domingo, 23 de agosto de 2015

23 de Agosto de 2015: En yukata "todo" se ve distinto. [INCOMPLETA]


Yuuto Shinji
El plan parecía ir al pie de la letra… Si, quizás sonaba un poco agresivo haber enviado a Sujk fuera de casa con el pretexto de “Quiero que vayas a la otra punta de la ciudad a buscar una botella de licor de ciruela que SOLO venden en ESA tienda que te estoy especificando”. Era el cumpleaños de su pareja, pero abusando de que Sujk rara vez se negaba a algo que le pidiese, decidió que solo así podría ganar tiempo para todo el teatro que necesitaba montar para esa tarde-noche que sin lugar a dudas se encargaría de hacer inolvidable para su pareja. Luego de tantos malos entendidos y peleas en su relación durante los días recientes, como regalo de cumpleaños y como regalo a ambos, no les vendría mal algo como lo que tenía en mente.

Sujk demoraría poco menos de dos horas en volver, tiempo suficiente para que el Shimonoseki Shunpanro Tokyo le enviara los platillos que para esa noche les había encargado casi en plan de cena tipo gourmet… y así lo hicieron: Varias brochetas yakitori se dejaban ver humeando deliciosamente dentro de una charola metálica con tapa de cristal, la cual con cierta humedad en su interior permitía ver que el pollo y las verduras estaban en su punto de cocción. Nikujyaga servido en dos tazones de porcelana fina, tan vistosos como los que contenían tallarines udon. El tonkatsu yacía en otra charola con tapa de cristal, decorado con esmero igual o más que los humeantes okonomiyakis que más allá se veían. En el refrigerador yacía un pequeño pastel de chocolate con vainilla para dos.

Por un momento dejó todo en la cocina, solo mientras fue a tomar una ducha rápida… Sobre la cama tenía dos cosas, la ropa que vestiría y el que sería el obsequio de cumpleaños de su pareja. Esa tarde tuvo un poco más de atención con su persona, incluso se esmeró en peinar un poco el cabello y sujetarlo con un par de pasadores para que no le acalorase tanto. Por la ventana contempló el cielo… despejado para su suerte.

El punto de reunión sería su propia terraza, ese lugar que previamente ya había decorado con algunas lámparas de papel y serpenteantes adornos como si de todo un NatsuMatsuri se tratase. Encendió los dos faroles que se encontraban apoltronados en las esquinas y tiró de la mesa de jardín y el par de tumbonas hasta el centro. Esa noche tendrían un pequeño festival en casa… el viento era agradable, tanto que no alcanzaba a levantar siquiera el mantel de la mesa, mesa en la que se encargó de acomodar estéticamente cada platillo… todo alrededor del pastel de cumpleaños. El edificio era alto sí, pero construido estratégicamente para que de frente se pudiera contemplar como comenzaba a ocultarse el sol, dándoles la sombra suficiente para no molestarles.

Waccha había estado todo el rato mirándole de un lado a otro… La parte final de su plan fue pegar un enorme cartel con letras negras en el recibidor: “Vas a la habitación, te vistes tu obsequio y abre la cortina de la terraza. EN ESE ORDEN… por favor.” ¿El obsequio? Sobre la cama yacía extendido un elegante yukata azul índigo con muy tenues líneas grises y un obi en un color roble, algo diferente al que ahora él mismo vestía en color avellana claro, a juego con un obi en chocolate. Waccha y él permanecían escondidos en la terraza, al resguardo de las cortinas cerradas del ventanal… Antojándose con el aroma de la comida y agitando nervioso un abanico. Quizás sería mejor escribirle…

[SMS]: ¿Fuiste a comprar el licor o a hacerlo, Sujk-sensei? *risas*. Ven pronto, Waccha y yo estamos hambrientos y no sabemos si pedir comida a domicilio~ [SEND]

Sujk Arkhelism
Llevaba una hora fuera de casa. Después de irse a duchar, Yuuto lo sacó casi a patadas del departamento y le dio indicaciones… o más bien, lo vio como un capricho, pues éste quería un licor que solo vendían al otro lado de la cuidad. Sin poder replicar, fue que le cerraron la puerta en la cara y suspiró largamente. Tampoco es como si se fuese a negar, ¿verdad? Claro que no, siempre se la pasaba consintiendo a su novio, así que una sonrisa se le dibujó en los labios.

En su auto estaba a la espera de poder avanzar con el trafico de la cuidad a esa hora, el licor lo tenía bien resguardado. Los autos no avanzaban y pensó que estaría allí unos cuantos minutos más, por lo que decidió revisar su móvil. Notificaciones, felicitaciones de sus amigos más cercanos llegaban a su móvil, en verdad se sintió dichoso de haber recibido tal cantidad de buenos deseos en este que era su día. No podía dejar a sus fans sin una respuesta de agradecimiento, siempre procuraba ponerles atención en cualquier circunstancia, por lo que fue respondiendo a cada uno de ellos. Al finalizar los agradecimientos, vio que el movimiento vehicular había mejorado, la circulación había tenido un problema ya que algunas señales de tránsito estaban mal.

Cerca estaba de casa, y cuando volvió a revisar el móvil, su novio ya le había mandado un mensaje.

[SMS]: ¿Quieres que pidamos algo ahorita que llegue? ¡Había mucho tráfico! Pero tengo tu licor, caprichoso. Estoy muy cerca de casa, espérame. [SEND]

No sentía la necesidad de celebrar su cumpleaños, aunque fuese un día que solo llegaba una vez al año, él era sencillo de por sí, y le gustaban los mínimos detalles, como las felicitaciones. Pero esos pensamientos quedaron en segundo terminó cuando entró al departamento y un cartel extraño le dedicó un mensaje. Sorprendido estaba… ¿Un obsequio? ¿La terraza? ¿Qué tramaba ese rubio ahora?

Hizo caso a todo lo que había escrito su novio. En la habitación estaba ese Yukata sobre la cama, bastante bien ordenado, y de unos colores que en su totalidad eran agradables. ¿Ah? ¿Ese era su obsequio? Su sonrisa se extendió y no hizo más que comenzar a quitarse cada una de las prendas que tenía encima para poder colocarse su nueva vestimenta. Había pasado tiempo desde que había usado uno como esos que estuvo batallando para que quedase bien y se amoldase a su cuerpo. —¡Perfecto! — Se autofelicitó cuando se miró al espejo y… Decidió amarrar su largo cabello en una media coleta, una que dejaba algunos mechones rebeldes sobre sus hombros. Creía que ese tipo de peinado se vería bien con la ocasión-

—¿Yuuto? — Llamó a su novio, y con cautela se dirigió hasta las cortinas de la terraza y las abrió sin más. Lo que allí observó, lo dejó anonadado… La mesa estaba perfectamente acomodada, la comida se veía deliciosa y el olor que desprendía hacía que se le antojase y le abriese el apetito. Y, aunque fuese algo ridículo, cuando vio al menor, se quedó boquiabierto… Al parecer, el regalo no era el Yukata, era su novio vistiendo uno.

Yuuto Shinji
Sujk estaba demorando y para entonces él y Waccha ya se encontraban recostados en una de las tumbonas, agitando el abanico frente a su rostro y contemplando al sol escondiéndose detrás de los edificios... Si sensei no se apresuraba iba a perdérselo, encima esos jodidos pasadores con los que se peinase el cabello, le estaban jodiendo la cabeza al permanecer recostado... pero ya se había cansado de caminar de un lado a otro. De pronto escuchó ruido en casa... curiosos gato y humano se quedaron mirándose.

Se puso de pie cerca de la mesa con la comida, mientras Waccha permanecía aún sobre la tumbona. Notó movimiento en la cortina y lo que pudo ver en cuanto le vio abrirse camino entre el ventanal y las cortinas, se quedó con la mandíbula en el suelo... ¿Podía Sujk verse más atractivo? No lo creía... Encima esa manera de sujetarse su ya largo cabello... Jamás se imaginó que el color indigo le quedaría tan jodidamente perfecto sobre la piel, ni el día que decidió ir a comprarle aquel yukata se imaginó que tanto le sentarían los colores, por más que lo imaginó... La realidad superaba con creces a todos sus pensamientos.

Boquiabierto se sorprendió humedeciendose los resecos labios... ¿Cuánto rato llevaba en completo mutismo hipnotizado con la imagen que Sujk le regalaba? Una frase que escuchase mucho en sus tiempos de estudiante pasó por su mente de manera fugaz: "Esta para comérselo" pensó. De inmediato sacudió la cabeza e intentó sonreirle. Con una pequeña inclinación, realizada con ambas manos cruzadas al frente sobre el regazo, agregó algo: - Feliz cumpleaños, sensei~

Sujk Arkhelism
¿Por qué a su novio le quedaban los colores claros…? ¿Por qué hacía contraste con el color de su piel? De verdad que le hacían lucir esplendido, atractivo… y daba a su imagen, un toque más de inocencia, que de por sí ya tenía impregnada en esas facciones. El cabello corto, alborotado y sujeto por los pasadores hacía que ese rostro resplandeciese aún más ante él. Debía admitir que estaba enajenado por lo que estaba ante sus ojos. Jamás en toda su vida había visto tan atractivo al menor, ni aún con tanto maquillaje, o con sus diminutos trajes en la época de Deluhi, carajo… Su novio lucía perfecto así.

Difícil fue tragar saliva, difícil fue quitarle la mirada de encima y dejar de admirarlo, mandando señales a su cerebro de “No puedo seguir aguantando esto…” Cuando esas felicitaciones llegaron a sus oídos, sacudió la cabeza y desorientado, hizo una pequeña reverencia en agradecimiento a la cena, a toda decoración con detalle, al esfuerzo que Yuuto había puesto en cada una de las cosas que allí estaban para él, en agradecimiento por la vestimenta que ahora los dos usaban. — Esto ha sido, sorpresivo… — Sonrió nervioso. ¡Claro! Se sentía como en la madrugada cuando quiso desnudar al menor… Era un idiota.

Yuuto Shinji
Sujk correspondió la felicitación con una educada reverencia, casi como si semejantes vestimentas tradicionalistas les impregnaran un poco de la rectitud japonesa, y entonces se sintió un tanto estúpido por estar prácticamente recorriendo de pies a cabeza a su pareja. Al reincorporarse no pudo hacer más que sonreír ampliamente por el "cumplido" que recién hacían acerca de su sorpresa de cumpleaños... La noche anterior se habían enfrentado a su propia desnudez de la manera más natural posible y ahora, con tanta ropa encima, le parecía increíble que estuviese sintiéndose más alterado que si estuvieran desnudos dentro de la cama enredados únicamente con las sábanas. Temió un poco sobre acercarse un poco, pero depositando el abanico a un lado de Waccha... dio unos cuantos pasos hasta quedar frente al mayor. - Te ha sentado increíble el regalo, sensei. - Se sinceró apoyando ambas manos en los hombros de su baterista y mirándole de cerca. - ¿Tienes hambre?

Sujk Arkhelism
Leda le sonreía como si nada, le regalaba esa sonrisa radiante como su mejor regalo de cumpleaños; entonces carraspeó un poco la garganta y cuando quiso poner los ojos en la vestimenta del otro para inspeccionarlo un poco de nueva cuenta, éste se acercó poco a poco... Estuvo a punto de dar un paso hacía atrás, por impulso; no es que le disgustase tener cerca al guitarrista, sino que... no quería que sintiese lo fuerte que latía su corazón, además de que, se estaba aguantando las ganas de estrecharlo contra sus brazos para no soltarlo esa noche. Nervioso y sin que el otro le mirase, le tomó por la cintura de manera casi tímida; sus manos temblaban. — Mi regalo lo tengo entre mis brazos ahora... — Se dejó llevar por la sinceridad, que falta no le hacía. Sin querer y sin darse cuenta de sus actos, permaneció abrazando la cintura del otro hasta que sus manos tocaron y acariciaron la espalda baja de su novio. Cayó en cuenta de lo que estaba haciendo y de manera muy golpeada, arrebató toda caricia de esa zona. — Uhm... Sí, de hecho muero de hambre. — Se apartó del menor, no sin antes darle un beso sobre la sien y tomó asiento.
No hacía falta ser un experto para saber que la comida de la mesa, era tipo gourmet.

Yuuto Shinji
Estaba por retirar las manos de los hombros de Sujk, cuando este de manera sutil le tomó por la cintura. ¿Qué era aquello? Las manos de sensei se estremecían al sujetarle y eso le hizo ablandar la sonrisa ahora inundada de ternura... ¿Qué diablos estaba ocurriendo ahora? No era como si le estuviese tocando por primera vez y su novio parecía en verdad trastocado. Tentado estuvo a arrojarle los brazos al cuello... de pronto, el que Sujk se mostrase tan... adorable, le hacía sentir unas terribles ganas de comerle la boca a besos. Pero antes de siquiera intentar abrazarle... el mayor ya se había alejado dejándole en verdad descolocado, y a penas con la leve sensación de ese beso en la sien. - Ah... si, sirvete... - Balbuceó aún sorprendido. - ¿El licor esta en la cocina? - Preguntó, pero igual ya estaba dirigiendose a ese sitio para ir en busca de la bebida de la noche.

Sujk Arkhelism
No podía dejar que sus impulsos le ganasen de esa manera cuando Yuuto había tenido la gentileza de organizar todo para su cumpleaños, por eso debía resistir un poco con la cena. — Sí, el licor lo he dejado allá... — Y antes de que pudiese decir algo más, Leda se fue hacía el interior del departamento para ir por la botella. Suspiró de alivio y entonces prosiguió a servirse. Primero, optó por poner en su plato brochetas yakitor, un poco de verduras que parecían tener buen color y sabor. Tomó un plato de Nikujyaga que estaba a su extremo de la mesa. La verdad es que sí estaba muriendo de hambre. Decidió esperar por su novio antes de comenzar a comer algo.

Yuuto Shinji
Sin esperar más fue a por un par de pequeños vasos para el licor y la botella que había quedado relegada en la barra. Sin embargo, al volver a la terraza le tocó contemplar la espalda de sensei vestida con ese... varonil color de yukata, el cabello peinado de aquella forma, los hombros hacía el frente... ¿Cómo mierdas podía verse tan atractivo incluso sin hacer nada el muy... torpe? En las manos le temblaban los vasos y bajo el brazo la botella de licor amenazaba con caerse al suelo de un momento a otro. En silencio y con paso decidido, llegó por la espalda de sensei y, pasando un brazo por encima del hombro de aquel que ya estaba sentado, depositó ambos vasos sobre la mesa y, con el pretexto de dejar la botella también en el mueble, terminó rodeándole el cuello desde atrás con ambos brazos... La frente la apoyó en la coronilla de su pareja y con una risilla nerviosa confesó. - Nunca te había visto vestido así y de repente siento que tu regalo ha sido más bien un regalo para mi. Estoy algo ansioso, así que dejame estar aquí cerca un par de minutos, viejo...

Sujk Arkhelism
La noche había caído, y la vista era estupenda. Luces de neón adornaban las afueras del edificio, y los faros que estaban en la terraza, daban un ambiente totalmente elegante a media luz. Era perfecto, solía de disfrutar los lugares así, tranquilos, sin tanto ruido callejero como cuando vivía en su antiguo departamento. La zona donde vivían era casi privada y con un ambiente agradable. Así se quedó admirando aquella vista, cuando de buenas a primeras un vaso de licor se dejó ver sobre la mesa. Yuuto le había rodeado el cuello, y él respingó un poco, hasta que tuvo el cobijo de los brazos ajenos alrededor, solo así se sintió reconfortado. Las palabras de su pareja golpeaban con fuerza sus tímpanos, y de pronto sintió calidez en su pecho… Le encantaba Yuuto y su manera de decir las cosas de un modo en que él podía sentirlas de corazón.
Así pues, sus manos se posaron en los antebrazos de Yuuto y alzó la mirada, echando la cabeza para atrás solo para poder ver a su menor fijamente. —Mi regalo eres tú… Tu regalo soy yo, y no importa el motivo o la circunstancia. Te tengo… y no quiero nada más esta noche… — Susurró esas palabras, de un modo en que solo Yuuto pudiese escuchar. —Llevo bastante tiempo admirándote con la mirada desde que crucé el balcón… Te ves tan atractivo.

Yuuto Shinji
Sujk arrojó la cabeza hacía atras al tiempo que posaba las manos encima de los antebrazos con los que le rodeaba. Le miraba fijo y más que la imagen que le regalaba vestido tan tradicionalmente elegante, sus palabras fueron las que le hicieron contener la respiración. Ahora le sonreía amplio y, en uno de esos extraños arranques de cursilería que evitaba tener, le dio por darle un corto beso en la frente. - Calla... - Le pidió en voz baja, separándose un poco pero sin dejar de perderse en esos ojos que tan atentos le contemplaban. - No quiero que quieras nada más ni esta, ni en ninguna otra noche... - Con premura deslizó los brazos por debajo de los de sensei y, sabiéndose seguramente observado por este, se sentó en la misma tumbona que su pareja... justo frente a él, tomó un par de palillos y el primer tazón de udon que tuvo a su alcance. - Vestido así... - Separó ambos palillos y comenzó a calar unos cuantos fideos. - Solo me provocas ser todavía más posesivo... Debería enfadarme contigo.

Sujk Arkhelism
—¿Cómo me pides que me calle? — Inquirió apenas su novio se sentó al otro lado de la mesa. Su cena estaba más que servida y no dudo nada en comenzar a comer, mientras Yuuto le acompañaba de igual manera y negó levemente con la cabeza por lo que éste comentaba. — No deberías enfadarte conmigo. Soy yo quien debería hacerlo contigo... Vestido así solo harás que mi lado celoso incremente y te tendré que cuidar más de los extraños. No quiero que nadie mire lo que es mío... — Murmuró con un poco más de seriedad mientras llevaba un bocado de comida hacía su boca y hacía lo mejor por concentrarse en la cena.

Yuuto Shinji
La cena estaba llevándose tranquila pese al montón de tonterías que se decían por encima de la mesa. Junto con el udon, ahora se acompañaba de una brocheta yakitori que comía con le mayor cuidado para no ensuciarse la ropa. - ¿Te crees que saldré a la calle así todos los días? Sientete especial de que hoy quise hacerme participe de todo esto contigo... - Le sonrió divertido al tiempo que masticaba lentamente su comida. Como si recién recordase que tenían una botella por compartir, de entre los palillos y demás tomó una sacacorchos para abrir la botella... El corcho salió disparado al cielo y se perdió en el vacío de la calle... No pudo evitar seguirlo con la mirada. - Espero que eso no sea peligroso... - Comentó sin mucho interes antes de servir en los dos vasos y ofrecerle uno al festejado de la ahora noche.

Sujk Arkhelism
Rió muy levemente cuando el otro comenzó con su actitud arisca, y continuó comiendo. — Todos los días me siento especial contigo, así que deja de decir que hoy solamente tengo derecho a eso, niño. — Estaba casi por terminar lo que se había servido en el plato; así pues, su guitarrista abrió la botella y también siguió al corcho que se perdió hasta llegar al alguna parte del suelo. Tomó el vaso donde le habían servido y lo alzó a la altura del rostro ajeno. — Bien, hoy brindaré porque me he hecho un año más viejo, y por esta cena que me ha encantado. — Estuvo a la espera del vaso del menor para poder brindar.

Yuuto Shinji
Parpadeó un par de veces, nervioso, a pesar del reciente acercamiento a veces las palabras de sensei le golpeaban de manera violenta... como ahora que le hacía sentir incluso más especial de lo que decía era para él. El brindis le pareció más que acertado y no dudó en chocar el vaso contra el que se presentaba frente a él. - Y porque me lleves a un Akimatsuri para poder volver a verte vestido así de nuevo... - Estaba punto de beber y entonces agregó una observación más. - ... y mantengas a raya las miradas indiscretas que te puedan dedicar las mujeres. - Solo así se bebió el licor de golpe y decidió tomar su último yakitori de la noche. Había pedido mucha comida... ¡Genial! Tendría obento todos los días de la semana, festejaba para su fueron interno.

Sujk Arkhelism
—Prometo que te llevaré a un Akimatsuri, me esforzaré mucho para que podamos tener ese espacio para nosotros. — Así era, como Yuuto se esforzaba por él, también debía hacer lo mismo. Le miró de reojo mientras bebía el contenido de su vaso y dejó éste, vacío sobre la mesa. — No puedo mantener a raya las miradas indiscretas, no es mi culpa que sea atractivo para la vista femenina. — Lo molestó y dejó su plato ya sin comida de lado. — Pero puedes estar seguro de que yo voy a cuidarte de cualquier persona que quiera verte con otros ojos.

Yuuto Shinji
Por el momento se sentía satisfecho y con el espacio suficiente como para degustar ese pastel que, junto con una pequeña espátula, dejó frente a sensei... De entre los diferentes utensilios sacó una única vela que encendió con el encendedor que también trajera de la cocina hacía un par de horas. - Pide de deseo no ser tan atractivo para esas mujeres entonces. - Replicó elevando una ceja y mirándole seriamente por encima del pastel. - Y prometo no llevar yukata al Akimatsuri ni arreglarme ni un poco para que no debas molestarte en cuidarme de más.

Sujk Arkhelism
— No te metas con mi deseo. — Tomó un poco de betún que adornaba el pastel y le embarró al menor en la punta de su nariz. Sonriente de poder apagar la vela y pedir un deseo como si fuese un niño, se levantó un poco de su lugar par alcanzar a soplar y así terminó por apagar la flama. Su deseo había sido: "Quiero más cumpleaños como estos a su lado..." Pero eso no tenía porque saberlo su novio. — Si prometes o no, de todas maneras no te dejaré en paz. — Espero paciente a que le sirviesen una rebanada de pastel.

Yuuto Shinji
- Serás tonto... - Refunfuñó. Mientras que le pasaba una cucharilla a Sujk para que comieran juntos del pastel, sin necesidad de repartirlo en rebanadas al ser tan pequeño, le miraba de reojo con una media sonrisa. - No esperaba menos de ti, siempre buscas como estar encima de mi. - No había dicho aquello con ninguna segunda intención, pero se apresuró a tragar el primer bocado para aclarar el punto. - Sabes a qué me refiero, siempre estas cuidándome. - Especificó para llevarse un segundo bocado incomodo.

Sujk Arkhelism
Tomó la cuchara que Yuuto le cedió y se llevó un buen trozo de pastel a la boca; el chocolate le inundó las papilas gustativas y no paró de meter la chucharilla hasta que su novio llamó su atención con ese comentario. En las comisuras de sus labios, había quedado algo de betún que tuvo que relamer. — Bueno, aparte de cuidarte... Puede que esté encima o detrás de ti; no importa igual te gusta. — Rió malintencionando la palabras de su novio.

Yuuto Shinji
Por alguna extraña razón ya se temía que su comentario iba a ser malinterpretado, así que pensando en la posibilidad de llevar el yukata de uno de los dos a la tintorería al día siguiente, su último bocado de pastel no paró en su boca, sino que, usando la cucharilla como catapulta miniatura, se encargó de estrellar la pequeña porción de pastel en la cara de su pareja. - Pervertido... No voy a discutir las posibilidades que más me gustan en otros aspectos. No ahora. - Aclaró poniéndose en pie para comenzar ordenar la mesa y así poder llevar los restos de comida a la cocina. - Sabes a qué me refería, tonto. - Con un par de charolas en manos, al pasar a un lado de su novio, no dudó en darle un empujón con el codo antes de seguir su camino soltando una divertida carcajada... Sujk le contagiaba su lado tonto.

Sujk Arkhelism
Aquella pequeña porción de pastel le cayó justo en el pómulo derecho y tuvo que guiñar uno de sus ojos más a fuerzas que de ganas y se quitó los restos con la mano y tomó una servilleta para poder limpiarse bien. — Perverso... — Susurró con diversión. — Sé a qué te referías... — Murmuró antes de recibir ese empujón y contagiado por la risa de su menor, le vio alejarse. Carajo... que no dejaba de mirarlo, el maldito Yukata le quedaba a la medida que se podía ver un poco más entallado que el propio. Se levantó, llevando el pastel y los platos que yacían sobre la mesa, tampoco iba dejar que el otro recogiese solo. Al llegar a la cocina, dejó los platos en el lavabo y metió lo que sobraba del pequeño pastel al refri, tapándolo con su domo pequeño para que no se secase a la temperatura del refrigerador.

Yuuto Shinji
No estuvo seguro de cuantas idas a la terraza tuvieron que hacer para dejar esta en condiciones, pero al final solo quedaban los adornos de papel y los faroles que normalmente se quedaban encendidos durante la noche... No estaba seguro pero ahí, contemplando la ciudad desde el ventanal, sentía que había hecho un buen trabajo para organizar esa pequeña celebración... Sostenía una orilla de la cortina, aún indeciso de cerrarla para irse a la cama... Hacía más de un año que en esas celebraciones, ellos habían dejado de requerir mayores invitados que no fueran ellos mismos en pareja... Apoyó la frente en el cristal del ventanal, cerró los ojos y suspiró largamente... ¿Vestir un yukata? ¿Tomarse la molestia de arreglarse un poco el cabello? ¿Armar todo ese teatro de una agradable cena de cumpleaños? En verdad Sujk le tenía perdido...

Sujk Arkhelism
Terminaron ordenando todo, metiendo la mesa que habían ocupado, lavando los trastos con cuidado de mojar el Yukata, guardando los restos de comida. Le pidió a Yuuto que se adelantase a la habitación en lo que él guardaba los trastes que había lavado. Todo quedó en perfectas condiciones y cuando apagó la luz de la cocina, pudo ver a Waccha durmiendo sobre el sofá más grande de la casa y entonces se acercó hasta el respaldo de éste y pasó una de sus manos por las orejas de su felino... — Es el segundo cumpleaños que pasamos con Yuuto... Gracias por aceptarlo... — Sabía que para su felino había sido difícil tener que compartir con el guitarrista pero al final de cuentas, ambos terminaron llevándose bien al grado de echarse de menos en tiempos de ausencia.

Agradecido estaba con su menor, no podía decir más cosas porque era indescriptible lo que el otro había hecho por él, siempre al pendiente y tan atento. Así pues, abandonó la sala y fue hasta la habitación, allí, Yuuto estaba mirando hacía el balcón, sosteniendo la cortina y pegando la frente al ventanal de la habitación. Se acercó hasta rodearle la cintura... —¿Se puede saber qué piensas...? — Le preguntó, hundiendo su rostro entre la curvatura del cuello ajeno.

Yuuto Shinji
Escuchó la puerta de la habitación abrirse, más no hizo amago de despegarse del cristal... Solo abrió los ojos y siguió contemplando el nocturno panorama hasta que aquellas manos llegaron a rodearle la cintura. - Estaba pensando en lo bien que sentaría que nos echaramos una mano mutuamente para deshacernos del obi y la ropa para meternos en la cama... - Respondió para luego reírse lo más silenciosamente posible. - Mañana será un día cansado... - Comentó como si no fuera ya evidente, arrojando a un lado el rostro para permitir que Sujk se hundiese aún más contra la piel de su cuello. - ¿Me llamarías "pervertido" si te digo que no quiero usar hoy el pijama? - No estaba jugando... pero venía a darle una tremenda curiosidad el que, después de tanto trabajo que les supuso vestirse esas complicadas ropas, pudieran ayudarse un poco a deshacerse de ellas y ya... solo eso, meterse a la cama sin más.

Sujk Arkhelism
— ¿Eso es lo que realmente quieres...? — Preguntó tranquilo pero con cierta duda en su tono. Sus manos se aferraron más a la delgada cintura de su pareja, y le dio un beso sobre el cuello y ahí fue donde sus labios reposaron. — No eres pervertido... — Cerró los ojos para poder concentrarse en el aroma de la loción de su menor. — Yuuto... — Justo en la piel del menor, fue que comenzó a hablar. No podía más, no podía simplemente quitarle la ropa y hacer como si nada hubiese pasado... Él lo había sentido: sus miradas se habían conectado, se habían atraído sin recatos. — ¿Acaso no extrañas mis manos...? — Y haciendo referencia a éstas, fue que comenzó a acariciarlo, bajando lentamente por los muslos ajenos y arrugando la vestimenta de su guitarrista. — ¿No te gustaría sentirme una vez más...? — Suspiró de gozo contra la piel ajena, dejando que su aliento chocase contra ésta. Sus manos comenzaron la travesía de recorrerle los muslos, la cintura, sus caderas... Sabía que había trabajo de por medio, pero... podía dedicarle tiempo a su menor, él podía hacerlo.

Yuuto Shinji
¿Qué si era lo que quería? ¿A qué venía eso? Ladeó un poco el rostro para intentar mirarle, temiendo que sus miradas volvieran a conectarse tan deseosas como antes de la cena, cuando el primer impacto de verse vestidos así les había provocado más de un estrago en el interior de sus cuerpos... Si, podría parecer que ponía palabras en la boca de Sujk, pero podía apostar a que su novio había pasado por esa misma breve tortura que representó el desearse solo por verse tan atractivo para el otro. - Sujk... - Suspiró una vez que esos labios decidieron hacer contacto... Arrojó la cabeza hacía atrás, apoyándola en el hombro ajeno y dejándose llevar por esas expertas manos. - Claro que las extraño... - Olvidándose por completo del hecho de que llevaban meses sin hacer el amor y que probablemente sería doloroso... O quizás teniéndolo tan presente que quizás por eso mismo las caricias de sensei parecían electrificarle hasta el más recondito rincón de su cuerpo. - No... me hagas esto... - Le pidió entre risillas, volviendo a girar su rostro para poder hablarle al oído. "No quería" que le hiciera eso, pero igual ya estaba atrapando el lobulo de aquella oreja con el filo de los dientes, acariciando el contorno de la misma con la punta de la lengua.

Sujk Arkhelism
Ladeó una sonrisa cuando su novio admitió que extrañaba sus manos... Como pocas veces eran sus besos, como también lo eran sus encuentros sexuales y no porque no se deseasen, al contrario... es que el trabajo les impedía tener una vida sexual tan constante. — ¿Me vas a negar tu cuerpo aunque te suplique...? — Se dejó hacer por las caricias húmedas del otro. Su orgullo quedaba de lado cuando se trataba de las cosas que él deseaba y quería. Detuvo las caricias de sus manos para tomar con una de estas, la tela del Yukata, la cual empuñó y fue subiendo poco a poco hasta dejar un muslo de su menor al descubierto. No se esperaba nada más, más que la ropa interior del otro por debajo de la vestimenta, él estaba en las mismas condiciones. — Es verdad, te estuve deseando desde que te vi con esto puesto... No puedo controlarme... — Inspiró y luego soltó el aire de su pulmones con deseo. —Eres condenadamente sensual... — Estrujó con fuerza el muslo ajeno que tenía entre la palma de su mano e inclinó su cuerpo hacía delante para estar más pegado a su guitarrista.

Yuuto Shinji
- ¿Qué...? - Inquirió nuevamente con discretas risas de por medio. - ¿Acaso vas a suplicarme, Sujk-kun...? - Tuvo que mordisquearse el labio inferior para no dejar escapar ninguna clase de pronta exclamación que dejase ver la excitación a la que comenzaba a sentirse sometido, sobre todo ahora que se daba cuenta de por donde era que iba aquella mano. - Vas a hacer... que también pierda los papeles con todo esto... - Y una mierda si perdía la cabeza, entorpecida, su lengua se inmiscuía en ese canal auditivo con deseo... con un deseo que venía abrazándole desde hacía semanas y que por trabajo, por sus tontas discusiones o lo que fuera, se había visto en la necesidad de mantener reprimido. - Hazme el amor... - Fue su turno de suspirar a modo de suplica... Nada más sentir esa mano aferrándose a su carne al descubierto dejó en segundo termino el que tuvieran trabajo al día siguiente, que acudiese probablemente adolorido a cumplir con esa jornada... - Dejame ver qué tan sensual te puedes poner tú también... - Se giró sobre sus talones para quedar de frente, para pasarle los brazos por el cuello como había deseado hacer en la terraza y entonces... apoyó su frente en la ajena. Le miró fija e intensamente... Ahí estaba Sujk con la misma mirada deseosa con la que se hubiesen observado antes de celebrar nada. - Ponme más sensual todavía... - De alguna forma sentía que, desde la noche anterior, quizás ciertas cosas podría irlas abordando más naturalmente, por ejemplo... intentar seducir a su pareja.

Sujk Arkhelism
—Sabes que mi orgullo es débil cuando estoy contigo… Te suplicaría; suplicaría por tus besos… Daría lo que fuera porque te entregases a mí una y mil veces, Leda… — Todas esas palabras las susurró al oído del menor antes de ser seducido por las caricias húmedas que la lengua ajena proporcionaba a su oreja. No pudo evitar sentirse dichoso de tan sensuales caricias, las cuales le daban una sensación de ráfaga en todo el cuerpo.
Palabras como “Hazme el amor” encendían su fuero interno. No había boca mejor que la de Yuuto para expresar esas dos palabras con tal necesidad que hacía no querer desprenderse de cuerpo majestuoso que tenía ya entre uno de sus brazos, pues el otro se encargaba de recorrer con la yemas de sus dedos la piel, que suave se combinaba perfectamente con sus caricias. —Hacer el amor… es más que eso contigo… — Sus miradas chocaron y sin siquiera ser tocado por el menor, ya estaba agitado, respirando incontrolablemente por el deseo que en su cuerpo comenzaba a emanar, como si fuese una ola gigante que destruye todo a su paso, en este caso… sus emociones se destruían y se combinaban unas con otras, sin encontrar una explicación lógica. —Sensualidad te sobra… — La mano que tenía en la cintura ajena, comenzó su aventura; acariciando seguidamente una de las nalgas del menor, la cual no dudo en apretar, y entre sus dedos, la tela de Yukata se encogió. —Yuuto… — Gimió lastimeramente su nombre, cerrando los ojos y acariciando con la punta de su nariz, con tacto y dedicación, aquel pómulo… Apasionado, la línea que distinguía esa perfecta mandíbula, también fue mimada, hasta que por fin tuvo en su terreno, el cuello de su amante, el cual besó sin recatos, no en la curvatura, sino en la parte de enfrente, así hasta bajar muy cerca de las clavículas ajenas que se podían distinguir por la prenda del momento.

Yuuto Shinji
¿Qué más muestra de pertenencia necesitaba? ¿Acaso alguien más podría profesarle algo como "Daría lo que fuera porque te entregases a mí una y mil veces, Leda"? Nadie podría hacerle perder los papeles como ese maldito baterista hacía... ¡Maldito momento en que sus caminos se cruzaran! Maldecía haber accedido a realizarle una prueba a ese hombre que había llegado tarde a la audición de lo que en aquel entonces fuera Deluhi... Sujk, Sujk y todas sus cariñosas palabras y gestos, pasaban hoy día a ser su Talón de Aquiles. - ¿Más que hacer el amor? - Audaces sus dedos se colaban entre los cabellos ajenos. - ¿Qué es... entonces...? - Con toda intención alargaba sus cuestionamientos. No era la primera vez que se daba cuenta de lo que su persona podía lograr en Sujk... No era la primera vez que intentaba sacar provecho de ello, por lo que, en cuanto sus miradas se encontraron, se encargó de parpadear más despacio, modular el tono de voz un poco más suave... Tratar de seducirle pese a que sensei se empecinara en decir que la sensualidad le acompañaba.

El roce de la tela sobre su cuerpo prácticamente desnudo, le hacía estremecer mientras era acariciado por encima del yukata. No pudo contenerse en respingar cuando su pareja se hizo con una de sus nalgas... Esa clase de gestos, cuando la ropa aún estorbaba, no dejaba de tomarle por sorpresa, más sensei llamándole a base de gemidos guturales, dolientes, le hacían olvidar casi cualquier clase de turbación. Arrojó la cabeza hacía atrás, permitiendo que la espalda se arquease lo suficiente como para ofrecerle toda la piel que deseara probar... Cuando esos labios fueron más allá de la manzana de Adan, supo que eso no se iba a detener... Que definitivamente le haría el amor tal y como le pidiera... Besó los huesos de las clavículas se revolvió en medio de ese par de brazos. Para entonces sus manos se aferraban en los fuertes hombros de su novio... se mordía el labio inferior. - Mhn... - Una suave exclamación de placer fue lo que pudo ofrecerle como una invitación a que continuara aprovechándose de lo que era su "obsequio de cumpleaños".


Sujk Arkhelism
—No hay manera para describir esto… — Y era la verdad, con su pareja no hallaba el modo de decirle muchas de las cosas. Podía ser directo, pero no podía describir su amor, su gusto y sus deseos, incluso no podía decir qué era hacerle algo más que el amor, pero lo sentía…
Quizá las personas pensaban que hacer el amor era tener sexo, quedarse horas mientras se revolcaban en sus deseos carnales. Pero no creía que hacerle el amor a Yuuto, precisamente a Yuuto, fuese sexo… Había algo más fuerte y su pecho dolía cada vez que se unía de manera sentimental con el contrario, extraño pero cierto… Incluso llegó a pensar que las miradas que le dedicase antes de poder conocerse mejor desde la primera vez que toparon palabras, eran distintas. Había algo con Yuuto desde ese entonces, algo que le hacía querer estar cerca, aún cuando Deluhi ya no existiese…

Entretenido estaba en probar esa piel, en dejar marcas de guerra y con ello, declarar que él era el dueño absoluto de su novio, y no de una manera enferma, pues tenía en mente, que su amor era de él, que ese cuerpo se le estaba entregando de nueva cuenta para comprobar y revivir los hechos desde la primera vez que lo habían hecho. Quizá podía ser un poco doloroso para el menor, pero sabía cómo tratarlo para que ningún mal le aquejase… Podía dibujar con sus labios su pasión latente, dando a entender que para hacer el amor no bastaban simples caricias o besos, hacía falta recorrer cada uno de sus rincones, descubrirlo y enterrarlo de nuevo. La punta de su nariz ayudaba con el proceso, haciendo un suave recorrido por las clavículas contrarias, aquellas que semidesnudas se entregaban a sus besos… — Yuuto… — Jadeó entre sus caricias labiales, llegando hasta el pecho ajeno y bajando la tela del Yukata con ayuda de una mano que logró quitar de uno de los muslos ajenos. — ¿Dónde deseas que te toque…? — A pecho descubierto, fue que continuó con los besos húmedos, apenas una tetilla se asomaba tímida por entre la tela de la vestimenta, una perfecta coronilla rosada que se erectó al contacto con el aire, que sutilmente le rozaba. —Mis manos están hechas para ti… —Susurró, llevando la otra mano hasta la espalda del menor para sostenerle y amoldarse a la curvatura que formaba al estar en esa posición. —Quiero descubrirte… — La punta de su lengua hizo lo suyo, acercándose peligrosamente a una de los pezones de su pareja…


Yuuto Shinji
¿Era muy pronto para sentir que algo en su bajo vientre le provocaba cierto efervescente cosquilleo? No. Con Sujk nunca existía un muy pronto o un muy tarde para nada, simplemente le era sencillo dejarse llevar ante todo lo que con besos y carias le podía llegar a mostrar y entonces las emociones y sensaciones se comenzaban a desbordar. No era que Sujk se ensañase con su cuerpo, que le hiciera daño, pero el placer que podía hacerle sentir llegaba a ser hasta doloroso… doloroso por el único hecho de no encontrar modo de desfogarse si no era en medio de esa apasionada lucha a cuatro manos.

-Sujk… - Correspondió a su llamado en un suspiro, la arqueada espalda le obligó a apoyar la cabeza contra la cristalería del ventanal y todo su cuerpo se estremeció, sin importarle el terror que esa sola pregunta contra su piel pudiera llegar a ser la culpable de hacerle desvanecer hasta llegar al suelo. Las rodillas temblaron y reprimiéndose las ganas de morderse el labio inferior con mayor fuerza, alcanzó a boquear… La tela del yukata apenas se deslizaba por encima del pecho y sus pezones ya reaccionaban ante ello, más lo hizo aquel que expuesto parecía ansioso de que esa caliente y húmeda boca se hiciera cargo de él.

– Tócame… - ¡Por todos los cielos! Si tanto quería una respuesta, más le valía darle la oportunidad de responderle, porque con la manera en que le abrazaba para no dejarle caer, de continuar susurrándole melosas pero sensuales palabras y con esa incertidumbre de no saber en qué momento le haría gritar en caso de un ataque sorpresivo contra una de las partes más erógenas en su anatomía… estaba peor que un pequeño aprendiendo a decir sus primeras palabras. – Tócame… donde tú quieras… - Desesperado terminó por hacer subir las manos hasta el cuello de la yukata del baterista, fue su turno le aflojarle la ropa lo suficiente como para poder aferrar las uñas en los ahora casi desnudos hombros. – Pero tócame ya… - Casi le rogó, adelantando un poco el rostro para poder hablarle al oído ahora que le tenía tan ocupado en su pecho.

– Pruébame ya… - Y ante tal invitación él mismo enrojeció por completo. No podía ignorar lo que ese despliegue de descaro de parte suya significaba, no podía ignorar que bajo esas tradicionales ropas solo llevaba encima la interior que no podía seguir conteniendo una erección que todavía discreta temía con endurecerse a la más mínima estimulación de su pareja.


 Sujk Arkhelism
Yuuto parecía tan frágil cuando comenzaba a tocarlo, se deshacía entre sus brazos de una manera singular que lograba despertarle instintos que jamás pensó tener tan recónditos.

Sostenerle por la espalda para que su cuerpo no se desvaneciese contra el suelo y probar esa piel que le impregnaba un olor agradable, quizá por la loción que éste usaba en esos momentos, quizá por su esencia natural pero, aquello era como viajar en sus pensamientos más deseosos y añorados.

Sin tener que reprimirse a nada, y palpando más allá de los muslos de su pareja, fue que la punta de su lengua comenzó su tarea de bosquejar la coronilla rozada que se le insinuaba. Joder, su novio tenía esa jurisdicción de convicción para incitarlo a cualquier cosa, y que pidiese que lo tocase era como servirse en bandeja de plata.

Con ayuda de la pieza metálica que adornaba sus labios, se hizo con uno de los pezones del menor solo entre caricias de lo más superficiales pues luego comenzó a succionar éste hasta chuponearlo unas cuantas veces, dejando la piel en un tono carmín. Así pues, hizo lo mismo con el otro botoncillo, dejando su humedad en aquella zona. —Eres perfecto… — Suspiró, pegando más a su amante contra el ventanal de la habitación.

Reprimirse ahora era de tontos, no deseaba otra cosa más que desnudar ese trasero, por lo que con ayuda de sus manos deslizó la ropa interior del menor hasta que esta cayó lánguida por esas piernas. —Desnudarte ahora sería acabar con mi fantasía… Ya que… los regalos se descubren con calma… — habló a doble sentido, subiendo ambas manos sobre las piernas del menor, una de éstas acarició la hombría de su guitarrista y la otra apretó una de las nalgas de éste. —Necesito gozar de ti, y hundirme hasta hacerte mío las veces que sean necesarias… — Bajó esa confesión, su rostro quedó contra el de su menor y le besó con lujuria, pero no profundizó nada. —También quiero que descubras cuánto es que me excitas… —Su nariz se rozó con la del menor, en sus ojos había tanto deseo que se desbordaba cuando tenía contacto físico con Leda.

 Yuuto Shinji
-Sírvete… - Vaya gracia tenía la de sonreír divertido y cerrar los ojos con fuerza en cuanto Sujk se encargó del contacto de su húmeda lengua con la ansiosa piel que en su pecho le esperaba. Primero caliente, después mojado, esa pequeña protuberancia podría haberse erectado desde el mismo momento en que sensei le pusiera una mano encima, pero ahora era casi doloroso el contacto. Sus uñas se arraigaron con menor piedad en los hombros del otro cuando aquella pieza metálica del labio inferior de sensei le dejó en claro que podía hacer maravillas más allá de las que le provocaba cuando se recreaba en medio de algún apasionado beso con su pareja.

– Esta helado… - Rebatió haciendo caso omiso del pequeño cumplido que había recibido. Lo mejor era dejarse empotrar por aquel cuerpo contra el cristal del ventanal sin replicar… Sus dedos meticulosos fueron regocijándose al encontrar los cabellos de Sujk, por los que fueron trepando para enredarse en las largas hebras de la coronilla, tirando de ellos, aflojándolos, deseando mimetizar sus manos con ese cabello que tanto le enloquecía. – Eres tan atractivo… viejo. - No requería de abrir los ojos para apostar su vida en ello, ahora sería estúpido seguir conteniendo lo que en su cabeza tenía más que presente… siempre.

Bajo el yukata las manos de Sujk se deslizaban desde los muslos hasta la parte superior de sus caderas… no se necesitaba ser un genio para saber cuáles eran sus intenciones y ese rasposo tacto le mantuvo absorto hasta que por fin se supo desnudo de aquella parte de su anatomía que más ansiaba ser atendida luego de ser tomado por el deseo desde el mismo instante en que viera llegar a sensei a la celebración de cumpleaños improvisada. - ¿Tú fantasía? – Sensei continuaba hablando contra su pecho y ahora él sonreía satisfecho observando el techo en medio de la parcial oscuridad que ofrecía en la habitación el reflejo de las luces de la ciudad a través de las traslucidas cortinas. –No, tu regalo… - Corroboró volviendo a entregarse a las caricias suaves que no demoraron en volverse subyugadoras… ¡¿Acababa de meterse con su trasero y sexo al mismo tiempo?! Se alarmó tensándose de golpe… bajo los cariñosos dedos de sensei ya fue imposible ocultar la dureza de la que ahora su miembro era preso.

-Los regalos son para que los disfrutes las veces que quieras… - Giró el rostro en otra dirección. Ahora que le tenía literalmente en sus manos le costaría un poco recomponerse. - … para que te sirvas como quieras hasta tu próximo cumpleaños. – Ya no le revolvía los cabellos. No iba a quedarse de brazos cruzados ni aún si no era él quien estaba festejando su aniversario… Sujk se hacía con su boca, le devoraba el aliento apasionado como era. Una cosa llevó a un pequeño beso de esquimal y tantos mimos resultaron ser la distracción perfecta para el as que tenía bajo la manga...

Lentamente escurrió las manos por los laterales de esa cara que adoraba y a la que se negaba interrumpirle el roce de narices. No se detuvo hasta que le sujetó con fuerza por el cuello del yukata y entonces haciendo peso muerto con su cuerpo, se dejó caer de rodillas al suelo, encargándose de golpear al otro en las suyas lo suficiente como para hacerle flaquear y que terminase hincado sobre la alfombra con él… no importaba si con eso su sexo y trasero dejaban de ser atendidos por unos minutos. Una vez que consiguió hincarle, intuyó que con una mirada y sonrisa cómplice sería perfecto para que Sujk entendiera lo que deseaba. Pero por si acaso se lo pidió con todas sus letras: - Recuéstate. – Si, sobre la alfombra. Ni siquiera le permitió preguntarle nada antes de presionarle con ambas hacía atrás y casi de inmediato encaramarse a horcajadas sobre las caderas del mayor. Su propio yukata se abrió a los lados dejando al descubierto parte de sus muslos y su sexualidad que se erguía ya sin vergüenzas.

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