sábado, 13 de junio de 2015

13 de Junio 2015: Té de canela [Sin terminar]


Yuuto Shinji
Pasaba de la hora de la comida cuando al fin consiguió llegar a casa. Si, pasaba de la hora de la comida porque había obligado al bajista a invitarle a comer a algún sitio luego de hacerle el favor de cuidarle toda la noche. Ese curry no había estado del todo mal e incluso sintió que Ryu le quedó debiendo; después de todo hasta le había orientado para que recogiera todo el desastre que hiciera la noche anterior. Había sido una buena persona pese a ser severo y, lo mejor de todo, consiguió hacer que Ryu le guardase el suficiente respeto como para no intentar tocarle ningún tema incomodo referente a Sujk.

Al llegar a casa solo Waccha le recibió, seguro que su amo se encontraba trabajando como últimamente acostumbraba hacer el mayor en fines de semana… En ese aspecto él ya se encontraba bastante más desahogado, cosa extraña considerando que al día siguiente las cosas se pondrían intensas con una más de sus presentaciones, la razón por la que no había podido arriesgarse a quedar sin bajista. Al menos no con un bajista con congestión alcohólica y hospitalizado.

Se metió prisa a ordenar algunas cosas en casa, más tarde tomó una ducha y cenó algo ligero al lado de Waccha. Al felino le había prometido un paseo semanal por la alameda, por lo que no dudó en tomarle en brazos hasta llegar a la calle y caminar juntos al sitio que tanto le gustaba al pelinegro… Día frío y sin ancianas que alimentasen a las palomas, por lo cual estas muy pocas veces hicieron acto de presencia para el pesar de Waccha. No tuvieron oportunidad de estar ahí demasiado tiempo antes de que el frío de la noche fuera el que les obligase a volver a casa… Por lo menos Waccha se notaba más relajado y cansado al mismo tiempo, no fue de extrañar que nada más poner un pie en el departamento y el muy astuto se fuera directo a echarse en su sofá favorito.

No tenía ni idea de la hora a la que sensei llegaría esa noche, este le había informado que muy probablemente sería cerca de la media noche… Decidió prepararse una taza de té de canela con miel, su madre decía que era bueno para prevenir los resfriados, y con ello se fue a la habitación para vestirse el pijama. Una vez estuvo en la cama se colocó la portátil en el regazo, esa portátil que parecía siempre estar a su espera en la mesa de noche de su lado para dormir. Llevaba ya algún tiempo mirando ciertas páginas en la red: Servicios de mudanza, plomería, carpintería, electricidad y demás… Mientras sensei se la pasaba trabajando en fines de semana, él poco a poco ya se estaba encargando de hacer de cierta propiedad un lugar habitable para cuando llegase el verano.

En esta ocasión estaba anotando algunos números telefónicos de expertos en plomería, pues había notado húmedad en una pared de la cocina… Eso le mantendría despierto mientras esperaba a su pareja.


Sujk Arkhelism
¿No podía tener un fin de semana tranquilo y sin trabajo? Al parecer es esto días sería complicado, más con las presentaciones que tendían más adelante con la banda. No es como sí el fuese el líder de la banda, porque el líder y jefe, era su menor, él solo era su mano derecha pero aún así, tenía trabajo pesado. A veces le preguntaban cosas que tenían qué ver con su pareja, o viceversa. Esto de formar una banda a la par con su novio era cosa complicada en cuanto al papeleo.

Por la tarde tuvo el honor de comer siquiera a la hora, eso porque alguien le hizo el favor de llevarle sus alimentos hasta la oficina donde había estado trabajando los días anteriores. De verdad agradecía que algunas personas fuesen atentas con ellos cuando los veían trabajar arduamente en la semana, incluso los fines de la misma también.

Entre la tarde-noche, había tenido un pequeño percance, y es que alguien había abierto la puerta del estudio justo cuando él había entrado; al momento de que eso pasó, un surco bastante rojizo se le marco entre el hombro y el omóplato la estar en camiseta ensayando algunas partes que se habían quedado pendientes. En verdad, ¿Cómo un rozón de puerta le pudo haber causado aquello? Y la persona responsable, fue Keita, quien había olvidado algunos papeles que le había dejado. Apenado se disculpó con él, pero para entonces, el que parecía ser un rozón, se tornó morado y ahora parecía más un golpe; le dolía…

Se suponía que los sábados eran los días donde estaba con Yuuto y Waccha, pero veía muy lejano que estos mismos fuesen tranquilos hasta terminar el mes. No quería pensar más, simplemente se haría de la vista gorda y se marcharía a casa con el trabajo ya terminado.

A prisa fue que salió de la compañía, y ya sin contar el tiempo, alcanzó a llegar a su departamento donde yacía su novio, o eso quería suponer. El rozón de la tarde aún no parecía ceder, dolía un poco, pero tampoco le iba a decir a su menor ¿verdad? Todo había sido un pequeño accidente, aunque se veía un poco fea la marca y el otro le iba pedir una explicación, ya lo conocía. Se quedó pensando un poco en ese tipo de cosas cuando ingresó al interior de su hogar. Waccha estaba en el sofá durmiendo, y solo estaba la luz de la habitación encendida. Yuuto estaba en casa. Caminó hasta donde las luces le indicaban que debía ir y abrió la puerta. —Buenas noches, he sido puntual… —Sonrió al cumplir su palabra.


Yuuto Shinji
Cinco números diferentes y todos decían que solo podría contactarles después de las nueve de la mañana, ¿por qué? ¿acaso no querían trabajar? Oish... Al día siguiente veía dificil resolver ese asunto y en la semana lo veía practicamente imposible, la semana sería bastante complicada de lunes a domingo. Tampoco veía como una posibilidad el encargarle a alguien que viera el asunto de las composturas por él... Deseaba estar completamente involucrado en lo que sería su nuevo hogar y eso incluía todos y cada uno de los desperfectos que encontrase.

Ya tenía un tanto cansados los ojos por tener la vista clavada en la pantalla de la portátil, aun con la gafas de lectura era ya molesto. Estaba quitandose la portátil y las gafas cuando sensei hiso acto de presencia en la habitación, de inmediato le sonrió ante su comentario. - Ya lo veo... - Asintió dejando sus cosas sobre la mesa de donde las había tomado antes. - ¿Te pones el pijama y vienes a contarme cómo estuvo el día en la oficina? Puedo ir por algo de té para ti mientras te cambias. - Sugirió, pero ya estaba saliendo de la cama y rodeando esta para intentar salir de la habitación.


Sujk Arkhelism
A veces pensaba que Yuuto era demasiado atento con él cuando llegaba a casa a esas horas y le encantaba que fuese de esa manera… También se sentí consentido cuando el menor tenía ese tipo de gestos hacia su persona. —Ve, me pondré el pijama. — Hizo caso a lo que su novio le sugirió.

Yuuto salió, él se dio el tiempo para ir a buscar el pijama que le hacía falta y al encontrarlo limpio como ya se había acostumbrado, lo vistió. Se había olvidado del hecho de que su golpe estaba allí todavía y cínicamente se puso aquella camiseta que le descubría el omóplato y parte del hombro donde el vocalista le había golpeado por error… Un error que casi le cuesta si no se hubiese apartado a tiempo, ¿qué iba ser de él si hubiese pasado algo más? Primero, no tocaría así en una presentación, segundo, ya veía a Leda recriminando el accidente directamente con Keita. Igual estaba hecho a la idea de que ahí no le había pasado nada y así se fue a sentar a la cama mientras guardaba algunas cosas en el buró.


Yuuto Shinji
A penas alcanzó para servir una segunda taza de té, luego tomó el tarro de miel y se dedicó a disolver una buena cucharada de esta en la humeante infusión color ambar. Cuando combinaba ambas cosas ya no veía necesario el utilizar azúcar o cualquier otro tipo de endulzante. Apagó la luz de la cocina y con cuidado llevó el té por el pasillo hasta llegar a la habitación, menos mal que dejó la puerta entreabierta y bastó con dar un pequeño puntapie para abrirla... En vano fue el tener tanto cuidado, pues algo al interior del cuarto le dejó tan desconcertado que a penas alcanzó a hacerse a un lado para no quemarse los pues al dejar caer la taza de té al suelo... y menos mal que la taza no era de cristal, pues también se salvó de cortarse por accidente.

A grandes zancadas, ignorando el desastre que había causado, cruzó la habitación y se fue directo a sujetar a Sujk por los hombros, desde la espalda, a modo de observar bien ese golpe que el otro tenía en el omoplato... luciendolo como si no fuera nada al vestir la playera con la que solía dormir. - ¿Qué carajos te hiciste? - Preguntó mientras intentaba dilucidar lo que veía... era un golpe alargado, entre rojizo y morado, debía doler... Le soltó un hombro y se llevó una mano a cubrirse la boca a modo pensativo. ¿Qué debía hacer? Severo hiso al otro girarse tomandole del brazo, para que de ese modo le mirase de frente. - ¿Con qué te has golpeado y por qué no fue lo primero que me dijiste hace nada que llegaste a casa, Sujk?


Sujk Arkhelism
Pero qué desastre tenía en su buró personal que estaba a un lado de la cama. Pastillas, dulces, papeles, juguetes de Waccha, y otras cosas más que no debía tener allí. Joder, que debía escombrar allí antes de que Yuuto se diese cuenta de que su novio era un desastre total. Sonrió al imaginar a su novio severo con esos temas del orden.

Y severo fue el estruendo que escuchó nada más el otro hizo acto de presencia. Volteó con cierto desconcierto al ver que Yuuto había dejado caer la taza con el té que le había preparado hacía nada y tan veloz fue que su novio llegó hasta su espalda y le preguntó por el golpe de esa tarde. "¡Diablos!" Refunfuñó en su interior e hizo un gesto de incomodidad cuando el menor comenzó a preguntarle esas cosas, es que no quería molestarlo. — Joder... — Masculló a penas tuvo tiempo de hacerlo y se dio por vencido, con Yuuto no se podían ocultar cosas. — Fue un accidente, no es nada grave. Es que... Keita... — Dejó el comentario al aire.


Yuuto Shinji
De nada servía que sensei hiciera expresiones de desagrado, en cuanto le dio un nombre él elevó una ceja. - ¿Keita? - Inquirió sin quitar el tono severo. Si, continuaría cuestionando al respecto, pero ya estaba yendo hacia el cuarto de baño para luego volver con un ungüento desinflamatorio con otras propiedades analgesicas. ¡Maldita sea! ¿Por qué justo cuando tenían una presentación? ¿Por qué justo tenía que ocurrirle algo a Sujk? ¿Por qué no podía regañarle como debía por ser descuidado y terminaba por ganarle la preocupación que de manera natural le nacía con el mayor? - Sientate ahí. - Le ordenó señalandole la orilla de la cama con la cabeza- Y me vas contando qué tiene que ver Keita-kun en todo esto... - Ahora no se iría con miramientos, sin ningún cuidado le sacó la playera por la cabeza y abrió el potecito con ungüento. - Y nada de quejarse. - Advirtió una vez tomó una porción del farmaco para aplicarlo con un vigorozo masaje en la zona afectada.


Sujk Arkhelism
Tenía qué hacer caso a todo lo que su novio le decía, así que se sentó más a la orilla de la cama y suspiró largo y tendido.Yuuto empezó a masajear la zona donde se había lastimado y claro que se quejó, ¿como no? Realmente estaba adolorido pero insistía en que no era nada grave. — Estaba en e estudio y Keita entró y de manera descuidada empujó la puerta y me hizo esto. No fue mi culpa realmente, alcancé a quitarme a tiempo, de otro modo no sé que hubiese pasado. Él se ha disculpado conmigo y trató de enmendar el golpe, dijo: "No le comentes nada a Leda". Es gracioso... — Rió de manera adolorida mientras el otro seguía con esa labor. — No seas tan bruto, me duele. — Le reclamó.


Yuuto Shinji
- ¿Osea que planeaban ocultarle esto al líder, grandisímos genios? - Preguntó con evidente sarcasmo. Y una mierda si estaba siendo un bruto... continuó masajeando hasta que bajo la palma de su mano sintió que el músculo atendido ya adoptaba una temperatura más elevada. Del cajón de la mesa de Sujk, esa que siempre llenaba de decenas de cosas, sacó una venda... si, él mismo las había dejado al alcance por cualquier situación que pudiera presentarse; después de todo era Sujk quién más padecía de ese tipo de achaques musculares y demás. - No es gracioso en absoluto, mañana también hablaré con él al respecto. Los tres deben de ser cuidadosos individualmente y en grupo, no es posible que esto ocurra a visperas de una presentación. - Y con ese sermón fue que fue envolviendo el hombro y parte del torso de sensei, todo a modo de cubrir perfecto el omoplato de este. - Ponte la camiseta de nuevo, no quiero que encima de todo amanezcas resfriado. - Volvió a ordenar al tiempo que se ponía en pie... Había un suelo que refregar si no quería que la canela y miel quedaran pegados en este.


Sujk Arkhelism
— Algo así, no queremos que el líder nos sermonee con sus discursos de niño. — Se burló de su novio ahora, y entre quejas porque el otro fuese más blando al sobarle fue que no abandonó las bromas. Y lo que menos quería, ocurrió. Su pareja ya le estaba envolviendo la zona del golpe con una venda. — Yuuto... no es para tanto. — Trató de detener las acciones de otro, pero fue realmente imposible. También el guitarrista era un necio cuando se lo proponía. — Yo fui cuidadoso, qué iba saber que Keita iba a llegar en ese momento, tuvo la culpa al olvidar unos papeles que le dejaste desde hace días. — Rezongó. ¿No eran muchas ordenes por parte del menor por esa noche? Pensaba que sí, así que alcanzó al otro antes de que se fuese a limpiar el desastre de la taza. Tomó el brazo del menor para hacerlo girar de pronto y así lo pegó a su cuerpo de manera repentina. — Te voy a dar las gracias... — Le susurró.


Yuuto Shinji
Sabía que Sujk estaba molestándole a posta para que dejase de fastidiarlo con sermones, pero él no se daba por vencido, así que aunque le renegó, se las arregló para dejarle vendado. Seguro estaba de que le obedecería con el asunto de vestirse la playera y él se encontraba más que resignado a lavar el piso a esas horas de la madrugada, pero entonces... a penas alcanzó a sujetarse de los hombros de sensei en el momento en que este le atrajo a su cuerpo. - Estabas rezongando hace nada... ¿y ahora quieres agradecerme? - Preguntó con una ceja enarcada y negando despacio con la cabeza de lado a lado. - Apresurate a meterte a la cama, eso es lo que debes hacer... - Fue su turno de susurrarle cerca del oído, a modo de castigo alcanzó a morderle suavemente la mejilla y, aprovechando la pequeña distracción, fue que pudo apresurarse para ir al cuarto de lavado para tomar el trapeador con un poco de agua y jabón.


Sujk Arkhelism
— Tsk... — Chasqueó la lengua cuando su novio hizo de las suyas al susurrarle y más al morderlo de aquella manera en la mejilla. Su intento de querer besarle paso desapercibido por un Leda que le urgía más el recoger el desastre del té. Igual no le hizo caso y se quedó sentado a los pies de la cama mientras esperaba a su novio. Ni camiseta ni meterse a la cama, esa noche no quería hacerlo hasta que Yuuto le hiciese un poco de caso, hasta que le robase el aliento a besos antes de dormir. Se cruzó de brazos de inmediato.


Yuuto Shinji
Agua, jabón, trapeador... Y bastante fuerza para fregar el suelo frente a un Sujk que evidentemente estaba poniendose rebelde para hacerle caso. Exasperado suspiró y revoleó los ojos para irse por donde había venido. ¿De donde había resultado tan terco el otro? Se preguntaba al ir dejando el cuarto de lavado en orden de nueva cuenta... Se enjuagó las manos y volvió a la habitación para ir directo a tocador a untarse algo de crema en las manos... si, la crema de cacao. - ¿Piensas seguir haciendo rabieta? - Preguntó posicionandose de pie frente a su novio, con manos en jarras intentó continuar pareciendo severo.


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Seguía los movimientos del menor, eso hasta que el otro terminó y decidió ir a untarse crema en las manos... De reojo lo miraba de nuevo sin perderle la pista. Enarcó una ceja cuando el guitarrista le habló de esa manera y entonces estiró los brazos para atraparlo por la cintura y lo dejó entre sus piernas. — No me gusta que me des por mi lado cuando quiero algo... — Frunció el ceño de manera muy leve mientras hablaba. —¿O qué? ¿Piensas que te haré caso todo el tiempo? — Claro que aquello lo decía a modo de broma, mientras sus dedos se hacían lentamente con la parte trasera de la cintura del otro hasta llegar peligrosamente a la espalda baja del menor.


Yuuto Shinji
Sujk no decía ni una sola palabra, solo le miraba. De hecho no se esperó ni por asomo que volviera a tomarle y que le dejase atrapado entre sus piernas... Arrugó el entrecejo en cuanto se puso a reclamarle y sus facciones se descompusieron en mayor desagrado al escuchar esa insinuación acerca de que pudiera llegar a ignorarlo en un momento dado. ¡Ja! Que no le hiciera reír... intentó esbozar una sonrisa malintencionada, pero entonces... Fue que le recordaron que los dedos de Sujk solían hacer magia en forma de caricias. - S-Su-Sujk... - Balbuceó. El baterista se había ido directo y sin escalas a su espalda... y la debilidad en sus piernas fue tal que tuvo que tomar apoyo en los hombros de su pareja.


Sujk Arkhelism
Si, Leda iba a ponerse en plan de "Yo hago lo que quiero", pero no esta noche. Sus dedos no se hicieron esperar más y adentraron bajo el pijama del otro para empezar a acariciar la zona que antes tocaba con la punta de sus dedos; ahora era directo... Sus manos se paseaban por toda la parte baja de esa espalda que tanto le gustaba. — ¿Qué? — Fue lo único que pudo decir a su favor mientras le miraba atento... Las manos de su novio descansaban sobre sus hombros desnudos y a él no le importaba estar sin camiseta esa madrugada.


Yuuto Shinji
- Ahh... Sujk... - Gimió muy bajo, pero sin poder controlarlo... Esta vez Sujk no le sostenía, solo se dedicaba a acariciarle y con eso bastaba para desarmarle por completo. Odiaba sentirse en medio de esa disyuntiva del querer detenerle y suplicarle para que no se detuviera, adoraba cuando le tocaba de aquella manera... Sus dedos hicieron mayor presión sobre la piel desnuda del mayor y se sorprendió de si mismo al arrojar la cabeza al lado derecho, asegurandose de que sus cabellos cubrieran su ridícula expresión complacida... Ojos cerrados y encima se mordía suavemente el labio inferior. - Bas... ta... - Suplicó. Si, suplicó enterrando ahora las uñas en esos hombros... Las piernas le fallaron y acabó cayendo de rodillas al suelo...


Sujk Arkhelism
Qué no le suplicara ahora, que no le iba a ser el mínimo caso, antes de que Yuuto pudiese tocar el suelo siquiera con las rodillas al hacerlo flaquear, lo atrapó bien entre sus brazos y finalmente se hizo con el cuerpo de éste para sentarlo en su regazo. — ¿Qué te estás creyendo? — Le atacó con otra pregunta y nuevamente hizo de las suyas para atrapar al menor con sus brazos y las manos volvieron traviezas a atacar con más fuerza la espalda baja de su novio. — ¿Quieres que pare ahora...? — Primero, las caricias fueron lentas, tan lentas que podía sentir un huesecillo que componía su espina dorsal; luego incrementó más esos roces hasta presionar la piel. Se estaba pasando de listo y le gustaba.


Yuuto Shinji
Que extraño... estaba seguro que, de manera humillante, quedaría arrodillado frente a su novio... pero eso no podía estar más alejado de la realidad, Sujk le mantenía entre sus brazos y eso le permitió volver a mirarle, aliviado, más no contó con que su tranquilidad poco le duraría... Pese a su descompuesta expresión de placer, al estar en el regazo de Sujk, esa primera pregunta le molestó... levemente pero volvió a fruncir el ceño, los labios también. Se estremeció por completo una vez que volvieron a someterle a base de caricias... en un acto automata se arrojó a cuello de su pareja. - Pa-para... Ah... Sujk... sensei... - Al diablo si con todo eso le estaba gimiendo al oído, restregando su mejilla contra el pómulo del mayor a modo de mitigar lo que le hacía sentir. - No... - Mayor contacto con su piel, era mayor peligro para su estabilidad emocional. - No te... detengas... - ¿Acaso era el mismo Leda que había estado reprendiendo a su baterista hacia nada? Pues no lo parecía... - Sigue tocandome... - Muy en contra de su arrogancia, arrojó la cabeza atrás, lo suficiente como para poder dejar en paz la mejilla de su novio y encontrarse de lleno con la boca de este... Esa a la que, de un momento a otro, le urgía entregarse. - Tocame... más... - Suplicó de nuevo. ¡Mierda! Suplicó de nuevo, justo antes de besarle como Sujk le había pedido antes.


Sujk Arkhelism
Claro que no pasó por alto las facciones que el menor hacía cuando tocaba aquella piel de manera directa, y más cuando el otro hacía lo posible por parecer altanero y aquello no le funcionaba para nada. Tenía un punto a su favor. ¿Hacía cuanto no tocaba a su novio...? Desde aquella vez en el camerino no había tenido el placer de volver a tocarlo, y es que antes su deseo ya se había disparado con temores que quedaron resueltos hacía unos días...
Entre las suplicas, sabía que no iba a detenerse… ¿Cuántas veces en la semana se había querido arrojar a su pareja para hacerle el amor…? Estaba hecho un manojo de ansias. Ahora él no planeaba abandonar al menor cuando le pedía que le tocase más y más. —Creí que querías que parara… — Se atrevió a decir mientras alzaba un poco más el pijama de su menor con sus manos al estarle repasando las mismas por toda esa piel expuesta. — Yuuto… — Susurró antes de que sus labios fuesen atrapados por los ajenos.
Hambrientos, sus labios comenzaron a dominar a los de su pareja, ansiosos se hacían con la boca del otro para dejar en claro que no solo tenía ganas de él. Empujó el delgado cuerpo de su guitarrista hacía él, insinuando que ahora podía hacer lo que fuese para pasar la madrugada… Joder, que casi podía apostar que se estaba muriendo de deseo contenido.


Yuuto Shinji
De todas las veces que habían tenido oportunidad de tener intimidad... ridículamente eran contadas las que podían llevarse acabo en casa. Que tonta situación... Lo que era peor, justo esto venía a ocurrir cuando menos se lo esperaba, en verdad que él solo intentaba ser severo con su pareja, hacerle entender que a como de lugar, las cosas esa noche se llevaría acabo a su manera y punto... Iban a meterse a la cama y punto de nuevo. ¿En qué momento había pasado a ser sometido por ese par de cariñosas y apasionadas manos?

- Guardate... tus comentarios... - Ahora mismo no estaba para sarcasmos por parte de nadie, estaba en su momento de pérdida de cordura como para permitir que nadie se lo arruinara, ni siquiera el causante de que se encontrase absorto en la ansiedad de que su pijama le fuese arrancado de una vez de encima. Al final lo que iban a destrozarle serían los labios, jamás se imaginó que sus besos iban a ser correspondidos de inmediato y con tal fogosidad... ¿No era que sensei se las estaba dando de manda más? ¿De "te tengo en donde quiero, Leda"? ¿Cómo era que sucumbía tan pronto ante sus besos?

Hambriento comenzó a golpetear con la punta de la lengua sobre los labios de sensei, necesitaba abrirse paso entre estos pese a que de sobra sabía que el resultado sería que, el músculo ajeno terminaría ganandole la batalla para hacerse con su boca... Más nunca sería en vano intentar... Lo importante era poder perderse en los sabores que un solo beso de Sujk podría ofrecerle, razón por la que ahora le sostenía el rostro con ambas manos... nunca dejaba de temer el que sensei en algún momento quisiera echarse a un lado.


Sujk Arkhelism
Guardarse o no los comentarios era asunto de él y de nadie más, y eso incluía a Yuuto, quien ahora estaba sobre su regazo, besándole como si no hubiese mañana. Frunció levemente el ceño cuando al fin la lengua de su guitarrista se abría paso con hacía su cavidad y él por supuesto que no le negó la entrada. Con fogosidad ese húmedo músculo le atacó y ni tiempo le dio de reponerse o de siquiera corresponder bien al contacto. No, Yuuto tenía que salirse con la suya, pero eso se quedaría en el intento, pues en un pequeño descuido, él se hizo con la lengua de su menor, la cual empujó con la punta y la alcanzó a morder con los incisivos solo para reprenderlo. Sobre las comisuras de sus labios se dejaba ver un brillo que era a causa de la saliva por besar al otro de manera pasional, tan así que los labios le escocían de tal furor utilizado.

Suspiró muy largamente en pleno beso y sus manos, que ocupadas estaban sobre la espalda del menor, bajaron hacía el trasero de éste y comenzó a acariciarlo como le viniese en gana. La verdad es que estaba hambriento de ese cuerpo, tan así que se había olvidado del vendaje que tenía entre la clavícula y el hombro. ¡Al diablo con todo! Estaba en su momento pasional y nadie, ni siquiera el culpable de ello, le podían reprimir algo. — Nhn… — Jadeó de pura voluptuosidad, y arrugando el pijama de su novio entre sus manos al estrujar ese trasero con hambruna. Sus manos subían y bajaban de entre aquella espalda baja que estaba a medio vestir, hasta las nalgas donde se perdían sin contrariedad, y es que, acariciar a Yuuto era de lo que más gustaba antes de someterlo a un acto sexual más subido de tono.


Yuuto Shinji
¡Adoraba cuando sensei se ponía en plan demandante! Así era, inclusive con un beso, no lo negaría… le ponía bastante saber que de alguna manera buscaba aplacar un poco su actitud arrogante. Ese suave mordisco en la lengua le supo a la más dulce de las represalías luego de su pequeño intento por llevar el dominio en la labor de comerse mutuamente la boca y, divertido, no atinó a más que sonreír por ese gesto… Sujk le reprendía y al segundo siguiente ya estaba suspirando por su causa. ¿Acaso necesitaba algo más para saberse amado y deseado? ¿Requería de más para que el propio Sujk se enterase de que solo le gustaba darse a desear? Por supuesto, esa era la clave… Que le costase trabajo obtener todo de él, para que así él mismo pudiera recibir todo lo que Sujk estuviese dispuesto a entregar por un solo beso, por un suspiro, un gemido, un jadeo… por hundirse en él, por llevárselo con él… por demostrarle el amor, por hacer el amor y olvidarse de todo pensando que ahí y ahora, solo la existencia de ambos era relevante.

Desesperadas, las manos del baterista subían y bajaban por su espalda y se iban más allá de donde esta perdía su nombre, ante cada tacto contra su trasero, no dudaba en restregarse un poco más contra el regazo de su pareja, bien consciente de que ahí, bajo la ropa de este, podía palpar una erección todavía discreta… y que ninguna replica pondría en intentar terminar de despertar. Por lo menos, tan no tuvo replica alguna que… - Vamos… - Jadeó. Jadeó y a tientas él mismo se encargó de eludir esa clavícula, ese hombro y, con ambas manos, hacer presión en el bajo vientre de su novio, a modo de que se dejase vencer contra la cama y así poder sentarse a horcajadas sobre su vientre.


Sujk Arkhelism
Aunque estuviese hambriento por un beso de la boca de su pareja, éste le hacía ver que también daba lo mejor de sí para demostrarle que de deseo le quedaba y le sobraba… Era perfecto cuando sus bocas entraban en contacto; saboreándose, disfrutándose como jamás nadie había disfrutado un beso, y es que con ellos era así siempre. Nada era igual, todos sus encuentros sexuales comenzaban diferentes. Podía acariciarlo primero, insinuarse, besarlo y muchas cosas más que no eran necesarias contar, y con ello llegaban a un acto sexual que los dejaba satisfechos y completamente agotados como para querer una segunda ronda. Ambos conocían sus límites, pero Yuuto parecía que quería hacerle rebasar los propios, y él no conocía de límites. Hubo un momento dado, en que su entrepierna comenzó a punzar al tener a su novio casi encima de esta.

Sorprendido se vio cuando el guitarrista todavía tenía la delicadeza de eludir que estaba herido o algo por el estilo, pues le empujó por otra zona de su cuerpo que no fuese el hombro, el cual tenía dañado. Cayó en la cama, haciendo que sus cabellos caóticos sobre las sábanas, le miró con curiosidad y deseo contenido desde su lugar y su lengua se asomó para relamer sus labios lentamente. — Yuuto… — Le llamó, casi gimió. — Haz que se ponga dura… — Le retó, era una orden. —Demuéstrame que tu orgullo y tu ser altivo tienen lo suficiente como para ponérmela dura. Muéstrame cómo me puedes excitar hasta que gima tu nombre… —Serio, pero sin abandonar la pasión que sus ojos dictaban, puso el reto sobre bandeja de plata.

Yuuto Shinji
Se consideraba un hombre sumamente celoso, tanto así que, de entre todas las cosas de sí mismo que había comenzado a conocer luego de iniciar su relación con Sujk, tener arranques de celos era algo de lo que aún ahora no dejaba de sorprenderle. ¿Pero cómo controlarse? No fue hasta que su noviazgo dio inicio, quizás poco antes, que de verdad eso de “ver a alguien con otros ojos” cobró un nuevo significado para él… Un ejemplo de ello era lo que ahora observaba bajo su cuerpo: Sujk, dejándose caer sobre la cama, mirándole deseoso, entre aquellos cabellos que quedaban preciosamente derramados encima del cubrecama ahora revuelto.

Le paralizaba el solo contemplar ese rostro que, para él, era perfecto siempre que se descomponía en deseo… Le dejaba boquiabierto y, sin poder eludirlo, se quedaba embotado al pensar que no podía existir alguien más atractivo para sus ojos… Más de una vez se había preguntado si estaría mal pensar que su pareja era hermosa, sin afán de atentar a su masculinidad, Sujk tenía de sobra ese encanto para eclipsar a la mayoría de personas en su entorno. Él mismo mordisqueó su labio inferior e inconscientemente… sus caderas se movieron sobre el regazo sobre el que ahora permanecía a horcajadas. Le costó trabajo tragar saliva y aún así terminó recostándose en el cuerpo ajeno, apoyando su peso en un solo antebrazo a un lado del torso de su novio, todo para no dejarle caer hacer presión más de la cuenta. No quería lastimarle más de lo que Keita ya hubiese hecho esa tarde con la puerta.

La mano libre la deslizó por el medio del pecho de Sujk… A saber desde qué momento era que sus ojos se habían perdido en los contrarios y en el resto de rasgos que a ese rostro enriquecían. - ¿Entonces es cuestión de orgullo…? – Él también gimió. Vaya sorpresa se llevó una vez que su mano fue a parar hasta la entrepierna de Sujk, aún resguardada bajo la ropa, pero inclemente por algo de atención. Apretó suavemente sin dejar de mirarle… - Orgulloso ya estoy de notar que estas “así”… - Un segundo apretón acometió en contra de su baterista.- … por mi causa. – Completó, bajando un poco la cabeza, la punta de su nariz consiguió a rozarle la barbilla. – De momento no necesito que gimas mi nombre… todavía.
Sujk Arkhelism
Sus ojos no podían estar más sujetos en Yuuto, cada movimiento era monitoreado por él, y la emoción en su cuerpo hacía que su corazón latiese desesperado dentro de su pecho. Debía de preservar el control, pero sabía que eso era imposible, no con Yuuto ahí, tan a su disposición y con esa mirada de lasciva que le acribillaba en cada momento.

Estaba inmerso en ese deseo, que no le importaba que su novio dejase caer todo su peso sobre su cuerpo. Hubo un movimiento que le descolocó y le hizo hervir la sangre con tan solo sentir su entrepierna estimulada casi contra las nalgas ajenas, que hicieron la travesura de moverse sobre su regazo. Cerró los ojos y dejó que las oleadas de calor le golpeasen el interior con furia… Hasta tuvo que reprimir un gemido y más a fuerzas que de ganas, tuvo que ahogarlo en su garganta. El guitarrista le acariciaba el pecho con las yemas de los dedos con tal dedicación, se sentía dichoso de recibir aquel trato, que sus miradas volvieron a conectarse sin ningún recato de por medio. —El orgullo… — Se quedó a medias, pues cuando el otro le tomó por la entrepierna, no pudo más y sus facciones se violentaron en placer. Joder… debía resistir antes de caer en los encantos de ese perverso músico. —No es suficiente… — Tuvo a fuerza y el coraje para escupir esas palabras en la cara del menor. Un poco de orgullo no le vendría mal tampoco… —Con tus manos no basta. — Sus facciones dictaron que él debía tener el control de la situación por unos momentos.

Quería explotar a su menor de manera sexual, él no tenía tanta experiencia tampoco, pero ambos necesitaban saber que podían dar más; él haría lo mejor para complacer a su novio. Quería avanzar, pero lo haría con Yuuto, no lo dejaría atrás. Apoyó sus codos en el colchón e impulsó su cuerpo hacia delante para poder incorporarse, así pues, quedó sentando sobre la cama y tiró del cuerpo de Yuuto para que de esa manera pudieran quedar piel contra piel. El guitarrista de rodillas sobre la misma cama y aún sentado en su regazó, le arrebató las manos de su entrepierna y juntó las mismas, guiándolas hasta su cuello. —Sé que puedes hacer algo más… —Le susurró deseoso, con lujuria impregnada. — Haz que llegue al límite y te desee con más locura… Muévete y muéstrame de lo que estás hecho. Quiero desfallecer en tus brazos… — Palabras como esas, eran las que terminaban mancillando su poco orgullo. Su entrepierna seguía dura bajo las nalgas ajenas, pidiendo a gritos que le estimulasen antes de comenzar algo más. Pidiendo a Yuuto que lo descompusiera en ese momento. ¿Qué? ¿Acaso Yuuto era el único que podía retorcerse en sus brazos por ser el pasivo…? Eso era una vil mentira.
Yuuto Shinji
Desearle tanto le provocaba frustración y hasta cierta furia… Pero escucharle ahogándose en sus propios gemidos le hacía poder sonreír con arrogancia en su cara. Aun así no podía ignorar el enfado que le producía saber que Sujk tenía la maldita cualidad de poder doblegarle en el momento que quisiera, y más se odiaba a si mismo al tener que reconocer que era precisamente eso lo que enarbolaba todavía más su excitación… Entrar en el peligroso terreno de la intimidad era igual a desatar en él la urgencia de estar en contacto con ese cuerpo que sabía cómo dominarle y darle placer en partes iguales.

Sin embargo, parecía ser que en esa ocasión de poco le valía llenarse la boca de palabras… porque cuando menos lo pensó sensei venía a recriminarle que con sus caricias no bastaba y hasta se daba el lujo de quitarle las manos de encima. Contrariado ladeó un poco el rostro y terminó elevando un poco la barbilla solo para no terminar de reconocer que de alguna manera Sujk estaba haciéndose con él. Para ese momento solo portaba el pantalón del pijama… lo mismo que el baterista que ahora le exigía “algo más”. Pero… ¿qué “algo más”? ¿Qué podía darle que no rayase en la vulgaridad? Apretó los labios con fuerza y en la cercanía de sus rostros, se limitó a permanecer en silencio observándole evaluadoramente.

Sujk le acomodó las manos en el cuello y mientras se dedicaba a acariciarle con los pulgares en pequeños movimientos circulares… En su mente continuaba devanando los pensamientos. ¿Cómo que por qué no podrían rayan en la vulgaridad, en lo obsceno sus actos? Sujk le violentaba lo suficiente como para querer ir más allá… ¿Entonces qué le detenía? Nunca había tenido la necesidad de enfrentarse a ese estúpido pudor suyo… hasta ahora. Y después de todo… anteriormente ya había dado pequeñas muestras de lo que podía hacer… ¿Era el momento para brincar ese trecho de una vez y por todas? Pero después… ¿qué pasaría con el respeto que siempre exigía? ¿Se trataría de un camino sin retorno? Exasperado con sus propias dudas revoleó los ojos y entonces…

- ¿A qué quieres que ‘juguemos’… sensei? – Preguntó, esta vez dejando en paz el cuello del baterista para bajar las manos hasta llegar a las caderas de este y aferrarse fuertemente a ellas. Todo fue un rápido movimiento para propiciar que, más que sus nalgas, ahora fuera su entrepierna la que se friccionase con la de Sujk que ya hacía rato estaba despierta. – Pensaba que ya me deseabas con locura… - Agradeciendo la delgadez del pijama que vestían, fue como pudo colar una mano entre los vientres de ambos y a penas con la yema de los dedos acariciar ambos glandes todavía resguardados por la tela. - ¿Qué quieres que te haga…? – El siguiente movimiento sería más arriesgado, por lo que enterró el rostro en el espacio del cuello de Sujk… Su mano, con una habilidad que desconocía, abrazó ambas entrepiernas… tal arrebato le hizo gemir también. Jamás se habría imaginado que se acentuaría de tal manera la presión gracias a la ropa que les cobijaba todavía.
Sujk Arkhelism
Jugar…Era una palabra divertida, sugerente… Casi en doble sentido. No eran unos pequeños para estar jugando, pero en el ámbito sexual, jugar era de las principales causas por las que tentado caía ante el deseo. Yuuto era más que un juego, más que deseo ardiente, más que la pasión que le embargaba en el cuerpo cada vez que le profanaba, más que la lujuria que entorpecía su mente, más que la vulgaridad que manchaba su boca por todas las emociones desbordantes.

Eran demasiadas situaciones, demasiadas como para definir un “Hazme el amor”, todas eran diferentes y no podía elegir repetirlas, porque al lado de su novio toda nueva aventura se diferencia por algo. Esta no iba a ser la excepción, tampoco es como si estuviese planeando algo, porque los planes en su relación simplemente no daban frutos, o Leda terminaba sorprendiéndole, o él a Leda, nunca había algo en especifico para su vida y menos en lo sexual, ahí era donde la situación se tornaba distinta en una sola vez.

Su cuerpo pedía a gritos algo más que las manos de Yuuto, algo más que caricias en su dura y prominente entrepierna. Aunque no pudo evitar gemir y retorcerse un poco, arrugando consigo las sábanas. — Mnhn… Joder… — Echó la cabeza hacia atrás, tragaba saliva una y otra vez para evitar a toda costa que algún gemido lastimero se le escapase por la boca… Tan su erección dolía como su pecho, respirar le estaba costando y el sudor no tardó en aparecer en forma de perlas por su frente. A penas era el comienzo y Yuuto ya lo tenía gimiendo y respirando descontroladamente por un solo roce de entrepiernas… Por unas solas caricias entre su cuello, por el aliento contrario que le desgarraba cruelmente su deseo… —A-ahn… Yuuto… — Su voz ronca e hacía titubear y arquear la espalda de una forma incontenible y agresiva, haciendo que Yuuto se moviese encima suyo por tal osadía de caricias en su hombría.

Debía ser fuerte… debía, porque quería algo más. Apretó los ojos, se armó de valor y llevó ambas manos hasta las nalgas del menor, las acarició y la vista le pareció conveniente. Poco a poco logró colar ambas palmas directamente en la piel de ese trasero, hasta bajar a medias las prendas del guitarrista, y dejando al desnudo el trasero de su amante. —No me basta… — Jadeó y apretó con saña las nalgas de su menor, echando un vistazo en ese dirección, para comprobar que sus uñas habían quedado bien marcadas en forma de surcos. — Quiero algo más que tus manos… — Trató de poner más fuerza de la necesaria.

De nuevo y con arrebato, quitó la mano del menor de su hombría para llevar esta hasta su pecho. Le miró fijo, y con un deseo que se desbordaba cuando se encamaba con el menor. —Mejor pon a trabajar esto… — Otra vez apretó una de las nalgas de su novio, y sus dedos se recorrieron más allá del surco bien formado que le adornaba y que separaba ambas bacantes. — ¿O quieres que te incite a hacerlo…? Vamos, sé que estas nalgas pueden hacer que me corra más una vez… — Y sin esperar a mucho, su dedo índice acarició la coralina entrada del menor, haciendo amago de querer enterrase en el fondo sin anestesia. —O… ¿Será que no eres capaz…? — Le encantaba retar a Yuuto y estropear sus movimientos, no era una competencia pero si algo había aprendido durante el sexo con él, era dar batalla para llegar a un mismo objetivo, haciendo sus encuentros más interesantes y deseosos…
Yuuto Shinji
Detrás suyo sentía como sensei le desnudaba el trasero, como se hacía con la cálida piel de sus nalgas, cómo las mancillaba y reiteraba la propiedad de estas marcándolas con esas uñas que al parecer no se había cortado en días. – Sen… sei… - Jadeó excitado ante el extrañamente placentero ardor que percibía en esos finísimos pero sensuales surcos que seguramente ahora llevaba en la carne.

El muy ufano continuaba pidiéndole “algo más” que sus manos y él hizo por ignorarle hasta que de un arrebato Sujk volvió a frustrarle cualquier labor, a lo que no atinó más que a mirarle con recelo, enfado y de paso algo de frustración. ¿En serio no se daba cuenta de que ahora él mismo estaba en bastantes aprietos? Desvió la mirada a un lado con fastidio, haciendo como que podía ignorar cualquier sensación que pudieran provocarle esas manos que, cariñosas y apasionadas a partes iguales, se hacían con esa parte de su anatomía que hasta hace nada hubiesen marcado. - ¿Vas a incitarme a qué? – Preguntó dándoselas de ofendido, pero cualquier tipo de ofensa que hubiese podido hacerle Sujk se fue al carajo en el momento en que sintió aquel dedo índice que en realidad ya no le era desconocido justo con esa clase de caricias. Se mordió el labio inferior y de reojo alcanzó a observar la atención con la que sensei le miraba, a la expectativa de cualquier reacción de su parte. ¡Mierda! Al más mínimo contacto aquel maldito esfínter suyo se había contraído gustoso para luego volver a relajarse... Estaba harto. Harto y bastante molesto… El que pusiera en duda su capacidad para intentar seducirle no hizo más que empeorar la situación.

Esta vez fue su turno para quitarse de encima las manos del baterista y ponerse en pie dejándole recostado sobre la cama. Primero colocó las manos en jarras y frunciendo los labios le miró desde arriba. – Te crees muy listo solo porque haz conseguido hacerte el fuerte más de lo normal ¿no es así? – Preguntó achicando los ojos con rencor. Sin prisas y sin esperar una respuesta, en silencio se deshizo del pantalón del pijama, acto seguido hizo lo mismo con la ropa interior, colocando ambas prendas en la orilla de la cama sin interesarle dejar expuesta su desnudez, el problema que entre piernas traía.

El corazón le latía desbocado, tanto que ese palpitar se volvía ensordecedor incluso en su cabeza. No era un debilucho y Sujk lo sabía pese a que la fuerza física de ambos tuviera sus evidentes diferencias, como también sabía que, estando lesionado el baterista, él no dudaría ni un poco en aprovecharse… y fue precisamente eso lo que hizo. Tomándole del brazo cuyo omóplato estaba lastimado, le hizo una pequeña llave obligando al otro a recostarse boca abajo y sin darle oportunidad a reincorporarse, le soltó el brazo solo cuando consiguió recostarse sobre esa espalda cuan largo era, entrando su pecho en contacto con el calor de esta… colando sus brazos por debajo de las axilas de este para abrazarle colocando las palmas de las manos en el pecho de su baterista.

- ¿Qué más debo hacer para que me folles de una buena vez…? – Jadeó suplicante al oído de Sujk. Insinuante adelantó las caderas para que su ya inaguantable erección se apretase contra la baja espalda del otro. - ¿Qué debo hacer para que dejes de torturarme y me tomes de una vez y por todas…? – Suspiró cansinamente, ni siquiera supo cuando fue que se enronqueció tanto su voz. – No soy bueno en esto, Sujk… lo sabes bien. - Confesó acariciándole la mejilla con la punta de la nariz y sus brazos se aferraron con mayor fuerza a aquel torso. – Solo sé que necesito sentirte… - Cerró los ojos y sus últimas palabras se perdieron contra la piel del cuello ajeno. – Sentirte ahora…
 Sujk Arkhelism
El contexto de “algo más” quedó en el olvido. Sí, una cosa era poner a prueba al menor y otra que juntos avanzaran en asuntos como el sexo y aquella era una palabra en donde ninguno de los dos tenía experiencia. Pese a la edad, pese a las parejas anteriores, pese a su primera vez… No, nadie tenía maestría sexual en cuando encontrabas a la pareja perfecta que te complementase y no solo con el cuerpo, si no con la mente, los pensamientos y sentimientos. Yuuto era una de esas personas en donde todo se aunaba para hacer de ello un arma fatídica, y no solo era como el arma de dos filos, éste parecía oprimirlo poco a poco en esa marea de placer y deseo, donde ninguno tenía la mente encauzada ante actos osados impregnados de lujuria y obscenidad.

Aunque el guitarrista pusiese su mejor cara de fastidio por sus peticiones, él no permitiría que se saliese con la suya, pero se quedó estancado de pensares cuando éste se hizo con su cuerpo de una manera hábil, como si fuese un muñeco de trapo al que puedes manejar a tu antojo; se estaba aprovechando del dolor por el reciente golpe en el omóplato. Sorprendido, y alterado como por primera vez en la vida, ladeó la cabeza para poder echar un vistazo a su ahora amante; éste parecía gozar de los placeres que la situación le concebía. Con manos en la cintura, le miraba desde abajo y él quedó inmovilizado en su totalidad. —¿Y tú te crees muy listo…? Sí, usando tu poca fuerza para hacerme ce… —“Ceder ante tus encantos” Quiso completar, pero enmudeció. ¿Yuuto lo estaba seduciendo? Y no solo eso, tenía su cuerpo encima del propio. Aquello no podía ser verdad, debía ser el reflejo de un espejo que dictaba mentiras con toques de deseos para luego ser destruido en miles de pedazos, y así, acabar con esa quimera. Sí, debía ser un espejismo… Pero no, ¡No lo era! Lo peor era que se estaba quedado sin aliento al tener sobre su espalda el sexo del menor.

¿Qué más necesitaba para poder tomar a su novio…? Lo tenía todo, ese cuerpo magnifico que se amoldaba con locura con el propio, provocando movimientos cadenciosos donde ambos perdían la alusión del mundo a su alrededor. Tragar saliva se le hizo lioso, pero aún así no abandonó la mirada de Yuuto, aún cuando éste se empeñaba en seguir provocándolo pese a sus peticiones de querer algo más que las manos. —Dices que no eres bueno…—Jadeó de manera voluptuosa e hizo su mayor esfuerzo por dejar de lado sus ansías de querer tomar lo que le pertenecía. —Y sigues provocándome sin medir consecuencias… —Con fuerza, deshizo todo agarre de su menor y apoyó las manos sobre el acolchonado y tal como si estuviese ejercitándose, levantó su cuerpo con ayuda de sus brazos y con Yuuto sobre su espalda. Así pues, ladeó el cuerpo para tirar al menor sobre el lecho donde desataría sus más bajas pasiones.

Ahora que ambos se encontraban desnudos, y sin esperar a las reacciones y/o movimientos del otro, le tomó por las caderas y eludiendo el dolor del omóplato, hizo de las suyas para dejar a Yuuto en cuatro. Su sexo, palpitante clamaba por algo más que atención, y el roce de la piel de su pareja contra el mismo, se le hizo una tortura, una que honestamente ya no iba soportar. Tan firme era la erección que lucía como si se tratase de un trofeo, que una corriente eléctrica le atravesó el cuerpo. — Te voy a coger… — Vulgar como pocas veces era, le hizo sabe a Yuuto sus deseos. — Te voy a coger por provocarme y calentarme la cabeza más de una vez en esta jodida noche. — No esperó a más, presionó con las palmas de sus manos las caderas del menor. Aquellas nalgas vislumbraron al esfínter que profanaría sin consentimientos, ni suplicas. En un arrebato provocado por el menor y que el mismo había desatado, tomó su firme erección y guió la punta hinchada y rozada hacía ese abismo de placer, abriendo esas paredes para que de golpe aprisionaran su sexo.

La cabeza le iba a estallar, estaba demasiado apretado allí dentro… — Esto… Es lo que te ganas… — Echó su cuerpo hacia atrás, y soltando su hombría, volvió la palma hacía las caderas del menor para impulsarlas hacía su pelvis de manera agresiva. — …Que te coja sin piedad… ¡Ahh…! —Respirar en esos instantes, era algo que ahora desconocía….

 Yuuto Shinji
Si, a veces se creía muy listo… Mentira, siempre se creía muy listo. Sujk era el que, irónicamente, se encargaba de la parte de la fuerza bruta y la melosidad al mismo tiempo. Pero por la misma razón de que le encantaba pasarse de listo, el verse retado o burlado por el baterista era una de las cosas que más podían frustrarle en la vida… no sabía si desde siempre, no sabía si desde que se habían convertido en pareja y secretamente intentaba dar lo mejor de sí para complacerle… aún si después a la mínima lo mandaba al demonio sin miramientos. Aprovecharse de la inhabilitación de aquel hombro era un juego sucio, lo sabía… Pero en la guerra, el amor y el sexo todo se valía ¿no? Aunque quizás la parte final de aquel dicho la había agregado a su conveniencia en el último momento… Igual parecía que por fin estaba consiguiendo su objetivo. Él era hombre de metas y objetivos hasta en eso.

Cuando la voz de Sujk se volvía más bien ronca, rasposa, era que se daba cuenta de que iba haciendo bien su parte. Verle con inseguridad en la mirada, a causa de todo su esfuerzo por enturbiarle la mente dejándole de manifiesto la necesidad que tenía por hacerse también con el cuerpo de Sujk muy a su manera, darse tinta de que se le complicaba hasta salivar… Deleitarse con todas y cada una de las muestras de excitación que su novio le regalaba fueron quizás la razón de que no reparase demasiado en los movimientos de este hasta que de pronto se encontró no solo siendo elevado suavemente sobre la espalda de su pareja, sino que incluso tuvo que cerrar los ojos una vez que le dejaron caer sobre el colchón y el suave impacto le hizo sobresaltarse más que el hecho de que, aún más audaz si se podía, le sujetó por las caderas con fuerza hasta acomodarlo a cuatro puntos.

Desconcertado volvió a abrir los ojos y por encima del hombro buscó el rostro del mayor… Si, a veces este tenía ciertos arranques, pero este Sujk… no era el mismo de siempre. Estaba al tanto de que debía fomentarle el que se desinhibiera y se diera la oportunidad de seguir recreando sus cuerpos a la par, pero definitivamente no estaba acostumbrado a esa clase de iniciativa por parte de su pareja. – Qué sucio… -Achicó los ojos en cuanto consiguió hacer contacto visual con el otro. En veces si y veces no Sujk se las daba de hablarle vulgar y eso le espoleaba aún más la libido, no se las iba a dar de mojigato, pero ahora…

¡Mierda! Algo en las palabras de sensei, en su mirada, en la manera de presionar esos dedos contra su piel en las caderas… todo eso le estaba incendiando más que en otras ocasiones. Había peligro, quizás dolor, tal vez todos esos gestos eran una evidente advertencia de que las cosas se pondrían ‘feas’ y aún así… Él decidió quemarse. – Pues te estas tardando en darme tan duro como todo el rato me haz pedido que te suplique con mis actos. – Le obsequió una media sonrisa y sin saber muy bien si lo lograría, trató de mostrarle la mejor de sus miradas libidinosas… ¿En algo ayudaría si casi obscenamente se relamía los labios? A saber, pero lentamente ya la punta de su lengua recorría su labios superior ante la mirada del otro. No estaba seguro de que primer plano estaría dándole con solo mirarle por encima del hombro… pero era evidente que ya se estaba dejando llevar desde hacía mucho.

No habría preparación de por medio, lo supo en cuanto percibió el sexo ajeno tanteando en medio del surco entre sus nalgas. Una parte de él imploraba porque recordará que eso dolería y que ser un desatado en la cama le traería problemas… La otra le decía que… ¡Al diablo todo! Ofreció sus caderas buscando la agresiva intromisión que no se hizo esperar y que de una le hizo enterrar la cara sobre las sabanas revueltas para mitigar el grito de dolor y placer que se abrió paso en su garganta. Su tracto abriéndose dolorosamente, los huesos cediendo a la fuerza, eso seguro que sangraría, pero… Aquel punto interno que le enloquecía fue estimulado de una y tan certeramente que no le extraño presionar con tanta fuerza los dedos sobre el colchón.

Si no sacaba la cara de entre las sábanas seguro que se asfixiaba y no estaba seguro de que eso le importara. Justo ahora podría morirse y apostaría a que nunca nadie le habría hecho sentir tantas cosas a su cuerpo como ese endemoniado hombre… Se iría a la otra vida sin arrepentimientos ni deseos de nada. – Que… - Comenzó a recuperarse, poniendo algo de fuerza en sus ahora temblorosos antebrazos. ¿Era real eso de que de la nada comenzará a sentir que la frente se le perlara en sudor solo con una primera estocada? Volvió a enfrentar la mirada del baterista como hacía un momento. – Que sea sin piedad… - Jadeó. – Me lo he ganado… - Y sin pensarlo demasiado, él mismo adelantó sus caderas para volver a incitarle a que se enterrara en su interior. – Sin piedad… - Siseó volviendo a esconder la cara sobre la cama. El placer era doloroso… a veces, pero no por ello dejaba de ser gratificante, pensaba al intentar reprimir esos pequeños jadeos que sin problemas podían pasar a ser verdaderos gritos si así Sujk lo disponía.

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