorialidad.

- Solo es... una pregunta... - Agregó comenzando a sentirse algo adormilado y, francamente, tan débil de las piernas que veía imposible poder ponerse en pie... Ya Sujk tendría que encargarse de llevarle a la habitación que habían alquilado... Le mallugaba, se hacía con él, le provocaba los más estruendosos gemidos y demás vocalizaciones... Lo minimo era que terminase de cuidarle ¿no?


Sujk Arkhelism
Seguían recostados ahí como si nada, empapados en sudor por el clima, tratando de recuperar la respiración en medio de una charla, una que no le estaba gustando mucho ahora... Por inercia estrujó al menor entre sus brazos a escuchar esa pregunta. ¿Cómo se ponía a pensar ese tipo de cosas? Claro que no imaginaba que otra persona tocase lo que era suyo, lo que le pertenecía...

Sus facciones se tornaron serias, estaba celoso por todo y por nada... Celoso por imaginar cosas en su cabeza por una sola pregunta, y es que la sola idea de imaginar a alguien más cerca de Yuuto, le hacía hervir la sangre. — ¿Tú qué crees...? — Le miró de mal modo, pero no al modo de estar enojado. — No dejaría que alguien te pusiera la mirada encima siquiera. ¿No te queda claro que haciendo el amor ya eres mío? Todo de ti es mío, tus besos, tus abrazos, tu cuerpo, todo... — Suspiró realmente frustrado en celos.


Yuuto Shinji
Ya. Ahí estaban esas palabras que tanto le aceleraban el corazón... Ahí estaba apretujandole con tal posesión que hasta le hacía olvidarse de que debía respirar. Suspiró largamente y no pudo evitar enterrar los dedos en el pecho ajeno, de alguna forma debía exteriorizar el efecto de esas palabras. - Estoy pérdido entonces... - Sonrió. Se sabía estupidamente enamorado, pero rara vez no dejaba tan a flote. - Igual hice una buena elección con la persona a la que... - Mierda, ya estaba quedandose dormido y los bostezos comenzaban a interrumpirle - ... a la que me he entregado... todo a todo... - ¿Qué mejor que quedarse dormido sobre Sujk y meter a este en problemas para llevarle hasta su habitación? Esta vez con una sonrisa maldosa fue que el sueño le terminó venciendo. Todo era culpa del calor corporal que su pareja emanaba.


Sujk Arkhelism
¿A qué hora fue que Yuuto se quedó dormido...? No se dio cuenta hasta que se atrevió a mirarlo bien; lo movió para despertarlo pero al parecer el otro no planeaba despertar. ¿Qué haría? Se levantó junto con el menor y dejó a este sobre la banca de madera mientras tomaba unas batas que estaba allí y se puso una, a Yuuto no lo iba a vestir, así que le puso la bata encima y con fuerza lo cargó entre brazos. El cuerpo de su novio estaba bien cubierto por la bata, así que no fue problema para llevarlo a la habitación que les correspondía. Dejó al otro sobre la cama y lo arropó con las cobijas, mientras él se ponía su ropa. Ahora Yuuto dormiría desnudo a causa de quedar dormido. Él le hizo compañía un poco más tarde.

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