sábado, 6 de junio de 2015

6 de Junio 2015: Un compromiso diferente.



Sujk Arkhelism
Fue una mañana realmente agradable, tranquila… Los cabellos rubios de su novio hacían cosquillas en su rostro al tenerlo abrazado fuerte una vez que despertó. El menor seguía durmiendo, tan tranquilo y calmado, sin prisas de por medio por ir a la compañía bien temprano en la mañana. Fue cosa de minutos para que se quedase contemplando las facciones del menor con tanta dedicación. ¿De verdad él era su novio…? ¿En verdad ese “castañito altanero” era de quien estaba enamorado? Yuuto, ese niño trabajador, divertido, bromista como el solo, era el que le arrancaba los primeros suspiros al despertar. Era tan sorprendente como el día de hoy cumplían ya un año de estar juntos como pareja y para premiar a su persona especial, tuvo la magnífica idea de despertarlo a base de pequeños besos, cortos, tronados a su manera, repartidos no solo en los labios del menor, sino en sus pómulos, mejillas, parpados, esa barbilla tan delgada, nariz, y finalmente, cuando el otro comenzó a despertar, le dejó un último beso en la frente. Joder, que estaba feliz que no podía explicarlo; tener a Yuuto a su lado, como compañero, pareja, amigo, amante… Era lo mejor en su vida.

Al diablo si el otro pensaba que su manera de actuar era demasiado melosa o cursi; simplemente se quedó algunos otros minutos más en la cama para desear un “Buenos días” a su pareja. Él mismo se le arrojó al menor sin poder contenerse para darle el primer beso formal de la mañana, entre jugueteos y alguna que otra replica de parte de Leda, fue que la cama terminó hecha un desastre. Finalmente optaron por darse un baño y posteriormente hizo el desayuno.

Tenía alguno que otro detalle que darle al menor, no era muy dado a celebrar seguidamente cada seis del mes, pero algo era cierto, su debilidad eran los mínimos detalles, le gustaba regalar cosas cuando se trataba de un día especial como este, aunque… la diferencia era que éste, era más que especial para ambos. Bastó con dejar a Yuuto por su lado en el departamento, para que él comenzara a idear algunas cosas. Hasta colaboró con la limpieza del departamento, se fue a dar la ducha de la tarde y se dio cuenta que ya pasaban de las cinco de la tarde. Era materia dispuesta para Yuuto y Yuuto lo era para él, desde éste momento hasta que el sueño les dijera “Basta…”
Yuuto Shinji
Esta debía de ser una pesadilla, si, debía serlo. Se trataba de uno de esos sueños en los que sabes que estas soñando y lo único que deseas es despertar, porque dentro de tu mental y somnolienta “puesta en escena” todo te parece incluso un dejavu… Conocía esa zona campreste, si, era el sitio que había visitado hacia casi un año… ¡El maldito sitio en donde había tropezado con una roca enorme y con ello terminó por lastimarse la mano! Bueno… Ahí estaba la roca, esta vez él caminaba lentamente hasta la causante de sus desgracias… Era tan pequeña e insignificante como la recordaba. Del tamaño de un limón… Y tanto coraje le guardaba por haberle dejado en vergüenza el año pasado, que aún en sueños, decidido se dispuso a lanzarla muy lejos de un puntapié… Aún en sueños las cosas le terminaban saliendo mal y la piedra permaneció en su sitio al tiempo que él terminaba cayendo aún más estrepitosamente de lo que recordaba había ocurrido en la vida real.

Vaya sorpresa, mientras él se soñaba rodando colina abajo en un panorama que ya no tenía nada que ver con lo que realmente ocurriese en aquella ocasión, resultó ser que no era el pasto el que le molestaba en la cara, no… se trataba de sensei dejándole caer toda una lluvia de besos, una lluvia que primero le hizo fruncir el ceño, hasta que finalmente consiguió despertarle por completo. Enfurruñado como solo solía hacer en domingo, cuando no tenían trabajo, tomó la orilla de las sabanas para cubrirse hasta la cabeza… la luz del sol atravesaba incluso las cortinas y le obligaba a salir de la cama: Hoy era un día importante, él tenía planes por llevar acabo y su pereza no debía poder más que su ánimo y el afecto que le profesaba a su pareja.

Desayunaron tranquilamente… ¡Sujk le ayudó a hacer aseo en casa! Y entonces le pareció que de alguna manera quizás el baterista estaba tratando de quedar bien por tratarse de una fecha especial. Mierda, que lo había conseguido y justo después de todo ese ajetreo, siendo las 5:30 y considerando que notó que sensei estaba más que entretenido terminando de acomodar a saber qué cosas en las repisas de la recamara… decidió salir huyendo de ahí. Si quería que todo saliera bien tendría que ponerse a modo misterioso. No saldrían de casa como tal, pero se traía algo entre manos.

[SMS]: Es tarde, he de suponer que ahora mismo te está gruñendo el estómago… Si me encuentras, viejo, te prometo una buena cena. No estoy en casa, pero tampoco he puesto un pie en la calle. Adivina y te prometo algo realmente bueno... te lo has ganado luego de haberme ayudado con el aseo *risas*. [SEND]

En realidad no se requería demasiado razonamiento y quería confiar en que por esa tarde-noche, Sujk no sería un condenado desesperado.

Sujk Arkhelism
Después de su baño de la tarde, se vistió como cuando solía salir con Yuuto en algunas ocasiones. Pantalones de mezclilla flojos, y ESA camiseta blanca pegada que pocas veces solía usar con esos pantalones ¿Por qué no darle el gusto a su menor después de todo? Éste le había comentado que le gustaba cómo es que se veía con ese atuendo, y hoy era una tarde-noche de consentimientos. Una vez que estuvo listo, pese a que no iban a salir de casa, se puso a ordenar solamente sus libros que estaban en la repisa, debía revisar los papeles que justamente su novio había dejado allí y que no le había dado tiempo de hacer, pero sería mañana.

Tan distraído estaba que su móvil comenzó a anunciarle la llegada de un mensaje, y revoleó los ojos… Qué no fuesen del trabajo porque hoy no tendría tiempo de atenderlos y mucho menos estaba dispuesto a irse a la compañía porque ya había quedad con ellos que al final de las grabaciones tendrían un pequeño descanso. Desplegó el mensaje y su cara de sorpresa se hizo evidente, era su novio qué a saber en dónde estaba ahora mismo por lo que leía.


[SMS]: Claro que es tarde y mi estómago no tarda en pedir de comer, ¿qué te traes? ¿Será que quieres jugar a gato y al ratón? O… ¿Jugaremos a las escondidas? Quizá al policía y al fugitivo, porque tienes ganas de que te atrape (risas) ¿Será que estás en el pasillo? ¿En el departamento de arriba que está en renta? [SEND]

Dejó todo lo que estaba haciendo para salir de la habitación, en verdad estaba intrigado… Yuuto no estaba en casa, se le había escapado, así que caminó por el pasillo hasta llegar a la puerta de la entrada. Iría a buscarlo, quizá y le había engañado y seguía en la casa… pero, ¿por dónde empezaría?

Yuuto Shinji
A veces le parecía increíble la facilidad con la que sensei se distraía. Tal vez se había conservado un perfil bajo al no vestir nada fuera de lo común para esa noche luego de ducharse… Jeans desgarbados de los muslos, playera cualquiera en color blanco y una camiseta a cuadroas de franelilla encima, todo cómodo y cotidiano, en todo el día no había deseado que sensei sospechara nada, pero de eso a de verdad no darse cuenta de que ya no estaba en casa… Cuando leyó el mensaje que recibió como respuesta no pudo evitar llevarse el dorso de la mano a la boca para contener la risa.

[SMS]: Cuidado, viejo. Que podrías ser tú el ratón al que ahora yo este acechando *risas*. Quién quita y estoy desde algún rincón del departamento observándote como todo un enfermo psicópata *risas*. Mentira, sal de ahí, no estoy en casa, me aseguré de dejarle comida a Waccha… porque aunque no estoy en la calle, te aseguro que no te dejaré volver al departamento, no por esta noche. Ya con eso te he dicho más de la cuenta ¿no~? [SEND]

Sujk Arkhelism
Tentado estuvo a regresar al departamento para revisar si de verdad su novio estaba allá, pero eso era un acto muy ingenuo de su parte, claro que Yuuto lo estaba timando. Respiró hondo, pese a ser paciente, ya estaba hecho un manojo de intrigas, quería encontrar a Yuuto, pero al parecer, éste jugaría un poco más al no decirle nada acerca de su repentina desaparición.

[SMS]: Esto en verdad es complicado. Tengo la ligera sospecha que estás hasta la azotea del edificio… Creeo. ¿Quizá en la recepción? No, un lugar demasiado público. Pues… solo tengo esas dos opciones, el departamento en renta y luego el primero que te he propuesto. ¿Será que soy muy distraído? [SEND]

Bien, en primer lugar iría a ver ese departamento del cual tenía la llave, pero se le hacía menos sospechoso el lugar al decir que el otro no estaba en casa, así que seguramente estaría allí, más seguro estuviese hasta el primer lugar mencionado pero… ¿Y si fallaba? Venga, que Yuuto no le daba buenas pistas después de todo. ¿Acaso debía adivinarlo hasta encontrarlo sin muchas pistas de por medio? Sonrió para sí mismo mientras se aventuraba.

Yuuto Shinji
[SMS]: ¿Estas tonto? ¿En la azotea con la lluvia que esta cayendo en estos momentos? No estoy tan mal de la cabeza como para querer resfriarme justo esta noche. Pero si te hace sentir mejor, diré que ya has mencionado mi paradero en los mensajes anteriores *risas*. Anda, que acabo de escuchar con que fuerza cerraste la puerta del departamento *risas*. [SEND]

Ya, dejaría de torturar a ese hombre. Porque de lo contrario, estaba seguro de que iría a buscarlo de piso en piso y de milagro no iría a buscarle al estacionamiento. Rapidamente abrió la puerta del departamento en renta... La dejaría entreabierta, puesto que no le había dado copia de la llave a su pareja... No por desconfianza, sino porque simplemente el tema no había salido a colación y justo en días recientes le había parecido conveniente que fuera así.

El departamento era exactamente igual que el de sensei, excepto porque las paredes eran blancas, sin un solo adorno en ellas y las ventanas tenían hojas de periodico en lugar de cortinas. Era desconfiado y prefería que del exterior pensaran que era un departamento vacío más que uno con todas sus pertenencias de valor en el. En el lugar de la sala, cajas y cajas estaban amontonadas con varias cosas de tamaño considerablemente pequeños. Pegados a las paredes sus muebles más altos y grandes... ¿El resto de habitaciones? En realidad hasta el día de ayer todas habían estado vacías... pero, la noche anterior se había encargado de que la que estaba al final del pasillo, aquella que en casa de sensei usaban para dormir, estuviera ocupada por hoy... Fue a esta habitación a donde fue a refugiarse.

Sujk Arkhelism
[SMS]: AHAHAHAHA, deja de insultarme. Solo pensé en esa posibilidad, así que quizá hoy y te las dabas de extremista, todo puede pasar. Bien, solo me queda un lugar, así que iré hasta allá. Y basta de insultos o te dejo plantado (risas) [SEND]

Claro que todo era broma, no podía perder el toque de andarse molestando como si fuesen dos niños. Solo se dio la tarea de subir un piso, puesto que el departamento al que iba, estaba solo arriba y más al fondo que el propio. Al irse acercando más y más, notó que la puerta estaba medio abierta. Yuuto estaba allí sin duda.

Aunque no quisiese notarlo, no pasó desapercibido el pasillo de ese lugar, todo estaba oscuro, puesto que no había habitantes en ese único piso, a saber por qué, pero igual al entrar al departamento, cerró la puerta y entonces también encontró todo a oscuras. La luz de la calle no entraba por las ventanas, puesto que estas estaban tapadas, tampoco había una luz en el pasillo como su departamento, era como si viese otra cara de lo que era bueno y malo de donde ahora estaba habitando, el lugar se veía tan vácio y tan… extraño con todas esas cajas, muebles y demás cosas que estaban instaladas en donde era la sala de estar.

Comenzó a buscar a Yuuto, curioso y con cuidado de no llevarse un susto por lo oscuro del lugar. Primero fue a la cocina, luego buscó entre los muebles para ver si el otro no se escondía por allí y finalmente optó por revisar la habitación del fondo, puso su mano en el pomo de la puerta y lo giró, era más seguro que su novio estaría allí.

Yuuto Shinji
¿Le daría tiempo suficiente para un último mensaje? Echó un último vistazo a todo lo que le rodeaba en esa habitación, la única que tenía un foco para iluminar... Todo estaba en su sitio al parecer, él mismo ya se había puesto cómodo en el lugar que de momento le correspondía. Diablos... no se podía creer que llevase una semana trabajando en todo eso y que justo ahora comenzara a ponerse nervioso, era ridículo que hasta las manos le temblaran... ¿Por qué debía de ser tan malditamente perfeccionista? ¿Por qué deseaba que todo saliera perfecto para sensei esa noche? ¿Y qué más daba si no cumplía las expectativas de ese torpe? Él no estaba para complacer a nadie, más que a sus propias expectativas... entonces... ¿Por qué el corazón se le aceleraba del solo pensar en qué cara pondría sensei al encontrarle?

[SMS]: Te gusta que sea rebelde... Te gusta que sea ese castañito/rubio altanero ¿no? Apresurate, Ryosuke-kun *risas* [SEND]

A penas tecleó "Send" y escuchó la puerta de entrada abriendose, la muy descuidada rechinó un poco y esa fue su señal para apagar la luz de esa habitación, debía esperar a que sensei estuviera siquiera cerca. El corazón se le saldría del pecho antes de que Sujk diera con él, casi podía apostarlo... Le escuchaba caminar por la estancia, la sala... ¿estaba en la cocina o en la otra habitación? A saber, los pasos se acercaban... el pomo de la puerta giró y entonces... Aún en la penumbra dejó escuchar los primeros acordes de White Hole.

Hacía ya algunas semanas que sensei había dicho "Lo primero que quiero comprar es una cama muy grande para el nuevo departamento". Él había renegado diciendo que ¿para qué? si igual terminaban durmiendo muy juntos al centro de esta... Maldiciones, que paseando por el centro de la ciudad se topó con una cama que le hizo pensar en cuanto es que conocía a su pareja que casi podía jurar que le sabía sus gustos hasta para escoger muebles. En tonos caoba, con un reconfortante colchón al desnudo... él se encontraba sentado a la orilla de esta. La había comprado y ahora la usaba de asiento mientras que su Cygnus le echaba una mano, junto con uno de sus amplificadores más pequeños, para tocar White Hole... esa canción que a finales del año pasado sensei le había hecho tocar en solitario en medio de una improvisada "práctica" que habían decidido hacer en un estudio de alquiler solo por... por el gusto de tocar juntos, como pareja, como músicos, como compañeros de trabajo. Como ellos dos y ya.

¿Sería un buen obsequio? Esperaba que si, porque de la cena no podría asegurarle demasiado buen sazón... no cuando él se había involucrado en ello también. Decidió concentrarse en seguir tocando, consciente de que su unitario público ya se encontraba en el marco de la puerta...

Sujk Arkhelism
Un último mensaje que se quedó grabado en su mente… Era lógico que gustara de ese rubio, de ese castaño, y más que eso… Lo amaba de muchas maneras posibles que hasta daba miedo. Sí, miedo de perderlo, miedo de que Yuuto conociese a otra persona y se fuese de su lado, que alguien más le ofreciese un amor mejor… Era normal pensar en ese tipo de cosas estando perdidamente enamorado. Confiaba en su novio, confiaba en su amor, confiaba en sus palabras, pero no confiaba en su miedo… Ese que le metía ideas erróneas, ese que le decía “Basta, tu corazón esta amando demasiado”.

Solo bastó que pusiera la mano en el pomo para girarlo, y entonces escuchó algunos acordes y rasgueos de lo que parecía indicar una guitarra… De pronto sintió deseos de alejar su mano, como si hubiese descubierto algo, algo que no deseaba ver o escuchar, pero para sus oídos, fue una clara invitación de “Adelante, sigue”.

Se quedó en el intento de abrir o no la puerta, pero al final lo hizo y mucha fue su sorpresa al encontrar a Yuuto sentado sobre una gran cama, que al parecer era nueva y en verdad de gran tamaño. Su novio no tardó mucho en tocar ese melodía que hacía unos meses lo había hecho a petición de él mismo, y es que cuando la escuchaba muchos sentimientos emanaban sin explicación alguna. Hacía ya un tiempo, antes de andar con Yuuto, que le había dado una opinión acerca de la melodía. Y es que no solo sonaba a melancolía, sonaba a sensualidad, sonaba a la unión de sentimientos de una persona como lo era Yuuto, su novio que seguía el ritmo, que se concentraba tan dulcemente en su guitarra, en las cuerdas que se perdían entre sus dedos…


Por ahí, había llegado a escuchar “Cuando algo atractivo se cruza en tu camino, inevitablemente te vas a enamorar…” Eso era justamente lo que le había pasado. Y no se había enamorado de su novio por la apariencia, que bien sabía que de atractivo lo tenía todo. Se había enamorado por la forma de tocar, por la manera en que deseaba ser un músico como él, y la dedicación que le ponía, pero no sólo eso, sino el sentimiento que plasmaba con cada una de esas melodías; uno debía liberarse de sus emociones y si Yuuto era una persona que no lo demostraba de buenas a primeras, la música lo delataba, al menos él como pareja lo sentía así… Y justo ahora Yuuto se estaba liberando de todo al tocarle de manera dedicada. Quizá muchos podían llamar amor a la música, pero para él era el arte del mismo sentimiento… Aunque, ¿qué era el amor realmente? A saber, pero quería que Yuuto fuera el arte de su amor el resto de su vida misma…

Yuuto Shinji
¿Por qué sensei estaba dudando en entrar? Ya unos segundos habían transcurrido desde que el cerrojo diera de sí y una media silueta se dejase ver por la puerta. Él continuó con lo suyo... El rostro de Sujk era todo un poema en cuanto se dejó ver, ni siquiera se dio cuenta del momento en que este encendió la luz... simplemente permanecía ahí de pie sin reaccionar. Sus dedos se movían casi por inercia... tampoco se creía capaz de equivocarse justo ahora, bastó con ofrecerle una discreta media sonrisa para tranquilizarse a si mismo... una de esas sonrisas de complicidad que a veces compartían. Si sensei permanecía ahí era porque le había gustado lo que escuchaba y veía ¿cierto?

Esto era algo completamente distinto a lo de la última vez... Esto era algo voluntario, algo que ansiaba fuera grato para su pareja. Por que sí, Sujk era eso: Su pareja. Qué importaba si llevaba años conociendole como amigo y compañero de trabajo... A un amigo no le debías cosas que a una pareja si, a una pareja no le debías lo que a un amigo si... A Sujk le debía todo y nada. A Sujk le debía encontrarse en ese estado de complacencia continua... Se sentía bien a su lado, se sentía bien sin él... pues el mayor siempre buscaba la manera de hacerse presente inclusive en sus ausencias.

Aún a media melodía podía escuchar la batería de Sujk acompañandole pese a que este no estuviera tocando precisamente... ¿Cómo podía estar tan acostumbrado a la nueva armonía que sensei le había ofrecido desde hacía exactamente un año? Se sorprendió a si mismo cerrando los ojos... Esa batería no salía de su cabeza. La voz de Sujk hablandole al oído... Los brazos de Sujk envolviendole cada noche... Los severos ojos de Sujk reprendiendole cuando se equivocaba... Las carcajadas que muy de vez en cuando soltaba para burlarse a costa suya cuando algo bizarro le ocurría... Las caricias de Sujk que jamás se le olvidaban, pero que bien valía hacerse el amnesico para que volviera a recorrerle la piel... Todos y cada uno de esos "Te amo" por parte de Sujk que él siempre se negaba a corresponder inmeditamente...

Ni siquiera entendía cómo era que podía estarse estremeciendose con solo saberse observado por el otro... La melodía terminó, se encorvó un poco con la guitarra aún sobre el regazo. Jamás se imaginó lo que conllevaría el tocar fuera de un escenario, pero para ese público en particular que tenía ahora... Componer requería de experiencia, no podía componerse acerca de cosas que nunca habías vivido o sentido... Y ahora, en medio de ese silencio, se pensaba que... muy probablemente, de Sujk en adelante... muchas serían las experiencias acerca de las que podría escribir, componer... tocar y transmitir.

¡Maldita sea! ¿Alguno de los dos podía decir algo? Francamente él se había quedado mudo... mirando el suelo... Todavía no se creía la cantidad de locurar que acababa de llevar a cabo.

Sujk Arkhelism
¿Era posible quedar mudo después de tal acto presenciado? Quizá. Más bien, sí, era posible. Ninguno había dicho palabra alguna después de que la maravillosa melodía terminó estremeciendo su corazón, haciéndolo latir como si fuese una máquina en plan de falla. Nervioso estaba, emocionado también, creo que todos sus sentimientos se volcaron, dejándolo mudo ante Yuuto, su novio que tampoco decía nada; aquel que cabizbajo medio acariciaba su Cygnus entre manos y colocada en su regazo.

Dio un par de pasos, lentos, desganados. Tragó saliva, y su garganta escoció; era como si hubiese padecido de sed en años, pero no… Es que las palabras se las había robado su novio. Nuevamente se armó de valor y trato de menguar a su corazón, pero fue imposible. Se acercó, lentamente y con la fuerza de voluntad que hacía nada le hizo falta.

Cuando Yuuto le había dicho el primer “Te amo”, supo que de ahí no se iba nunca. Pero ahora que estaban celebrando ya un año de compartir cosas que jamás volvería a vivir, se dio cuenta de que ambos eran el uno para el otro, que ambos pensaban de la misma manera con respecto a sus sentimientos y que eran tan dependientes que sí alguno faltase, sería el fin del mundo. Él no haría su vida sin Yuuto y estaba seguro que Yuuto tampoco la haría sin él, porque ahora mismo su novio estaba más expuesto sin necesidad de expresar palabras.

Se quedó de frente, parado justo donde estaba el otro sentado y poco a poco se fue agachando hasta quedar en cuclillas. Puso sus antebrazos sobre el regazo del menor, al menos para que pudiese dejar la guitarra y le miró a los ojos, pese a que Yuuto parecía no querer hacerlo, quizá por la pena o por la situación… — Gracias… — Susurró de tal manera para que solamente ellos escuchasen. — Gracias por esto y por muchas cosas… — Recargó las palmas en el regazo de su novio y ladeó de más la cabeza para poder robarle un beso, fue corto, pero al fin y al cabo un beso… — ¿Y sí te digo que me esperes un poco aquí en lo que voy por algo, lo harías…? — Susurró contra el oído de su menor. Faltaba su regalo, se lo quería dar a su novio aunque claro, no se comparaba con lo que él le había hecho…




Yuuto Shinji
Normalmente los silencios con Sujk tendían a ser agradables, pero ese en especial se estaba tornando algo incomodo y antes de que le supiera insoportable... sensei hizo de las suyas, se encuclilló frente a él y terminó despojandose de la guitarra, dejandola sobre el colchón, el otro pudo permitirse tomar apoyo sobre su regazo... Ante el agradecimiento a penas pudo levantar la mirada. Estaba que no cabía en vergüenza hacia nada y ahora se quedaba nuevamente sin palabras luego de ese furtivo beso que no alcanzó a robarle el aliento, pero vaya que le hizo doler el pecho como cada vez que sensei tenía esa clase de arrebatos tan dulces que le hacía perder la noción de las cosas.

- No tengo un mejor lugar al que ir... - Carraspeó un poco, era momento de quitarse la pena de encima, de intentar volver a la normalidad... de no mostrar su vulnerabilidad, porque... después de todo, era un buen día, un día de celebración, nada por lo que amargarse el rato con vergüenzas ¿cierto? Es vez le miró con algo más de diversión. - Y dijiste que esta noche iba a tenerte para mi, si no regresas ten por seguro que el lunes te lo haré pagar caro en el trabajo, viejo. - Le advirtió fingiendo severidad. Y tan fingido que, ya que Sujk le hablaba al oído, él le deja en advertencia mientras con suavidad le restregaba la punta de la nariz en la mejilla a su baterista. - Tiene cinco minutos para volver, Andou-san... - Especificó junto con una risilla.

Sujk Arkhelism
— ¿Tan temprano y ya te estás poniendo caprichoso...? — Inquirió divertido. —Me tienes y me tendrás para ti sin necesidad de pedirlo. — Las caricias que hacia Yuuto contra su mejilla, lo dejaron marcando ocupado por unos segundos. Carajo, lo amaba sin poder evitarlo… —No me diga “Andou-san” porque me puede provocar… — Advirtió, pero al final se tuvo que separar de su novio. — Sí quieres guarda la guitarra para que no esperes mucho. Sólo voy al departamento de abajo y vuelvo… — Dicho y hecho, con una enorme sonrisa salió de la habitación, luego del departamento y cuando cerró la puerta de éste, recargó la espalda de inmediato y se llevó una mano al pecho; estaba demasiado alterado… ¿Qué le estaba pasando? — No puede ser… — Murmuró para sí mismo. Yuuto lo alteraba demasiado y claro que no era nada malo, al contrario. Respiró mejor cuando estuvo fuera y se dispuso a caminar hasta ir escaleras abajo.

Ya dentro del departamento, fue por aquella cosa que le daría a su menor que estaba en la habitación y echó eso en su bolsillo del pantalón. No iba a ser tan cursi, aunque… lo dudaba porque siempre se ponía sentimental y sacaba todo sin detenerse. Quizá Yuuto no lo había notado, pero ayer que llegó a casa antes que él, había comprado un pequeño presente. No era bueno con regalos ni mucho menos, pero había algo que ambos compartían: El gusto por el pastel, o bien conocido, “La tarta”. Era uno muy pequeño, justo para dos personas, pero era especialmente hecho de sus sabores favoritos. La mitad, era de vainilla, el sabor favorito de Yuuto, la otra mitad, de chocolate, el fondant que lo adornaba, también estaba dividido en ambas partes de acuerdo a los colores de los mismos sabores que ya había mencionado.

Quizá su regalo no era comparado con lo que Yuuto había hecho, pero el pastel era solo una parte y una distracción para lo que le daría a su novio esa noche.

Llegó hasta el piso indicado, abrió la puerta, la cerró y caminó por el pasillo hasta llegar a la habitación. Seguramente su novio ya había recogido la guitarra, sabía lo cuidadoso que era con ese instrumento y jamás lo dejaría en algún lado reposando. Nuevamente su corazón se alteró… ¿Qué no podía estar en paz? Iba a hacer lo más cursi dentro de lo más cursi en su relación con el menor…

Yuuto Shinji
- Así de caprichoso te gusto, así que date prisa. - Se las dio todavía más de arrogante. Sensei al fin se puso en pie y él simplemente asintió ante su sugerencia. ¡Por todos los cielos! Que se había encargado de montar uno de los soportes para poder colocar su Cygnos debidamente en este. Ahora yacía en un rincón, a salvo, en pie y tan en perfecta condición como cuando había decidido ocuparla para esa ocasión especial.

No estaba seguro de que sensei fuese a demorarse solo cinco minutos, pero por si sí o por si no lo hacía, rapidamente se arrojó al suelo para buscar debajo de la cama... Ahí venía algo que no estaba del todo seguro de mostrar: La cena. Pero venga, que él mismo se estaba muriendo de hambre, así que no habría opción... Si Sujk iba a desenamorarse por su nulo conocimiento culinario... que lo fuera haciendo ahora mismo, porque no pensaba que pudiera dejar de ser un desastre.

Sobre el colchón sin sabanas ni cubrecama, acomodó un pequeño mantel... solo para prevenir cualquier suciedad. Y sobre el mantel un par de cajas de obento. ¡Si! ¡Obento! Y más valía que no hubiera problema, porque no se le había ocurrido otra cosa que pudieran comer en frío. - Eres un desastre, Leda... - Se dijo a si mismo, mirando con desagrado las cajas que ya dejaban ver rollitos de huevo frito, albondigas de carne, intentos de rollitos de sushi un poco desbaratados, carne de cerdo al jengibre, alga cocida... arroz... y... arroz... - Tks... - Chasqueó la lengua realmente compungido. Terminó por comenzar a devolver todo a la maleta de donde lo había sacado... mejor sería volver a casa y cenar algo ahí, aunque tuvieran que improvisar...

Sujk Arkhelism
Al abrir la puerta, se encontró a Yuuto guardando algo que parecía… ¿Comida? — ¿Qué haces? — Preguntó curioso con una sonrisa pero de inmediato se fue a sentar a la cama donde estaba un mantel; de un lado estaba una caja de obento si mal no ubicaba. —¿Tú lo hiciste? — Le miró con ilusión. Así es, estaba ilusionado de siquiera imaginar a su novio preparando todo eso. Miró la caja, y notó como es que el guitarrista había acomodado la comida en la cajita. Claro un poco desordenada y los rollitos de sushi desechos, pero… ¡¿Qué importaba?! Lo había hecho él. No dudó tantito en robar un rollo de huevo y entonces le tendió el pequeño pastel a su novio. —Te vendrá perfecto un postre con la comida… — Mantuvo su sonrisa, quería quitarse todos los nervios antes de la parte final de su sorpresa, simplemente quería cenar con Yuuto y finalmente distraerlo con el postre para darle lo que faltaba… —Está rico… — Susurró y tomó los palillos para empezar a comer el arroz, la carne, el sushi… Todo lo que allí había. Era su cena especial y no necesitaba de una a la luz de las velas como las parejas comunes. Al carajo, estaba feliz con su obento.

Yuuto Shinji
- ¿Eh? - Demasiado tarde, ni siquiera terminó de guardar la segunda caja de obento y sensei ya estaba ahí con la puerta de par en par. Prefirió fingir que a penas estaba sacando la comida para colocarla en la cama... No tenía por qué enterarse de que estaba a punto de arrepentirse acerca de darle esa cutre cena ¿verdad? - Eh, si... No esperes demasiado, esta algo poco presentable, pero es lo que hay... - Comentó mirando hacia cualquier parte que no fueran ese par de desordenados obentos. Sin embargo, sensei llamó su atención con un pastel... precioso, no iba a negarlo... de esas cosas de reposteria que hasta te daba pena tener que comerlas. - Gracias... - Murmuró con una amplia sonrisa, como que ya ni le pesaba el tomar los palillos para comenzar a cenar... por mucho que no se tratase de nada sofisticado o en exceso elegante como acostumbraban a hacer las parejas "normales". Cuando menos se dio cuenta, ya se había descalzado y subido los pies a la cama para sentarse en posición de flor de loto mientras comía.




Sujk Arkhelism
—Esto está bien, no quiero otra cosa. — Mencionó cuando abrió el jugo que Yuuto tenía dentro de la maleta de donde había sacado todo. Su menor ya estaba en la mejor posición para comer, él solo estaba a la orilla de la cama, con una pierna arriba y la otra abajo. No hablaron durante la cena, y él mientras comía, tarareaba “Wake Up” y con los palillos le pegaba a su rodilla que estaba a su alcance para seguir el ritmo de fondo en su cabeza. Era un tonto y lo sabía, pero ya había terminado de cenar y Yuuto aún no, por lo tanto, puso el pastel al centro de su intento de mesa y de lado a lado había un par de tenedores. La parte de chocolate la puso de lado de Yuuto y él se quedó con la de vainilla una vez que su novio terminó sus alimentos. —Dicen que las parejas comparten de todo… Así que esta noche te daré el chocolate y yo me quedaré la vainilla, así podré recordarte cuando vuelva a probar algo con ese sabor… — Se quedó en el intento de sonreí como muchas veces hacía, tras decir esas palabras.

Yuuto Shinji
¡Argh! ¿Podía haber comida más insipida que la suya? Se preguntaba cuando iba a la mitad de su cena... Bien decían que cuando te acostumbrabas a lo bueno, ya dificilmente podrías ir por la vida comiendo cualquier cosa. No iba a negarlo, sensei le mimaba demasiado el estomago y en verdad le pesaba no poder ofrecerle algo mejor por esa noche. Al final terminó dejando la cena a medias y agradeció que el postre ya estuviera más que servido. - Me has salvado de terminarme ese obento mal hecho, así que por mi quedate con toda la vainilla del mundo... - Bromeó. En realidad le enternecía el que por esa noche, sensei se estuviera reprimiendo en cuanto a su desmedido gusto por el chocolate. - Y creo que sin necesidad de la vainilla, ya me traes en mente siempre... - Si, se las daba de arrogante para no perder el toque. En ese momento ya estaba saboreando un primer bocado de un chocolate amargo que le sabía delicioso. - Debí saber de esto y habría traído un poco de café... - El café no era necesario. De pronto sentía que nada le hacía falta a esa perfecta noche improvisada.

Sujk Arkhelism
Una risilla le acompañó ahora que Yuuto mencionaba lo de su comida, para él había estado perfecta. Qué importaba si no estaba bien acomodada, lo que importaba era el sabor y su novio había estado mejorando día con día… Tenía un sazón delicioso y al carajo sí el otro no le creía. — Silencio, yo me he comido todo y estaba rico. — Le halagó por más mala cara que el otro puso. Tomó el tenedor para probar el lado con sabor vainilla, Yuuto se entretenía con su parte y le decía ese tipo de palabras que le hicieron sonreír nuevamente, a todo esto… ¿Cuántas veces había sonreído esta noche?

—Creo que tienes razón… Te tengo en mi mente siempre, no hay como pensarte para calmar mis malos ratos. — Confesó, y metió una de sus manos a uno de los bolsillos de su pantalón, allí estaba lo que le había querido dar al menor, pero en realidad no se animaba mucho… Y es que, le daba vergüenza, y no dejaba de pensar en “¿Y ahora qué demonios me da este hombre?” No quería ser común, porque odiaba la cotidianidad de la gente con cosas de pareja, con romanticismos. Igual sus palabras serían lo mejor para distraer a su novio quien comía el pastel.

—Hoy no tengo palabras, en realidad hoy han sido sustituidas por sentimientos que jamás pensé que tenía dentro de mí… — Suspiró largamente antes de continuar y detuvo al menor cuando estuvo a punto de volver a trozar un poco más del pastel; le quitó el tenedor y lo dejó en el plato donde yacía el postre. Todo fue deprisa, su corazón no dejaba de golpetear su pecho mientras se daba en la tarea de sacar un anillo, no uno de compromiso como lo hacían las parejas, porque no era con ese fin, puesto que no creía en cosas como el matrimonio. Colocó la pieza en el dedo anular de su menor y cabizbajo sonrió al finalizar el acto. —No creo en el matrimonio… No creo en promesas ante testigos, no creo en una ceremonia con un fin común para llevar a cabo un sentimiento, no creo en la firma de un papel para atestiguar que esa persona me pertenece, no creo en los trajes caros que dan belleza por un momento, tampoco creo en una celebración en grande para que compartan la felicidad de uno… No creo en esas cosas… — Susurró todo eso, dejando en claro que ese anillo no era para ese fin. —¿Pero sabes? Creo en el amor que me profesas día a día, creo en el lazo que tenemos, creo en cada uno de los suspiros, suspiros que hacen que yo no pueda respirar… Y ahora mismo te doy esto, porque quiero que sea un recuerdo de nuestro primer aniversario como pareja. Yuuto… no necesito de compromisos para pedirte que te quedes a mi lado sí así lo deseas, para que seas mi amante de mirada retadora… Para que hagamos el amor y cuente los lunares de tu cuerpo en el acto… Para que te diga “Te amo” entre besos que me roban el aliento… — Ahí mismo fue que las palabras se le quedaron atoradas, se le hizo un nudo en la garganta, estaba que no podía con todo lo que le quería decir al menor finalmente y cuando así tuvo la oportunidad, calló y apretó un poco más la mano del menor.

Continuó en silencio, y es que tanto era su sentir que no podía expresarlo… Optó por ser valiente y directo para seguir. — Una vez sentí que te perdía, y que lo haría definitivamente. La primera vez que lo sentí, pensé: “Esta bien”. La segunda: “Debo dejarlo ir”, hubo una tercera donde dije: “No es para mí”. Hasta que llegó la cuarta, y con esa terminé enamorado de ti, con esa me di cuenta de que no quería perderte, de que eras importante para mí, y de que no quería sacarte de mi vida jamás… Por eso no quiero olvidarte. — En sus primeras palabras hizo referencia al último live con su primer banda donde había conocido a Yuuto. ¿Podría estar más sentimental acaso? — Ahora que te tengo, no quiero perderte ya… Me has regalado un año de tu vida como pareja, me has demostrado que contigo todo vale la pena. Esta noche quiero aprovechar para decirte algo: Creo que no te lo he dicho, pero me enamoré en un momento complicado de mi vida, antes pensaba que no podía conocer a una persona que me interesara, que se me hiciera atractiva en distintos niveles, y de la nada, saliste tú. Eso es único, sobre todo porque no hay otra persona que me haga pensar lo mismo, o sentir. Hoy todos los días me quedan claros para decir que eres importante para mí… Y sólo quiero pedirte una cosa… — Hizo una pausa, acariciando el anillo puesto sobre el dedo de su novio. Aquel que tenía algunos grabados de lazos unidos a todo su alrededor. Lo había comprado en una tienda que era egipcia que vendía anillos de plata. Así es, los egipcios habían inventado los anillos de alianza para las parejas que se tenían un gran amor, ellos intercambiaban esas alianzas sin necesidad de hacer gran cosa como lo era el matrimonio que para él, era un compromiso fallido. — Quédate a mi lado para siempre… ¿Quieres? — Y finalmente optó por alzar la mirada para ver al menor, pero… no dejó de lado el otro anillo que tenía en la otra mano que se había desocupado hacía nada, ese era de él. Se lo mostró a Yuuto solo para indicarle que sí, era el regalo de aniversario de ambos…

Yuuto Shinji
Era verdad, sensei no había dejado nada de lo que le llevase para comer. Elevando una ceja se le quedó mirando con expresión de “¿Lo haces para quedar bien?”… Al final solo negó suavemente con la cabeza, la sonrisa de sensei fue la que terminó por convencerle para no apelar más, de cualquier modo ya estaban saboreando el postre con toda tranquilidad. En verdad que, de haberlo planeado, seguro que esa noche no salía tan divertida y tan al estilo de ambos como ahora.

– Ya… me has dicho antes que término distrayéndote cuando llegas a estar estresado, supongo que es algo bueno ¿cierto? – De pronto le pareció que Sujk estaba algo raro, ahora comenzaba a hablarle de sentimentalismos y encima le arrebataba el tenedor para dejarlo sobre el plato. No recriminaría nada, primero se daría la oportunidad de contemplar el arranque del mayor. Vamos, que no era como si no le pusiera atención por estar comiendo pastel ¿o si? Entrecerró los ojos y frunció el entrecejo… ¿Eran ideas suyas o Sujk estaba algo… nervioso? En silencio y con la mirada siguió los movimientos de su pareja… No le soltaba la mano que hacía nada despojase de su tenedor. Y entonces…

-Eso…- Sus palabras se perdieron en el aire, no porque así lo deseara, sino porque simplemente la palabra “matrimonio” le dejó marcando ocupado… Todas las posibles insinuaciones nupciales en las que ninguno de los dos creía, le dejaron completamente mudo. Aunque no había recuperado su mano, el dedo anular de esta ahora era ocupado por algo que él consideraría todo un trabajo artesanal que… Joder, le había dejado boquiabierto. Indeciso entre el mirarse la mano y contemplar el rostro de su novio. No conseguía cerrar la boca por completo… ¿Por qué estaba evidenciándole? ¿Por qué hablar de su amor? ¿Era tan necesario considerando la fecha en que se encontraban? ¿De verdad iban a ponerse tan emotivos solo por… eso? En su mente podría estar renegando todo lo que quisiera, pero con escuchar ese “Amante de mirada retadora”, descubrir que sensei se había dado a la tarea de contarle los lunares del cuerpo…Todo eso hizo que sus emociones se externaran en una conmovedora sonrisa. ¿Por qué maldita sea con Sujk era tan fácil echar todo a la borda sin importar el dejarse en vergüenza? ¿Cómo había hecho el otro para romper sus esquemas… para hacerle ir en contra de su manera de actuar hasta entonces?

Sujk pronto se quedó sin palabras… En su interior él deseaba que continuase hablando, que le alentara a poder corresponderle todo lo que le profesaba. Le miraba desesperado, ahora él mismo presionaba también la mano ajena y… Sujk habló, continuó y esta vez le relató acerca de sus miedos, de todas esas ocasiones en que se habían “separado” para volver a cruzar sus caminos una y otra vez. Era claro que si no estaban destinados, entonces ellos a punta de fuerza eran quienes se habían encargado de volver a encontrarse. Apretó aún más la mano de Sujk… se encargó de entrelazar los dedos de ambos, no le pasó desapercibido el hecho de que en la otra… sensei conservaba una pieza exactamente igual a la que ahora él portaba. “Sujk solo quería pedirle una cosa” y él solo moría porque la dijese de una buena vez. Enfrentó aquella mirada sin duda alguna y la petición de su baterista le hizo estremecer por completo.

– Torpe… - Masculló pues sentía que la voz le temblaba igual o más que sus dos manos e inclusive las piernas lo hacían. – Yo no creo en contratos matrimoniales, ni ceremonias. Lo sabes bien… - Joder, que la voz le salía más aguda de lo normal. Los ojos le ardían y perfectamente sabía que no era de sueño. – Ponte esa maldita alianza ya, porque de mi cuenta corre que no te la quieras quitar nunca de encima… - En un arrebato de felicidad, histeria y a saber de cuantas cosas más, tomó el anillo ajeno e hizo su mejor esfuerzo para colocarlo en el anular del mayor… Un intento, dos y tres… ¡¿Acaso no dejaría de temblar ya?! Estaba por tener el mejor cierre para esa noche y venía él a dejarse dominar por los nervios. - ¡De-deja de mover la mano! – Culpaba al otro, cuando era evidente que el causante de todo era él mismo… - Por favor… deja de mover la mano. – Agregó luego de un largo suspiro… ¿Por qué no podía ser un poco más afectuoso? Por qué si ahora mismo estaba que podría deshacerse de felicidad… Por qué si ahora le quedaba claro que no necesitaba a nadie más a su lado que no fuera Sujk…

Sujk Arkhelism
Claro que iba a estar nervioso, claro que todas sus emociones lo ponían como un idiota cuando se trataba de Yuuto, y era obvio que no dejó de observar la cara del menor cuando le dio el anillo. Claro que el matrimonio no era opción y ambos lo sabían, no estaban hechos para eso… De hecho, no estaban hechos a la idea de siquiera decirse un “Amor” “cariño” y esas cosas tontas. Al menos para ellos era bastante tonto llamarse así, no era su estilo… Y qué mejor manera de llevarse como amigos, como si fuesen dos adolescentes idiotas cuando se lo proponían.

Bastó una mirada para comprender que Yuuto estaba emocionado a la par con él, que no hacían falta palabras del otro para indicar que todo estaba en orden… Y es que el menor no era muy expresivo, pero con una mirada lo podía leer perfectamente y poco importaba si era reservado. Diablos… ya eran muchas las veces que había dicho lo feliz que se sentía, es más, su sonrisa todo lo delataba.

Yuuto apretó su mano como él lo hizo con la ajena… Yuuto se puso nervioso también. Yuuto lo era todo en ese momento que poco importaba si ahora mismo no daba una para ponerle el anillo. — Con cuidado… —Susurró con una enorme sonrisa y al final ese que era su niño, le terminó por poner el anillo. Ambos tenían una alianza, una que era sentimental y no material. El anillo solo era un regalo para su primer aniversario. Observó su mano, observó la de Yuuto, y entonces, sin esperar demasiado tiempo lo jaló hacía sí para que se acercase. No le costó mucho trabajo, su novio era de por sí liviano. —Ven, que te daré el último regalo… — Le habló bastante cerca de los labios, casi tenía al otro sobre su regazo, solo faltaba que esté se acomodase como mejor quisiese.

Yuuto Shinji
Tal y como Sujk acostumbraba a hacer siempre, terminó por echarle una mano y con voz conciliadora le alentó a hacer las cosas con cuidado. Al fin se encontraban en igualdad de condiciones... Le agradaba bastante el considerar que se encontraban en medio de un compromiso que solo ellos dos podrían y querrían entender. No requerían que nadie más argumentase nada acerca de su relación, simplemente esta existía ahí a raíz de los sentimientos que se profesaban y punto... ¿Quién necesitaba ceremonias? Cuando estaban ahí los dos... Tan cerca, haciendo de las suyas en una improvisada reunión para dos. - Pues te estas tardando en terminar de darme mis obsequios... - Menos mal que habían librado el mantel con los restos de comida, como pudo terminó sentandose a horcajadas encima del otro y obligandose a tumbarse sobre el colchón, para luego dejarse caer sobre este de manera lenta... - ¿Si? - Le incitó una vez que consiguió que los labios de ambos pudieran volver a estar lo suficientemente cerca como para sentir la respiración ajena.

Sujk Arkhelism
Le encantaba su novio… Ahora más. No tardó nada en acomodarse sobre su regazo y entonces de un momento a otro ya estaba de espaldas contra el colchón. Sus brazos terminaron rodeando el esbelto cuerpo de éste para dejarlo lo más pegado a su cuerpo, pecho con pecho… —¡Shhh…! — Sí, tenía el atrevimiento de callarlo y más lo hizo al calar esos labios que venía deseando desde que cruzó por vez primera esa habitación que estaba vacía. Abrió la boca, ladeó la cabeza para intentar seguir el ritmo, aunque ahora desconocía la manera en que calaba los labios ajenos, era tan necesitada… No podía simplemente dejar que un solo beso se le escapase esa noche, y qué mejor que la boca de su novio supiese a chocolate, ¿acaso no era lo mejor para culminar su aniversario? Abrazó con fuerza necesaria a Yuuto, como si este se fuese a ir de su lado y suspiró entre besos.

Yuuto Shinji
Sujk le hacía guardar silencio y, como pocas veces, le hizo caso... Tal vez todo era por culpa de que ansiaba que de una buena vez se dedicara a hacerle perder la cabeza con algo más fisico que las palabras... esas ya las tenía en su memoria y seguro que de ahí no salían ni así teniendo amnesia. Ya estaba perdiendose en la combinación de sabor vainilla con chocolate y él continuaba pensando en que ambos se querían juntos para siempre... o todo lo que la palabra "siempre" pudiera representar. Esa boca, los brazos ajenos envolviendole... todo eso era lo que necesitaba para poder cerrar así lo que era su primer año como pareja... ¡Joder! Y la cantidad de planes que ya tenían a futuro... no se podía creer cuanta era la estabilidad que habían podido mantener con el tiempo. - Hm... - Gruñó sin detener del todo la boca... Desde su primer beso que sentía que la pieza del labio inferior de sensei era demasiado tentadora como para hacerla a un lado, pero necesitaba preguntar algo. - ¿Sensei?... - Intentó llamarle.

Sujk Arkhelism
Era de madrugada, estaban en un departamento que no era el suyo, en un cama que era nueva y en una habitación que no era habitable hasta el momento, puesto que él y su novio estaban como si nada comiéndose a besos, suspirando, separando las bocas para tomar un poco de aliento y nuevamente para poder besarse. Todos y cada uno de los recuerdos fluían en su memoria ahora… y no deseaba borrarlos nunca, sería imposible hacerlo puesto que en poco tiempo ya tenían mucho vivido… Fue entonces que Yuuto detuvo los besos para llamarle. — ¿Ocurre algo…? — Preguntó, dando uno que otro beso a esos labios que estaba húmedos sobre los propios.

Yuuto Shinji
- Si... - Asintió y solo así pudo pausar la cantidad de muestras de cariño que se estaban dedocando ahora. - ¿Así o buscabas una cama aún más grande? - Se rió al fin. A veces sensei era bastante extraño y a saber si le habría agradado o no la idea de buscar en solitario algo que se suponía ambos ocuparían a futuro. Para esos momentos terminó ya por acurrucarse sobre el cuerpo de su pareja, había sido un día largo y de pensar demasiado en cuantas posibilidades había de que todo saliera bien o más con Sujk. Como si las cosas al lado de ese hombre no salieran siempre bien... - Sensei, tengo sueño... - Balbuceó. Le fastiada el no tener la misma resistencia al desvelo que Sujk... mucho que le envidiaba en ese aspecto. - Llevame a casa...- Pidió como si no se supiera el camino de vuelta.




Sujk Arkhelism
Al fin tuvieron una distancia para poder conversar y entonces rió con la pregunta del menor. — Así me gusta la cama... Quería una más grande por sí te enfadas conmigo y me quieres mandar lejos, que sea a la orilla solamente... No al sofá. — Al fin terminó por reír a leves carcajadas, su idea era realmente buena, aunque no por ello pedía una cama grande, siempre había querido una así en su habitación. Su menor ya estaba bostezando, había sido un día lleno de emociones, debía admitir, se incorporo junto con el otro y se levantó. Yuuto quedó como un pequeño, uno que era llevado por su padre hasta la recamara. Esos pies quedaban colgando de lado a lado por su cintura. — Vamos, te llevaré así y no quiero reclamos. — Frunció el ceño y de buenas a primeras, salió del ese departamento para ir hacía el suyo.

Yuuto Shinji
Sujk debía de tener bien en cuenta que cuando se enfadaban ni diez camas serían susficientes para no verse las caras; pero bien, que estaba cansado como para no discutirle aquello y como para que no le importase el desastre que estaban dejando atrás ahora que sensei le llevaba en brazos hacia el pasillo del edificio. - No hay problema... - Balbuceó tomandose la libertad de abrazarse al cuello de Sujk para así poder apoyar la cabeza en su hombro. - Igual en... - Diablos, un bostezo...- en esta planta no vive nadie que pueda verme... - Sonrió ya con los ojos cerrados. Se quedó dormido... entre sueños como que percibió cómo sensei bajaba los escalones con cuidado... fuera de eso no se enteró de nada más. Esa noche dormiría tranquilo y feliz... no creía que necesitase saber más nada del mundo por ahora...

Sujk Arkhelism
Yuuto se quedó dormido en su hombro, él continuaba bajando los escalones con cuidado para no tener un accidente. Le daba mucha gracia que su novio fuese tan ligero, no podía creer que alguien de su misma estatura, si acaso un par de centímetros más alto, fuese así de liviano. Igual lo agradecía, pues de otro modo no podría llevarlo cargando como ahora mismo hacía. Menos mal que la puerta de su departamento no estaba cerrada, bastó con estirar la mano para abrir ésta y luego la cerró a puntapié. Ambos llegaron a la cama, la noche era fría, así que se encargó de ponerle un par de cobertores a su novio, puesto que no podía meterlo debajo de las cobijas de la cama a estarlo cargando y luego al dejarlo sobre la misma. —Te amo, Yuuto…— Le susurró al oído y entonces lo acurrucó a su lado cuando tuvo la oportunidad. La había pasado demasiado bien.

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